Último latido de un corazón oxidado [South Park]

Epílogo

Te odio. Te creí más hombre, en cierto sentido, te creí más noble.

Me hiciste creer que todo lo que sentías por mí era verdadero, pero no, yo era el títere y tú el titiritero. Y ahora ordeno, con total cautela, la ropa desordenada en mi gran maleta.

Te veo con alguien más y me duele, me heriste, cobarde, por no decirme. Me confundías y lo sabías, no me dijiste lo que sentías. Y ahora ¿qué hago yo para aliviarme, si lo único que sé hacer es lamentarme?

No costaba nada decirme la verdad, lo que sentías en tu alma, yo hubiera entendido, aunque sea dímelo con calma. Pero decidiste usarme, jugar, lastimarme y olvidar.

¿Acaso todo lo que me dijiste era mentira? ¿Los besos, los abrazos, los regalos y las alegrías? ¿Nada era verdad? ¿Sólo era un juego? Jugaste conmigo o ¿yo era el anzuelo?

Me voy, para no verte, para no quererte, para no desearte. Me voy por eso, para olvidarte, y ojalá jamás, volver a encontrarte.