Cap. 6.- El mundo a través de las telas

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"No trates de esconderte detrás de esos ojos de ángel" - Angel Eyes -

Reiji llamó a Alex a su despacho.

-Hay una habitación disponible para tí- dijo.

Alex ladeó la cabeza, sin entender a que se refería. A menos que...

-¿Quieres decir como una habitación para que haga en ella lo que quiera?

-Lo captas rápido- dijo el pelinegro-. Antes de que llegarás, se acondicionó tal habitación con ordenes expresas de esa persona: iba a ser usada por la nueva novia y tendriamos prohibido entrar.

Alex frunció el ceño. El bastardo de Karlheinz lo tenia todo planeado para hacerla vivir en esa casa. Ajeno a su expresión, Reiji le entregó una llave.

-Te sugiero no perderla- dijo poniéndose de pie-. No hay otra copia.

-Gracias- dijo Alex forzando una sonrisa.

Tomó la llave y se fue. Su enojo aumentaba conforme se acercaba a la habitación y para cuando estuvo frente a la puerta estaba completamente furiosa.

-¡Estúpido vampiro!- exclamó descargando un golpe en la puerta con el puño.

Una voz cantarina la sacó de sus pensamientos.

-¿Haciéndole competencia a Subaru, Bitch-chan?

Alex estampó la frente en la puerta maldiciendo su suerte.

-Ahora no, Raito- murmuró-. No estoy de humor.

Raito se acercó a ella, susurrandole al oído:

-Podría mejorarte el humor, si quieres.

Alex se volteó. Prefería tenerlo de frente. El vampiro sonrió juguetonamente jugando con los cabellos de la chica mirandola a los ojos.

-Juguemos un poco, ¿qué dices a eso, eh, Bitch-chan?

Raito deslizó una mano debajo de la falda de Alex, acariciandole la pierna al tiempo que la acercaba a él. Alex contuvo un estremecimiento al sentir como su mano subía por la pierna, y cuando menos se lo esperó sintió los colmillos del pelirrojo clavandose en su cuello, tomando su sangre.

-Tu sangre...esta llena de energía- dijo-. Me gusta.

Alex se soltó de Raito y entró a la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Después extendió la mano izquierda y una energía cálida brotó de ella, sellando la habitación para que nadie pudiera teletrasnportarse dentro. Entonces miró alrededor y se le pasó el enojo de golpe.

Suspendida a varios metros del suelo habían instalado dos barras de equiibrio, de la cual colgaban dos trapecios. Había telas colgadas, aros de gimnasia y barras de equilibrio terrestres, además de una red de seguridad debajo de los trapecios y una cama elástica.

Alex estaba impresionada a más no poder. De inmediato subió a las telas, olvidándose por completo de los vampiros, de su misión y de todo. Se balanceó de un lado a otro, adelante y atrás, arriba y abajo, dejándose envolver en los primeros movimientos que se le ocurrían. Con agilidad pasó de las telas a los trapecios, pasando de uno a otro infinidad de veces.

Luego de eso, subió a las barras de equilibrio, balanceándose de una a otra dando saltos como bailarina, vueltas sobre su eje, y saltos y maromas para al final dejarse caer en la red de seguridad, mucho más relajada.

Para ella, el mundo a través de las telas era un lugar mejor.

Atrapada entre mundos (1/2)Where stories live. Discover now