Quinto latido

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El Token se había enfermado y Kyle también. Entiendo que Kyle se resfriara pues estuvimos nadando en el río y hacía frío pero ¿El Token? No había razón. Fuimos a visitarlo el día sábado los tres y Tweek le hizo un café con leche. ¿Por qué le hizo un café con leche a él y no a mí cuando estaba resfriado?

El Token supo que lo llamaba "El Token" y se molestó, así que me dijo que no lo llamara más de esa forma y eso haré, si le molesta... En la tarde de ese sábado jugamos videojuegos y su madre nos dio muchas cosas ricas para comer, pero Tweek no comía nada. No quería parecer un entrometido pero me preocupaba que no comiera ni una pizca del delicioso bufete que la señora Black nos había preparado. Me acerqué a él con unos palitos de queso y se los ofrecí.

—¿Por qué no comes nada? —le pregunté con la boca llena.

—No tengo hambre —respondió bebiendo de su termo.

No me gusta que tome tanto café porque mi mamá me dice que eso hace mal y aunque a mí me caiga mal, a mi mamá le cae bien y no permitiré que este Pelos nerviosos se muera y ponga triste a mi mamá, así que en un movimiento rápido le quité el termo de sus manos paliduchas y salí corriendo del comedor, subiendo escaleras y entrando al baño siendo seguido por un gato amarillo nervioso y gritón. Me encerré en el tocador y me puse a reír por la gran maldad que hice.

—¡D-dámelo! ¡Es mío! ¡Ladrón, eres un ladrón! —gritaba y golpeaba la puerta del baño.

—No te lo daré hasta que me prometas que lo dejarás.

—¡No pu-puedo dejarlo!

—¡Sí puedes! No quiero que te mueras —Y los golpes cesaron.

—Bueno. No tomaré tanto.

Abrí la puerta asomando mi ojo por entre el pequeño espacio que me permitía ver a Tweek. Tenía los ojos aguados y hacía sonar su nariz moviéndola como un pequeño conejo asustado. La abrí completamente y me rasqué la nuca pues no quería hacerlo llorar, sólo no quería que se muriera o sino mi mamá se pondría triste. Le entregué el termo caliente y él lo recibió temeroso.

—Perdón por hacerte llorar.

—No estoy llorando pendejo.

Clyde se acercó al pasillo sonriendo de oreja a oreja y nos dijo que Token acababa de vomitar, sumamente feliz como si eso fuera digno de verse. Tweek le gritó que eso era asqueroso y lo llamó "sucio enfermo" recibiendo una repuesta por parte de Clyde iniciándose una diminuta riña entre ambos. Y yo sonreí porque me gusta ver a Tweek defenderse.

Último latido de un corazón oxidado [South Park]Where stories live. Discover now