Mamá

749 118 39
                                    

No pude hacerlo. No pude ir donde Tweek para darle un beso, no sé porqué. Hubo algo que me lo impidió, una sensación en el pecho que me dijo "¡Hey! ¿Estás seguro de esto?" Y pues... No, no lo estoy.

Estábamos almorzando en el comedor. Mi mamá había cocinado una rica pasta, amo la pasta y yo comía con suma ansiedad mientras ella contaba su día en el trabajo. No sabía si mi ansiedad y/o amargura se notaba, pues nadie me había preguntado nada por mi estado de ánimo, que ha estado decaído estos días. Aún sigo pensando en lo que me dijo Tweek y en lo que he vivido con Stan y es terrible cuando te das cuenta de que quieres a dos personas y no poder hacer nada para arreglar la situación.

—Craig —Mi mamá me habla—. ¿Estás bien tesoro?

—No... ¡Digo! Sí —Me ruborizo y juego con una albóndiga.

—Hijo... Te he notado distraído —hizo una pausa para acomodar sus codos en la mesa y mirarme con sus encantadores ojos celestes—. ¿No tienes nada que decirnos?

Negué haciendo vibrar mis labios, sintonizando un "mm mm" de negación. Era tonto ocultarlo; mi mamá siempre supo todo lo que me ocurría cuando era más pequeño, desde una simple calificación hasta un grave accidente. Era difícil ocultarle las cosas y se me era innecesario negarle este drama. Después de todo, ella terminaría sabiéndolo.

—Craig —dijo con un tono demandante.

—Mamá ¿Un niño te puede caer muy bien? —pregunté esquivando la verdadera pregunta.

—¿Te refieres a Tweek? —Mi hermana inquirió con una sonrisa en la cara pero cuando negué se esfumó—. ¿Stan?

—¿Quién es Stan? —Mi papá levantó la voz con la boca llena.

—El hijo de Sharon y Randy Marsh —contestó con calma mi madre—. ¿Qué pasa con ellos Craig?

—¿Puedes... Puedes ir después a mi cuarto? Por favor —Me sentía sofocado y no me atrevía a confesar mi extraño pesar en frente de toda mi familia. Me sentirá avergonzado y de seguro que mi padre se enojaría al enterarse que su único hijo varón gusta de otros niños varones.

Ella asintió comprensiva y seguimos comiendo, sintiendo que poco a poco se me iba a quitar un peso de encima pero a la vez estaría cara a cara con mi progenitora confesándole que me gustan dos niños.

Terminé de los primeros y después subí corriendo a mi dormitorio para esperar a mi mamá. Estaba nervioso y triste; repasaba una y otra vez los diálogos en mi cabeza y cada posible reacción de ella, estaban: felicidad, tristeza, enojo, confusión, decepción, asco... Y la lista seguía y seguía y para cada una de ellas tenía un argumento para suavizar la expresión de mi mamá.

Escuchaba como lavaba los platos y luego se servía un té. Oía a la cuchara chocar con la taza y cada agudo sonido me alteraba. Lo único que quería era que ella llegase y me dejara desahogarme. Estaba acomodado como un ovillo pegado a la muralla, cerca de la ventana y de vez en cuando me asomaba para ver la casa de Tweek la cual no me daba señales de vida. ¿Desde cuándo empecé a sentir esto por Tweek y por Stan? Tal vez sólo esté sintiendo cosas que no son reales pues... Podría ser ¿no? Quizás mi cabeza esté confundida pero no mi corazón, sin embargo cuando estoy cerca de ambos siento una agradable sensación en el pecho no en la cabeza. Sin duda el problema está en mi corazón.

La puerta se abrió y me tensé inmediatamente, apretando las sábanas y dándole la espalda a la puerta.

—Craig... Hijo ¿de qué quieres hablar? —Cerró la puerta para después sentir cómo la cama se hundía de un lado.

—¿Cómo te sientes cuando besas a papá? —pregunté sentándome y abrazando mis rodillas, mirando a los pies de mi cama.

—Bueno... Me siento feliz. Me cosquillea el pecho y la guatita.

"Cosquilleo"

—¿Y qué pasa cuando sientes lo mismo pero al besar a otra persona? —Comenzaba a sentir calor y su mirada penetrante no me dejaba respirar bien.

—Ahm... Creo, que probablemente estés confundido. Ya Craig ¿qué tienes? Me preocupas —dijo tocando mi hombro.

Mi garganta se apretaba y estaba tan nervioso que comencé a sudar intranquilo. Me temblaban las manos y la vista se puso levemente nublada. Me costaba mucho decirlo pero de todas formas lo haré ella es la única con la que puedo contar por ahora.

—Es que... Es que me gustan dos —murmuré ocultando mi cabeza entre mis rodillas—, niños —concluí.

No escuche nada. Ni un espasmo, ni risa, ni llanto, ni arcadas; sólo sentía su mano sobre mi espalda.

—¿Y qué con eso? ¿No sabes a cuál de los dos elegir?

La miré sorprendido pues me esperaba un reto o algo así.

—¿No estás... Enojada?

Sonrió—. ¿Por qué lo estaría? Ya lo suponía.

—¡¿Lo suponías?!

Ella comenzó a reírse y después de un rato volvimos a la conversación seria.

—No sé que hacer. Ambos me gustan, no mucho pero tampoco poco y cuando besé a Stan yo... —Me tapé la boca y ella levantó una ceja.

—¿Ya lo besaste?

—¡No fue yo... Yo no quería p-pero!

—Mi primer beso fue a los dieciséis años niño —dijo cruzándose de brazos y mirándome traviesa—. Continúa.

—En fin... Me gustó besarlo pero me duele saber que no puedo estar con los dos.

—Obviamente no puedes estar con los dos. El corazón sirve para amar a uno nada más, por eso tenemos un corazón y no dos —explicaba apuntando mi pecho.

—¿Entonces qué hago? ¿Cómo sé con cuál de los dos me quiero quedar?

—Hijo sé que es difícil de comprender ahora, pero el mismo tiempo lo decidirá. Tú sólo tienes que dejar que ocurra ese algo y cuando pase ¡shum! —exclamó abriendo sus dedos—, sabrás que él es el correcto —Me dio un beso en la frente—. Por ahora quédate tranquilo y sé paciente pues los latidos son presurosos y algunas veces engañosos, no te dejes engañar Craig. Sé inteligente y piensa con la cabeza fría.

—¿Y qué hago mientras tanto? —cuestioné viendo como ella se levantaba y se dirigía a la puerta.

—Junta varios momentos con ambos y verifica con cuál de los dos sentiste esto... —Se tocó el lado izquierdo de su pecho—, saltar con más fuerza.

—Gracias mamá, no sabes lo mejor que me siento ahora que hablé contigo —dije con honestidad y ella sonrió con ternura.

—Conmigo es una cosa pero con tu padre es otra.

—Lo sé... —bajé la mirada al imaginar cómo lo tomaría mi papá si se entera—. ¡No le digas!

—No lo haré Craig, pero tarde o temprano lo va a saber y es mejor que seas tú el que se lo diga —Me lanzó un último beso y salió de mi pieza.

Suspiré tranquilo y agobiado. Entonces era simple: reunir momentos con ambos y verificar con cuál de los dos me late más el corazón. Será difícil no lo niego, pero serán unas emociones interesantes.

Ya quiero saber cuál de los dos será mi otra mitad pues no quiero que piensen que estoy jugando con ellos.

Lo único que quiero ahora es dormir y soñar, soñar algo lindo y eso incluye a Tweek y a Stan.

Último latido de un corazón oxidado [South Park]Where stories live. Discover now