Capítulo 40.

30.8K 2.5K 704
                                    

Último maratón -> 1/4

***

Camila sintió cómo sus cabellos se movían contra el leve viento que corría por aquel café junto a la costa de Miami.

Aún saboreando su cappuccino con sus ojos marrones detalló la característica sonrisa en el rostro de Shawn quien hacía unas horas ya se encontraba en la ciudad y había aceptado aquel café aprovechando que el cielo seguía cubierto por nubes y que algunas pocas gotas de lluvia ya habían caído en la ciudad.

- ¿Estás segura que no quieres un muffins? Por Dios, está delicioso. – Habló el pelinegro dándole un último bocado al dulce.

Sólo negó un poco con la cabeza mientras intentaba ordenar su mente antes de comenzar la conversación que deseaba tener con su amigo.

- Shawn... Necesito hablar contigo. – Rompió el silencio.

El alto chico le miró detenidamente para luego dejar rígido su rostro. Claramente Shawn sabía de qué iba el asunto, fue aquel mismo gesto que confirmó todo lo que Lauren le había dicho, su amigo fue quien le comentó todas aquellas cosas a la cirujana.

- ¿Por qué le has estado contando cosas mías a Lauren a mis espaldas? – Dijo pesadamente.

- Yo... Yo... ¿De qué estás hablando? – Murmuró nervioso.

- Shawn, por favor... Si me lo niegas créeme que realmente terminaré muy molesta contigo.

La mueca en el rostro de Shawn sólo hizo más tensa la situación mientras la pediatra siguió esperando por una respuesta.

- Lo del seguro médico se lo he dicho porque sabía que ella haría algo y que tú no ibas a objetar... - Explicó.

Entreabriendo los párpados sin creer la total falta de vergüenza por parte de su amiga Camila respiró hondamente para controlar y no hacer una escena en el lugar donde estaba.

- Yo nunca he dicho cosas tuyas a tus espaldas con otras personas... - Apuntó la morena. – Además, ¿Por qué a Lauren? Podrías haberle dicho a mis padres, a Dinah o a Normani...

Shawn frunció el ceño intentando desviar su atención hacia su taza de té verde.

- Somos amigos desde hace casi diez años... Sin olvidar que trabajamos tres años en Uganda aislados de casi todo el resto del mundo... ¿Qué estás intentando de hacer Shawn? – Dijo intentando no quebrar su voz.

- Yo... - Suspiró fuertemente. – No lo sé Camila... Creo que ya no lo soporto más... Nunca pensé que encontrarías a alguien tan rápido luego de volver a Miami.

Camila se detuvo en lo amargo que habían sonado las palabras que salieron por la boca del pelinegro. Se negaba a creer que su amigo finalmente cambiara su forma de ser sólo por no dejar ir la idea de que ellos lograran tener algo más que una amistad.

- Shawn, eres mi amigo... Y ya hemos hablado muchas veces de esto... - Murmuró.

- Lo sé... Pero Camila, realmente no puedo dejarlo ir...

- Pero es que ahora está comenzando a dañar, a ti, a mí, nuestra amistad, mi relación con mi novia.

Una de las manos de Shawn golpeó levemente la mesa haciendo resonar las tazas en su lugar. Camila entreabrió la boca mirándole sorprendida.

- ¿Tu novia? ¿Sabes la fama que tiene tu novia? – Apuntó Shawn. – Todo el mundo sabe que es una mujeriega, déspota y que ve por su propio bien...

Mi mejor medicina. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora