Capítulo 26.

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- ¡No! – Resonó el grito por toda la habitación.

La respiración de Lauren se mantuvo agitada mientras intentaba enfocar sus ojos para ubicar dónde estaba y qué había pasado... Una pesadilla, un antiguo recuerdo de cuando su hermano había estado hospitalizado y ella mirando sin poder hacer nada.

Acomodándose desnuda entre las sábanas observó cómo el amanecer se colaba por las persianas de la habitación.

- ¿Camila? – Llamó en vano al ver cómo la puerta de la habitación estaba abierta.

Pasando una mano por el lado de la cama donde había dormido la pediatra pudo percibir la frialdad de las sábanas confirmando que el cuerpo de Camila hacía un tiempo que ya no estaba abrazado al de Lauren.

Controlando sus ganas de llorar al sentir que la morena había vuelto a huir y con la gran posibilidad de que la pediatra se sintiera arrepentida de aquella noche la ojiverde salió de la cama vistiéndose rápidamente sin saber muy bien qué hacer.

Aún descalza y buscando a Camila por el piso la cirujana asomó su cuerpo por la ventana del salón en dirección de la playa donde había ido innumerable veces con la morena. Una figura se detallaba a la distancia, Lauren no podía asegurar a ciencia cierta que se tratara de Camila, pero al no tener ninguna otra opción salió corriendo del piso olvidando que iba con los pies desnudos.

Sintiendo la calidad del asfalto contra sus pies y corriendo en dirección de la playa Lauren se preguntó si finalmente su corazón había tomado el control de todos y cada uno de sus pensamientos. No parecía lógico estar corriendo descalza por la ciudad en búsqueda de la mujer que había escapado de su lado al amanecer luego de haber pasado toda la noche haciéndole el amor.

- ¡Camila! – Gritó mientras disminuía la velocidad de sus piernas debido a la arena y la proximidad de la figura que estaba de espalda a ella.

Efectivamente era la pediatra. Lauren pudo detallar cómo la morena se giraba lentamente a la vez que terminaba de limpiar algunas lágrimas que rodaban por sus mejillas.

- ¿Qué haces aquí? – Murmuró la cirujana agitada y con la frente perlada en sudor.

- Por favor... Necesito estar sola...

- Me has asustado Camila... No... No puedes irte así, no puedes huir...

- Que sabes tú de huir cuando no puedes quitarte el miedo que habita dentro de tu corazón... - Dijo amargamente la morena llevándose ambos manos al centro de su pecho.

Intentando controlar su respiración y acercándose hasta donde su rostro quedara directamente frente al de Camila la ojiverde se mantuvo en silencio observando el dolor en el rostro de la pediatra.

...

- Lauren anoche ha sido quizás una de las noches más mágicas de mi vida... No tienes idea cómo me siento cuando estoy entre tus brazos, cuando me tocas, cuando me besas, cuando escucho tu voz... Sentirte así me hace desearte para siempre... Y no puedo darte un para siempre, aunque lo quisiera, ya no depende de mí...

Con sus ojos marrones detalló cómo los rasgos del rostro de Lauren estaban tensos y marcados. Quiso acariciarlo, pero prolongar más caricias entre ellas podría ser un arma de doble filo.

- No depende de ti... Ni de mi... Pero las relaciones siempre son así... ¿No? Hasta las parejas más firmes se divorcian, tienen problemas o incluso se dan otras oportunidades... Nosotras al menos sabemos qué tendremos que superar... - Apuntó la ojiverde.

Mi mejor medicina. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora