Latido doce

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Mi cama estaba caliente y yo estaba triste, pero a la vez feliz. Triste porque era el último día de clases y feliz por la misma razón. Mi mamá me levantó con ánimos diciéndome "hoy es el último día, el último día" yo sólo la miraba con una sonrisa cálida.

El autobús se demoró en llegar y las ganas de entrar en él eran muchas ya que hacía mucho frío. Cuando llegó subí tan rápido que casi me tropiezo con los escalones. Me senté al lado de Kenny y él me susurró en el oído lo siguiente: "Sé que te gusta Stan, tranquilo, no diré nada"

Lo miré sorprendido, él me miró riendo. No quise preguntarle cómo lo sabía, prefería dejarlo así, como si yo no supiera nada. En todo el camino ninguno de los dos dijo nada, sólo escuchábamos a los demás hablar y la voz de Stan resonaba en mis oídos como una dulce melodía.

—Bien pendejos, como es último día, quiero que le den el regalo que trajeron a ese amigo especial, después de eso pueden irse. Hoy saldrán temprano —exclamó el profesor vejete.

Obviamente yo no traje ningún regalo, pues no podría haber elegido a alguno de los dos, simplemente no traje y ya. Sin embargo a mí me llegó solo uno, algo raro, supongo...
Lo guardé en mi mochila y me quedé en mi asiento viendo como todos los demás recibían regalos, incluidos Tweek y Stan. Me sentí algo mal al recibir sólo uno, pero de todas formas era uno y con uno me basta y sobra.

Al salir, veía a todos los niños gritar y chillar de alegría, mientras que otros eran indiferentes a esto. Era como un día normal de clases para mí, sólo que con un detalle diferente.

—¿Te acompaño? —Me dijo Stan a mi lado.

Lo miré a él con un sonrojo y luego vi a su grupo irse, Kenny al lado de Cartman y este último tomado de la mano de Kyle. Sonreí para mí mismo y por ellos.

—¡Claro!

Nos fuimos caminando lento, muy lento, disfrutando de nuestra compañía, tomados de la mano y riéndonos de cosas sin importancia. Stan era lindo y no lo digo por el hecho de que me guste, es lindo porque todos lo dicen. Las niñas, los profesores, los niños; creo que es el más codiciado, junto con Kenny, el cual también dicen que debajo de esa chaqueta se esconde un tierno rostro. Stan tiene unos ojos azules tan potentes, tan enérgicos, como si fueran a sacar chispas, una piel color durazno muy lisa y perfecta, unas manos suaves y un cabello negro muy opaco, muy lindo. Sin darme cuanta me lo quedé viendo.

—¿Qué? —Me preguntó con una sonrisa.

—Nada, sólo que eres muy lindo.

Se sonrojó y miró el suelo.

—Tú también —murmuró.

Le di un beso en la mejilla y él se abrazó más a mi brazo, lo cual me demostraba el afecto que me tenía.

—¿Recibiste regalo? —pregunté por simple curiosidad.

—Sí —afirmó—. ¿Y tú? —Creí que se sentiría mal al no recibir uno mío.

—No sé.

—¿No sabes?

—Digo... Sí, pero no sé de quién es.

Llegamos a su casa y me tomó de las manos. Se acercó a mí y me dio un beso pequeño pero muy lento.

—Sea de quien sea el regalo, espero que te guste —dijo para después darme otro beso corto y caminar a su puerta.

—Espera... ¿No es tuyo?

Negó con una sonrisa y antes de entrar a su casa me dijo:

—Feliz Navidad... Craig.

Y se fue.

—¡Feliz Navidad! —le grité emocionado.

Corrí a mi casa, lo único que quería era ver de quién era ese regalo. Si no era de Stan, tenía que ser de Tweek. Llegué, subí a mi cuarto y me encerré ahí, viendo la caja de color rojo con listón verde, la miraba tratando de abrirla sin tocarla, no quería romperla, pero tenía que hacerlo si quería ver que era y de quién era. Con rapidez destruí el regalo, desparramando las cintas y el papel por mi cama para encontrar una bufanda de color azul y amarillo y una nota.

"Tú eres mi amigo especial Craig. Te quiero mucho y me daba mucha vergüenza darte este regalo en persona, no sé porqué, ojalá puedas perdonarme. Ten cuidado al abrirla, hay un queque de chocolate adentro... Debí haber puesto esta nota afuera. ¡Me gustas mucho Craig!"

Y yo... Simplemente, ya lo sabía.

Último latido de un corazón oxidado [South Park]Where stories live. Discover now