31- INCREÍBLE (2)

372K 25.7K 10.4K
                                    

DONDE ESTÉS TÚ
***

Canción: House of cards - Tyler shaw.
***


Se detuvo frente a mí y observó mi pijama con diversión.

—¿Ibas a algún lado vestida así?

—¿Yo? No, no. Solo iba a asegurarme de... —Su sonrisa se amplió al escuchar mi tartamudeo y bufé, vencida—. Bien, estaba a punto de regresar. Deja de parecer tan engreído.

Golpeé despacio su abdomen antes de que riera y me abrazara.

—No soy engreído, solo me hace feliz tu decisión. —Depositó un beso sobre mi cabeza.

—¿Cómo supiste cómo llegar?

Le observé bajar la cabeza y patear una piedra frente a su pie.

—Llamé a Vick —confesó. Debí imaginarlo—. ¿Vamos dentro? Muero de frío.

Lo tomé de la mano para conducirlo al interior y, tras ofrecerle algo de beber —a lo que él se negó—, le mostré cada rincón de mi nuevo lugar. Mi habitación, por supuesto, la dejé para el final. Cuando llegamos a mi pieza le vi escudriñar cada centímetro. No era tan amplia como la que había usado mientras vivíamos juntos, pero era cómoda para mí, me gustaba y por alguna razón quería que a él le gustara también.

—Es muy... tú —dijo tras algunos segundos.

Yo miré rápidamente mi habitación y fruncí el ceño. Estaba limpia y en completo orden, las paredes eran de colores claros y aburridos, no había ninguna decoración todavía... No sabía cómo tomarme aquello.

—Eh... ¿gracias? Creo.

Levi pasó un dedo por el pliegue en mi frente y rio.

—Es un cumplido, enana, deja de buscar significados ocultos en mis palabras. Los colores me gustan. Inspiran paz, son relajantes. —Se encogió de hombros y sonrió de medio lado—. Me calman, como tu presencia. Me gusta tu habitación y me gustas tú.

Observé su perfil mientras él continuaba estudiando sus alrededores. Sonreí. Había dicho aquello con tanta sinceridad que por un momento se sintió... natural. No sonó forzado, pero de igual manera me sentí extraña, desacostumbrada a escuchar algo tan lindo.

—Gracias —musité.

Su mirada cayó en la mesita al lado de mi cama y en la computadora que estaba sobre ella. Sonrió ampliamente.

—¿Sigues escribiendo? —Asentí cuando sus ojos se fijaron en mi rostro—. ¿Puedo leer lo que has avanzado?

Me eché a reír cuando escuché su tono esperanzado.

—Claro, solo no me mates.

Me acerqué en unos pasos hacia donde estaba mi portátil y lo sentí seguirme. Esos días pasados me había sentido tan miserable que había hecho a mis personajes miserables también. Habían sufrido de todo en tan poco tiempo...Suponía que ahora ya podía dejarlos ser felices.

Aunque fuera un ratito nada más.

—Das miedo —expresó antes de reír y dejarse caer de espaldas sobre mi cama.

Yo me senté en la orilla del colchón, abrí el aparato y lo encendí antes de que uno de sus brazos rodeara mi cintura. Me acercó a su cuerpo con facilidad. Yo seguía sentada con mis pies colgando por el borde y él se hallaba acostado detrás de mí, con la cabeza recargada sobre una de sus manos y la mirada fija en la pantalla.

Siempre has sido tú ✔ (EN LIBRERÍAS)Where stories live. Discover now