Cap. 8.- La correría del cazador

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"El día ha llegado para todos nosotros" - Beast And The Harlot -

-Mis hermanos y yo lamentamos no poder acompañarte ese día- dijo Ruki Mukami acariciando el cabello de Alex.

Alex estaba más calmada. Siempre le pasaba lo mismo con la cercanía de Ruki, él le reconfortaba bastante. La chica hizo un aspaviento con la mano.

-No te preocupes- dijo-. Sabía que no podían salir.

-Y lamento haberle hablado a esa persona de tí.

-Me imaginé que algún día sería así.

Ruki la observó con curiosidad y luego soltó una risita mientras ambos se ponían de pie. En ese momento escucharon pasos apresurados que subían a la terraza y jadeos de alguien recuperando el aliento. Esta vez fue Alex quien se echó a reír.

-¿Qué es tan divertido?- preguntó Ruki fruciendo el ceño.

-Ya lo verás- dijo Alex.

Segundos después, Lelouch subió casi arrastrandose y se dejó caer al suelo. Su condición física no había mejorado un ápice a pesar de sus esfuerzos, aunque claro, huir de un tipo que parecía ser el doble de ágil que el promedio no era tan fácil que digamos.

Apenas recuperó el aliento, vio que no estaba solo en la terraza.

-¿Interrumpo algo?- preguntó.

-No, para nada- dijo Alex bajando la mirada.

-¿Lo conoces?- preguntó Ruki, sorprendido.

-Espera- intervinó Lelouch-. ¿Ustedes se conocen?

Alex miró a uno y luego al otro.

-¿No se hablan?- preguntó-. ¿Están en el mismo grado y no se hablan?

-No nos conocemos- dijo Ruki-. Por lo general a él lo veo cuando lo estan molestando.

-Me defendiste una vez, si mal no recuerdo- dijo Lelouch.

-Bueno- dijo Alex dirigiendose a Lelouch-. Él es un amigo que conocí hace tiempo, Ruki Mukami. Y él- añadió dirigiendose a Ruki-, es un amigo de mi infancia...

-Lelouch Lamperouge. Es un gusto conocerte, al fin.

-El gusto es todo mío- dijo Ruki-. ¿De quién huías esta vez?

-De ese idiota pelirrojo que parece ser un conejo. Ni por que soy mayor que él me tiene respeto.

Lelouch suspiró. El tenía un poder llamado Geass, que le concedía el don de la obediencia absoluta. Bastaba con cruzar su mirada con la de su objetivo para que este obedeciera sus órdenes. Tiempo atrás había logrado milagros con ayuda del Geass, pero eso era parte del pasado. Había pensado usarlo para librarse del trillizo que lo perseguía, pero había jurado no volver a usar el Geass para facilitarse la vida. No era necesario que lo hiciera.

Se escucharon otros pasos. Los tres dieron un respingo y Lelouch se ocultó en el momento que Ayato Sakamaki aparecía. Al ver a Alex junto a Ruki, frunció el ceño.

-¿Acaso es costumbre suya robarnos las novias?- dijo jalando a Alex hacia él.

Ruki soltó una carcajada.

-No es mi culpa que ella me prefiriera a mí en lugar de a tí- replicó-. Así que tranquilo, esta vez no pasará.

-Deja de burlarte de mí.

Desde su escondite, Lelouch escuhaba todo entender de que hablaban. ¿De qué novias se referían? ¿En qué estaba metida Alex?

-Ya basta- intervinó Alex, soltandose de Ayato-. No voy a consentir que me trates como un pedazo de carne, patán. Si quieres jugar al macho alfa, búscate otra cosa.

Dicho esto, la chica se fue.

~~~~~

A la salida de clases, Alex tuvo que dirigirse a la mansión caminando. Seguramente había sido cosa de Reiji, abandonarla a propósito para que tuviera que andar. No era precisamente un castigo para ella, que adoraba caminar: simplemente se colocó los audífonos, encendió su reproductor mp3 y empezó a caminar.

De vez en cuando jugueteaba con el collar. Se lo había visto una vez a Graciela, cuando era niña. Ella le explicó en ese entonces que el collar tenía el poder de transformarse en cualquier arma que el portador tuvier en mente, y le mostró como funcionaba. La niña había quedado encantada con el collar.

Algo llamó su atención. Los sentidos de Alex se agudizaron al por mayor en cuanto sintió una presencia ajena y desconocida rondando alrededor. Apagó el reproductor y lo guardó en su mochila, necesitaría su concentración al máximo para lo que iba a venir, si estaba en lo correcto. "Mal momento para tener que ir andando a casa", pensó sin detenerse. "Un muy mal momento"

Alex había descubierto con los Mukami, a la mala, que un vampiro se debilitaba si otro vampiro se alimentaba de él. Si antes alimentando a cuatro vampiros apenas se las arreglaba para levantarse de la cama, ahora que alimentaba a seis era un milagro que no estuviera muerta. Y hoy se habían alimentado bastante de ella, por lo que no se encontraba al máximo de sus fuerzas. Ni siquiera sabía si podría resistir un enfrentamiento directo sin caer desfallecida. Así que solo le quedaba esperar que su contrincante fuera un humano idiota.

-Vaya, vaya- dijo una voz-. Mira lo que tenemos aquí.

Un hombre de negro apareció enfrente de Alex, cerrandole el paso. En la solapa de su chaqueta tenía un distintivo con un símbolo desconocido para la peliazul. Alex se detuvo, sin perder la calma. El hombre la miró de arriba abajo y sonrió.

-¿No es muy tarde para andar buscando victimas, asquerosa chupasangre?- dijo con desprecio dejando al descubierto una ballesta.

Antes de que la chica dijera algo, el hombre apuntó hacia ella y disparó. Con un silbido, una saeta con punta de plata se dirigió hacia Alex y ella la esquivó haciendose a un lado con gracia felina. No tenía sentido fingir, así que corrió lejos del tipo, que sonrió.

-La encontré- dijo yendo tras ella.

Tras un rato corriendo, Alex entró a un callejón y se ocultó para recuperar el aliento. Se sentía terriblemente hambrienta y lamentó no haber bebido sangre de nadie. Y se recriminó por pensar en eso de nuevo. Escuchó pasos de alguien entrando al callejón con cautela y esperó que estuvieran más cerca.

En el momento adecuado, saltó sobre un hombre, un cazador que se había unido al que le había cerrado el paso antes, y Alex le hundió los colmillos en la nuca. La sangre tenía un sabor amargo, pero en el estado en el que se encontraba Alex le supo a gloria. Sintió sus fuerzas renovarse conforme el hombre se debilitaba, hasta que cayó al suelo, muerto. Alex se relamió, y en ese momento entró el otro cazador, que se lanzó al ataque.

El hombre había cambiado la ballesta por una espada, y en el momento en que se abalanzó sobre la chica ella dio un salto hacia atrás. Alex se preocupó por no tener un arma... hasta que recordó que traía el collar de cuentas. Sujetó el collar en el punto en que dos cuentas se unían y las separó de jalón. El collar se bamboleó en el aire antes de ponerse rígido y convertirse en una espada.

Sin mediar palabra se lanzaron al ataque. El cazador lanzaba ataque más ataque con celeridad y Alex se entretenía bloqueandolos, por lo que no atacaba. Su plan inicial era solamente herir al hombre y alejarse de ahí lo más pronto posible, pero como siempre el destino tenía planeada otra cosa. Cansado de que sus ataques fueran bloqueados el cazador lanzó una estocada directa para atravesar a Alex, quien logró esquivarla por los pelos a costa de su equilibrio y cayó al suelo en un charco de barro.

-Morirás- dictaminó el cazador-, como debe ser. De rodillas, como tu maldita niñera debió morir.

La mención de Graciela hizo enfurecer a Alex, quien soltó su arma, que tomó su forma de collar, y saltó sobre el sujeto con fuerza inusitada tirándole al suelo y empezó a golpearlo. Le cruzó la cara de un puñetazo, soltando toda su fuerza en el golpe, y luego le dio otro, y otro más.

La sangre salpicaba la pared, el suelo y la ropa de la muchacha con cada golpe hasta que la cabeza del cazador se abrió con un crujido. Un chorro de sangre salpicó la cara de Alex y la chica se detuvo, como si eso le hubiera hecho reaccionar.

Observó lo que había hecho, y luego de tomar el collar salió de ahí.

Atrapada entre mundos (1/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora