4. "Impulsos"

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"Uno no puede estar preparado para algo, mientras que en secreto cree que no va a suceder." -Nelson Mandela.

Las llaves se deslizaron de mi mano, chocando contra el suelo con un tintineo hueco. Sentí mis labios separarse, mi boca caer ligeramente abierta, y hubiera jurado que mi corazón se había detenido un momento. Los ojos de Stiles observaban los míos con una sombra de duda, y yo no podía formar ningún pensamiento coherente.

–Uh... ¿Q—qué?

Las cejas de Stiles se acercaron, mientras desviaba la mirada. –Eso—eso fue inesperado, lo sé, yo solo—¿Por qué... por qué te ríes?

En efecto, mis risitas pobremente contenidas estaban llenando el silencio de la noche. –Eres un idiota, Stilinski.

Otra carcajada salió de mis labios, y de un salto cerré el espacio entre nosotros, lanzando mis brazos a su cuello. Debí suponer que nuestra falta de coordinación unida no sería buena, porque Stiles tropezó hacia atrás, mi pie se enganchó sobre el suyo, y terminamos los dos sobre el suelo. Mi risa ahora era incontrolable, y no me molesté de salir de encima suyo, apoyando mi frente en su cuello.

–¿Debo tomar eso como una afirmación? –Preguntó, comenzando a reírse también. –Creo que me he roto algo. Qué manera de arruinar el momento.

A pesar de que seguíamos sobre el suelo, que nuestra posición no era exactamente cómoda, y que mis brazos dolían por la caída, alcé el rostro, y le besé.

No pude evitar comenzar a reírme nuevamente sobre sus labios, sintiendo como si mil mariposas explotaran en fuegos artificiales en mi estómago. Stiles sonrió también, pero me acalló unos segundos después, volviendo a besarme. Sus labios suaves se movieron sobre los míos, y una de sus manos acarició la parte baja de mi espalda.

Comenzó a erguirse, sentándose sobre el suelo del porche, dejándome sentada sobre su regazo. Sentí un calor ardiente en mis mejillas, mientras la dulzura del beso se convertía velozmente en uno apasionado. Sus brazos sostenían mi cintura y los míos caían sobre su espalda, pero pronto me descubrí sosteniendo su rostro, mientras mi boca exploraba la suya, luchando por tomar el control. Un gruñido salió de la garganta de Stiles, que resonó en mi cuerpo. Separé mis labios de los suyos con un jadeo.

–Tomaré eso como un sí. –Murmuró con la voz ronca.

Una media sonrisa se esbozó en mi rostro. Aquél lado de Stiles me tomaba por sorpresa. Un escalofrío recorrió mi espalda, aunque no sentía nada de frío. Acerqué mis manos a ambos lados de su rostro y acaricié su piel, bajándolas ligeramente, hasta que estuvieron sobre su pecho. Apreté la tela de su camisa y lo atraje hacia mí para besarle nuevamente. La lucha ferviente por tomar el control comenzó nuevamente, nuestros besos tornándose aún más impetuosos y persistentes. Mi fina camiseta debía haberse levantado un poco cuando me había inclinado hacia él, porque sentí su mano cálida sobre mi piel. Deslizó su mano suavemente unos centímetros debajo de ella, dejando un trazo abrasador.

No tenía idea qué estaba pasando con mis hormonas. Pero no me estaba quejando.

Se separó un poco, respirando entrecortadamente. Sus ojos iluminados por la farola de la calle parecían del color exacto de la miel.

Auch. –Farfulló.

Fruncí el ceño, intentando despejar mi mente con dificultad. Mis manos ya no estaban sobre su pecho si no que volvían a estar sobre su espalda, y las quité, extrañada.

–¿Qué?

Esbozó una sonrisa que volvió a poner mi corazón frenético. –Creo que tienes garras ahora.

outlasted spirit ⋄ stiles stilinski // 2Where stories live. Discover now