Primer latido

1.4K 217 44
                                    

Ella ya me había dicho que al siguiente día iría a clases y me pareció una tonta idea. Yo quería acostumbrarme a mi entorno, salir a explorar o a cazar bichos en el patio trasero, pero al parecer lo que querían mis padres era sacarme lo más pronto posible de la comodidad de mi cama. Me levanto enojado y dando rabietas a mi madre que lo único que hace es desvestirme para meterme a la ducha. Sé que ya estoy grande para bañarme solo, pero cuando me mira y me dice "deja, yo lo hago" no puedo decirle que no. Me lava el pelo y me pasa una esponja color marfil por el cuerpo, mientras canta una canción de Frank Sinatra; se preocupaba por secar cada rincón de mi anatomía después del baño y yo solo me ocupo de bostezar y de cerrar los ojos de vez en cuando. Me peina y me seca el cabello. "Puedes pegar un resfriado", me dice cuando el secador desordena mis mechas negras y me calienta el cuero cabelludo.

La cocina está desordenada y mi desayuno fue un simple vaso con leche tibia y un pan con mermelada. Mi papá no estaba y Ruby seguía durmiendo. Estaba listo y feliz. Ella se encargó de todo, de mi almuerzo y de mi mochila, veía como organizaba todo dentro de ella y como me decía, con suma paciencia, en donde estaba cada cosa. Me preocupaba el hecho de tener que buscar algo en la infinidad de mi bolso y no poder encontrarlo.

Nos subimos a la bicicleta de mi mamá y me abracé a su cintura. Nevaba otra vez y de reojo vi la casa de al frente, no pude evitar fruncir el ceño.

Cada vez que mi mamá veía un perrito hacía sonar la campanilla de la bicicleta, me hacía reír y yo imitaba el sonido del timbre juntando los labios y soltando un fuerte "¡pin, pin!" que resonaba en todo el lugar. Ella intentaba no pasar por lugares estrechos o cercanos a la calle por donde pasan los autos, mi mamá sabe que a mí me dan algo de pavor los autos o para ser más específico, los que andan rápido. Pienso que van a descontrolarse y bailar sobre el pavimento atropellándome. 

Llegamos a la escuela de South Park y cuando la veo suelto un suspiro de asombro pues es bastante grande y linda, con la bandera flameante y un vistoso color amarillo y morado, cubierta de nieve espesa. Es más alta que la de Arizona, aquí todo es más algo que en Arizona la verdad. Me bajo de la bici y mi mamá me sostiene el rostro apretando mis mejillas y besando mi frente, levantando un poco mi gorro azul rey con pompón amarillo para arreglar algunos pelos rebeldes que se escapaban. Sonrío y me dice que me ve luego, me despido mientras veo su cabello bailar contra el viento y a sus pies moverse coordinadamente.

El pasillo era largo y estaba repleto de niños. Me sentía nervioso y mantenía una mirada curiosa y serena mientras mis ojos se paseaban de un lado a otro buscando mi salón, salón que mi mamá me dijo al cual tenía que entrar. No logré dar con él así que otra vez, estaba en la dirección buscando ayuda, la cual recibí. Estaba un poco más calmado, por lo menos no tendría que estar vagando por los salones preguntando si esa era la clase del Señor Garrison.

Abrí la puerta y vi a un hombre de edad, semi calvo, usando lentes y un ridículo chaleco verde manzana. Me miró y pude verme en el reflejo de sus cristales.

—Pasa Craig —dijo con una voz que no parecía de un viejo.

Entré y todos los ojos del salón se posaron sobre mí. Traté de no mirar a nadie, sin despegar los ojos del suelo o de mis zapatos.

—Niños, él es Craig. Su nuevo compañero —comenzó dando el mismo cínico discurso que siempre hacen—. ¿Quieres decir algo Craig?

Negué con la cabeza y me di suficiente coraje para levantar la vista y encontrarme con los que serían mis nuevos amigos o conocidos o compañeros o simplemente niños que ignoren mi presencia. Miré a cada uno, cada par de ojos: azules, verdes, cafés, miel, pardos... Pero cuando me topé con unos que me resultaron familiares, levanté mi dedo del medio en dirección a él y todos los niños del curso se giraron a verlo.

—¡Gah! —fue lo único que dijo.

Último latido de un corazón oxidado [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora