Prólogo.

13.7K 991 211
                                    

"Sobre todos nosotros un poco de lluvia debe caer." Led Zeppelin, The Rain Song.


La visión de la mitad de la oscura flecha delgada clavada sobre mi cuerpo, me paralizó. Todo lo demás en mi campo de visión se volvió una mancha de sombras cambiantes. Mi mente intentó comprender simplemente cómo. Cómo había llegado la flecha allí. Cómo no la había sentido.

Mi garganta irritada empeoró, y dejé salir otra serie de toses húmedas y dolorosas. Cada respiración, cada movimiento, comenzaba a convertirse en un dolor punzante que salía de mi herida y se extendía por todo mi cuerpo. Sentí que algo en mi interior se bloqueó, y me costaba respirar. No podía hacer otra cosa que reprimir la tos, y el dolor. Mi mano se cerró en la flecha, pero apenas intenté moverla, un dolor insoportable me tomó por completo, un dolor que nunca antes había sentido o podría haber imaginado. Mis manos estaban mojadas, cubiertas de un líquido espeso y caliente que mi cerebro aturdido tardó en comprender que era sangre.

Unos brazos me rodearon, pero mi visión continuaba borrosa y no sabía quién era. Cada vez me costaba más respirar, y el entumecimiento que antes me poseía, se estaba transformando en debilidad y agonía. Mi corazón golpeaba frenético contra mi pecho.

Estaba teniendo un ataque de pánico.

-¿Ariel? Oh Dios mío, Ariel, no. No cierres los ojos. Quédate conmigo.

La voz que me hablaba era baja, angustiada y temblorosa. Stiles.

-N-no... no puedo... respirar. -Logré decir de algún modo. -La flecha...

-Lo sé, bebé, lo sé, espera, tenemos-

-Quita la flecha. -Farfullé.

Muchas voces sonaron al mismo tiempo, transformándose en una especie de niebla, y no podía distinguirlas. Parecían en desacuerdo.

Conforme más me costaba respirar, el dolor comenzaba a dimitir. Sabía que eso no debería suceder, porque el dolor era lo que me mantenía allí. No quería descubrir a qué otro lugar me llevaría su ausencia. Parpadeé, disipando las lágrimas que anegaban mis ojos. La mancha se disipó hasta que pude enfocar mi visión en Stiles. Él también me observaba. Sentí una de sus propias lágrimas tibias chocar contra mi frente.

-No quiero... morir. -Luché por hablar, por respirar, por continuar sintiendo. -No quiero.

-No vas a morir, Ariel. No lo harás.

outlasted spirit ⋄ stiles stilinski // 2Where stories live. Discover now