Capítulo 12.

34.1K 2.2K 610
                                    

Maratón -> 4/4 

***

- Por Dios mis pies me están matando. – Chilló Camila recordando las innumerables veces que accidentalmente Lauren le había pisado.

- ¡Eso te pasa por salir con una americana que no tiene idea de bailar! – Recriminó su madre mientras ambas se sentaban en un pequeño sofá que estaba en el patio de la casa de los Cabello.

- Al menos se ha asegurado de que llegué bien a mi piso. – Recordó.

Su madre le miró de re ojo mientras bebía de su copa de vino blanco. Camila pudo adivinar que Sinu se estaba formulando una pregunta que quizás ella misma no quería oír de los labios de la mujer que le había dado la vida.

- ¿Entonces vosotras aún no...? – Dijo Sinu enarcando las cejas.

- ¿El qué?

- Ya sabes...

- Oh Dios mío... ¡Mamá! – Gritó notando cómo se ruborizaba rápidamente.

- Oh mija, ya no eres una adolescente de 15 años... Que me imagino yo que tú no le has dado alegría a tu cuerpo desde que te fuiste a Uganda y mira que ya han pasado tantos años.

Sus párpados se abrieron de par en par luego de escuchar las palabras que le hicieron avergonzarse bajo la divertida mirada de su madre.

Siempre habían tenido una relación agradable, Camila lo relacionaba a que era la única hija del matrimonio Cabello, y que además sus padres le habían tenido bastantes jóvenes.

- Un día tráela aquí, que yo misma le enseñaré algunas palabras en español para que pueda seducirte del todo. – Sonrió Sinu.

- No sé cómo mi padre puede soportarte. – Rodó los ojos.

- Porque todas las noches...

- ¡Mamá! – Gritó horrorizada.

Al infierno la posibilidad de tener una conversación seria con su madre y poder hablar sobre sus inseguridades con respecto a Lauren. Quizás debía hablar con su padre cuando éste volviera de ver el fútbol con sus amigos o quizás debía quedarse unos minutos más para seguir siendo humillada por su madre y decirle sobre la reputación de la ojiverde y sus propias inseguridades.

...

- Ey, Jorge, que ya has despertado veo. – Murmuró Lauren mirando al pequeño de ojos marrones quien afirmó levemente con su cabeza para luego volver a mirar a su madre quien le acariciaba los cabellos negros que caían por la frente del niño.

- No se ha quejado, sólo lloró un poco al despertar. – Explicó la preocupada madre.

- Le hemos dejado unos buenos medicamentos para que no tenga ninguna molestia, incluso hoy por la noche podrá volver a casa, la enfermera le explicará sobre cómo cuidar de las suturas y la alimentación que necesitará Jorge por estos días.

- Tengo hambre. – Susurró el niño mirando con vergüenza.

- Ya lo sé campeón... Pero aún falta un poquito para que puedas comer, sólo un poquito... Además... Ahora eres el chico más guapo de Miami. – Dijo Lauren.

El pequeño intentó sonreír pese al vendaje que tenía cerca de la zona del labio bajo la nariz mientras Lauren podía notar la sincera alegría en aquellos redondos ojos marrones.

Mi mejor medicina. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora