outlasted spirit ⋄ stiles stilinski // 2

7. "Instinto"

(El capítulo tiene una escenita un poco subida de tono. Aviso, por las dudas. También tuve la idea de agregar unas canciones de mi playlist que si quieren, pueden escuchar mientras leen el cap. Ahora sí, disfruten el cap!)

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Playlist:

Burning Man - Watt, Post Malone

Dark Times - The Weeknd, Ed Sheeran

The Less I Know The Better - Tame Impala

Waves - Echo Lake

Remurdered - Mogwai

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"Ella puede lucir inocente, pero sabe cómo dejar su marca." –J. Iron Word.

Creí que mis tímpanos iban a explotar. Caí sobre el hielo con fuerza, tapando mis oídos en un esfuerzo inútil. El grito me resultaba extrañamente familiar.

Logré entrecerrar mis ojos hasta ver a Lydia al otro lado de la pista. Estaba agachada sobre el hielo, gritándole a la nada misma, con Stiles haciendo lo posible por calmarla. Quería ir hacia ella, quería saber qué le sucedía, pero mi propio cuerpo no me estaba obedeciendo. Mi visión se volvía borrosa por momentos, mientras me acerqué como pude a la entrada a la pista. No sabía si Lydia seguía gritando, porque un poderoso zumbido se había asentado en mi cabeza, justo como la primera vez que la había oído gritar.

Lo siguiente que supe, es que me estaba alejando de la pista corriendo, y el suelo parecía tan frío como el hielo en mis pies descalzos. El zumbido producía un dolor punzante en mis sienes. Mi instinto de correr, de alejarme del grito de Lydia era inútil, y el desconcierto me atestaba.

Unas luces me cegaron súbitamente, y el chirrido de los neumáticos de un auto atronaron mis oídos. Presioné aún más mis manos contra mis orejas, intentando por todos los medios no comenzar yo misma a gritar.

Alguien me tomó por los hombros y comenzó a sacudirme, al principio de forma sutil, y luego con violencia. Después tomaron mis manos, sacándolas de mis oídos.

–¡Ariel!

Abrí mis ojos, notando que los había estado cerrando con fuerza. Las luces del auto todavía me encandilaban, sin embargo, reconocí que era Derek quien me sostenía.

Comencé a alejarme, pero sus manos no hicieron más que sostenerme con más fuerza. Me estaba hablando, diciendo algo que no lograba oír por el zumbido constante. Lo único que quería hacer era demandarle que me dejara, preguntarle qué demonios hacía allí, pero no lo lograba. Era como si estuviera desconectada de mí misma.

Me levantó del suelo, y me llevó hasta su auto con dificultad a causa de mi lucha para que me soltara. Me rendí una vez oí la puerta cerrarse, y el sutil murmullo del motor.

Cuánto tardó mi mente en aclararse, no tenía idea. Pero en cuanto lo hizo, el motivo de mi esfuerzo pasó a ser el de intentar no golpear a Derek.

–Creo que tengo que ampliar mi vocabulario de insultos, porque los que sé no alcanzan para ti en este momento.

Él no mostró expresión alguna. –¿Y qué sobre un gracias?

–¿Quieres que te agradezca por haberme secuestrado? Todavía no estoy tan loca.