outlasted spirit ⋄ stiles stilinski // 2

9. "Control"

Playlist:

Down - Jason Walker

Way Down We Go - Kaleo

Until the Levee - Joy Williams

Shadow Preachers - Zella Day

Fell on Black Days - Soundgarden

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"Somos dueños de las palabras no dichas, pero esclavos de aquellas que dejamos escapar." -Winston Churchill.

Aquélla noche, mis pesadillas volvieron.

Cuando había estado con Stiles y Scott, no había tenido exactamente tiempo para pensar en lo que me había sucedido. Había estado aterrorizada, sí, pero mientras estaba acostada, en mi habitación a oscuras... todo parecía peor. El recuerdo de haber caído al agua, de que me cubriera por completo antes de haberme desvanecido, me perseguía. Y cuando caí dormida, casi en contra de mi voluntad, mi subconsciente decidió ser aún peor.

Desperté con mi corazón golpeando furiosamente contra mi pecho. Mi garganta dolía como si no pudiera respirar, obligándome a girar sobre mi cama y comenzar a toser en busca de oxígeno. Sin embargo, no estuve preocupada hasta que comencé a toser agua. Agua con el inconfundible gusto a cloro, como había escupido hacía unas horas antes, cuando Scott me había sacado de la piscina. Estiré mi brazo para encender la lámpara junto a mi cama, tratando por todos los medios dejar de toser. En cuanto la encendí, volví escupir agua sobre el suelo de mi habitación.

El agua estaba teñida de rojo.

La visión fue suficiente para hacerme levantar y correr desesperadamente hasta mi baño. Vomité lo poco que tenía en mi sistema.

Cuando logré controlar la tos, me apoyé contra el lavabo, consiguiendo finalmente respirar sin dificultad. El mármol frío contra mi frente ardiente era agradable, pero no pude siquiera disfrutar de la sensación, cuando sentí algo quemar el dorso de mis dedos. Levanté el rostro, quitando mis manos con un siseo de dolor. Extrañas quemaduras cubrían mis dedos, en forma de líneas cortas. Escaneé perpleja el lavabo, sin encontrar más que mi cepillo de dientes, y todas las demás cosas típicas de baño que ni siquiera habían estado cerca de mis manos. Nada que pudiera causarme quemaduras.

Lo único que podría haber tocado, era el marco ornamental del espejo. Mordí mi labio inferior con fuerza, y acerqué mis dedos al borde de uno de sus remolinos decorativos. La arranqué apenas lo toqué, reprimiendo a duras penas un quejido doloroso. Ahora tenía una nueva quemadura.

No tenía ningún sentido.

El espejo lucía antiguo, aunque estaba en perfectas condiciones. Era obvio que el marco de hierro no tenía forma de estar a la suficiente temperatura como para causarme quemaduras, mucho menos como las que tenía. Mi confusión no hizo más que empeorar. Contemplé el espejo como si fuera mi peor enemigo.

Hierro. ¿Era posible que...?

Salí del baño velozmente, pensando qué otra cosa había en la casa que fuera de hierro. La oscuridad de aquellas horas no fue problema para mi extraña visión nocturna. Bajé las escaleras con cuidado de no causar ruido, y caminé hasta la chimenea del living. Ésta tenía una pequeña reja de hierro. Antes de pensar realmente en mis acciones, acerqué una de mis manos a una de las puntas de la reja, para quitarla con dolor un instante después. Aquello era... aquello era imposible. Nunca antes había tenido ningún tipo de reacción alérgica, mucho menos al hierro. Y estaba segura de que la alergia no se presentaba en forma de quemaduras.