Capítulo 8.

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Lauren detalló con cuidado cómo el café caía en su vaso de cartón lentamente dejando que el aroma llegara hasta sus narices. Sonrió al recordar lo feliz que se había levantado aquella mañana luego de la tranquila y agradable cena que había tenido con Camila.

Ahora se preparaba para entrar a una rinoplastía junto a Nathan, el cual estaba hablando con el anestesista en el quirófano para que todo estuviera en orden. Su tranquilidad momentánea fue interrumpida cuando Dinah Jane entró al lugar en búsqueda de una botella de agua.

- Ey, buenos días Dra. Jauregui. – Saludó la chica.

- Buenos días Dra. Hansen. – Respondió.

Ambas se mantuvieron en un incómodo silencio hasta que Dinah se dejó caer en el cómodo sofá que estaba en el lugar, Lauren podía notar cómo la ginecóloga se debatía entre hablar o no.

- Mila nos ha contado que el Dr. Evans y tú han aceptado ayudarle con la lista de pacientes de cirugía infantil. – Comentó mientras bebía un poco de la botella.

- Sí, si podemos ayudar con lo que hacemos no veo alguna razón para negarnos. – Dijo metódicamente.

La ginecóloga afirmó lentamente con la cabeza mientras detalla el sereno rostro de Lauren la cual intentaba descifrar todas las expresiones en el rostro de la amiga de Camila.

- Si lo estás haciendo para sorprenderla creo que ella se enfadará si descubre tus reales intenciones... - Resonó la voz de Dinah.

Lauren apretó rápidamente la mandíbula para evitar dar una respuesta sin pensar fríamente. Si bien aún no tenía una razón concreta por la cual deseaba ayudar a Camila sabía muy bien que la de quedar bien frente a ella no lo era, la ojiverde nunca había sido de aquel tipo de persona, incluso detestaba a quienes hacían acciones para quedar bien con otros y así obtener alguna ganancia de aquello.

- Dra. Hansen, veo que me conoce muy poco la verdad... No estoy haciendo esto para obtener la atención de la Dra. Cabello si es lo que le preocupa... - Apuntó con voz firme.

- Entonces olvida todo lo que dije. – Respondió Dinah levantándose del sofá.

Un leve suspiro escapó de su boca al ver cómo la ginecóloga le estaba advirtiendo sobre su proximidad con Camila, la cirujana lo sabía, sabía que tenía una reputación junto a Nathan y seguramente Dinah no quería ver a su amiga envuelta en aquellos rumores y situaciones en que envolvían a ambos cirujanos plásticos. Una extraña sonrisa amarga se dibujó en su rostro al pensar en cómo las personas solían equivocarse tanto al juzgarla sin conocerle, pero llevaba años acostumbrada a todo aquello.

...

- Camila... - Murmuró Will mientras observaba a la pediatra.

Sus ojos marrones se mantuvieron en el monitor cardiaco el cual se mantenía en asistolía y una hipotensión marcada... Llevaban casi 40 minutos intentando reanimar a un niño de 8 años que había estado en un accidente automovilístico y que había sido llevado hasta la urgencia donde ella estaba de turno aquella tarde.

- Hora de la muerte, 19.03 PM. – Anunció.

Lentamente y junto a la enfermera que había estado durante la reanimación comenzaron a limpiar algunos rastros de sangre del rostro del pequeño e intentar cubrir las heridas visibles para que sus padres pudieran entrar en la habitación luego de que ella les informara de lo sucedido.

Cuando se acercó a los padres del pequeño, los cuales tenían algunas lesiones superficiales pero que ya habían sido tratadas, Camila respiró hondamente intentando mantener la calma frente a la situación.

Mi mejor medicina. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora