Cap. 9.- Prueba de resistencia

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"No tengas miedo, estoy justo aquí" - B****** -

Alex llegó al amanecer a la mansión Sakamaki, aterida de frio, llena de barro y sangre.

No tenía ni fuerza ni ganas de responder las posibles preguntas y recriminaciones de los hermanos, así que se teletransportó directo a su habitación y se encerró en el baño. Se quitó la ropa y se metió a la tina sin importarle lo frío del agua.

En ese momento entró en estado de shock. Se abrazó las piernas y empezó a temblar. "¿Qué es lo que he hecho?", pensaba. "¿Qué me esta pasando?"

Alex había matado antes, cierto, pero una cosa era no poder contenerse al beber la sangre de un humano y no soltarlo hasta dejarlo seco; y otra cosa muy diferente era matar a alguien a golpes hasta romperle la cabeza con los puños, como ella había hecho. No estaba bien. Pero no pudo evitarlo.

Presa de los nervios, la muchacha se restregó la piel con el jabón y se talló con fuerza, como si quisiera deshacerse de lo hecho con tal acción. Tras un largo rato, salió de la bañera y envolvió su cuerpo en una toalla. Al mirar alrededor en busca de su uniforme se dio cuenta de que no estaba por ningún lado.

-Así que de aquí provenía el olor- dijo Raito sosteniendo el uniforme-. ¿Qué fue lo que hiciste, Bitch-chan?

Alex puso cara de palo, pero se estremeció interiormente. Raito dejó caer el uniforme al suelo y se acercó a ella. Tras lo sucedido, los sentidos de Alex seguían despiertos y el aroma del vampiro la embriagó al instante. Deseó su sangre con intensidad.

-No deberías estar aqui- dijo la chica con voz ronca-. Podría haber estado desnuda.

Alex se maldijó interiormente. Lo estaba provocando a propósito y era consciente de ello, pero ansiaba tanto probar su sangre... que no podía ni quería evitarlo. Si ellos tomaban su sangre, era justo y necesario que ella hiciera lo mismo.

Tal como esperaba, Raito se soltó a reír, acercándose más. Recorrió con la mirada a Alex mientras la acorralaba contra la pared.

-Eso hubiera estado mejor- dijo-. El solo imaginar tu cuerpo húmedo al descubierto me excita.

Raito le pasó la lengua por el cuello a Alex, y ese simple movimiento le despertó el instinto vampirico de golpe. Sujetó a su presa con los brazos y le mordió el cuello, succionando su sangre. El vampiro soltó un ahogado gemido de sorpresa y dolor e intentó zafarse, pero la muchacha lo mantuvo sujeto con fuerza a su lado. Al cabo de un rato, se dejo vencer y cayó al suelo llevando a Alex consigo.

La chica saboreó la sangre del tercer hijo, que era dulce y embriagante, llena de fuerza y fogosa. Se detuvo y se separó, mirándolo con una mezcla de alegría y alivio. Se sentía un poco mal por lo que había hecho, pero en el fondo se alegraba de que Raito Sakamaki no hubiera pasado la prueba. Él no era el que buscaba.

Atrapada entre mundos (1/2)Where stories live. Discover now