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Completamente inquieto e impaciente; no pudo evitar correr la cortina de la ventana de su carruaje a un lado, para luego asomar su rostro hacia este captando una serie de árboles; los cuales estaban desprovistos de hojas casi por completo y secos; sin ser iluminados por la luz de la Luna, debido a la neblina tan espesa que lo cubría todo, limitándole la visión y dándole al bosque un aire espeluznante. Justamente en aquella noche en la cual, se dirigía de vuelta a su reino.

Se le erizaron los pelos de la nuca ante la sensación de que estaba siendo observado, y creyendo que solo eran alucinaciones suyas por no haber dormido bien en los últimos días; decidió centrarse en la inquietud que le embargaba, soltando a su vez un suspiro por el ambiente gélido que le rodeaba, y que salía de su boca como aliento humeante.

— Necesita tranquilizarse, mi rey —fue lo que le dijo el sirviente sentado frente a él, pasando una frazada por sus hombros— No falta mucho para que lleguemos con su familia; este camino no es muy utilizado y es un tanto inestable, pero es un atajo. A lo mucho llegaremos al amanecer y solo faltan unas horas más para eso, aunque esta neblina este muy pesada.

— Deseo ver a mis hijos —dijo entonces el hombre adulto, quitándose la corona que llevaba puesta en la cabeza, y usando sus dedos para peinar la mezcla de hebras blancas y negras de su cabello hacia atrás en un intento por tranquilizarse— Ya va mucho tiempo desde la última vez que los vi —repuso, colocando la corona en su cabeza— Y estoy ansioso —admitió, ahora repasando sus palmas por sus mejillas, hasta llegar a su mandíbula llena de barba en un intento más por calmar sus nervios.

Depositando una de sus manos sobre el hombro de su rey en claro signo de apoyo; el joven sirviente hablo— Su familia debe estar igual —afirmo— El mensajero seguramente ya les informo de su llegada.

Soltando un bostezo de cansancio y frotándose los ojos ojerosos para despabilarse; el rey solo se limitó a asentir a las palabras del muchacho frente a él.

— Sera mejor que descanse mi señor —hablo una vez más el chico— No sería lo ideal llegar al castillo y que su familia lo vea de esta manera; se preocuparan por su salud.

El hombre barbudo le dedico una sonrisa agradable al joven y asintió a sus palabras— Tienes razón chico, será lo mejor —dijo, mientras comenzaba a acomodarse con ayuda del otro para dormir— Cuando estoy despierto, el tiempo pasa demasiado lento y el cansancio no ayuda —explico— Despiértame cuando ya estemos de ingreso a mis tierras.

Respondiendo a su sonrisa con otra; el muchacho asintió a la orden dada, preparándose para salir fuera— Lo hare, no se preocupe por ello —aseguro— Con su permiso —inclino levemente la cabeza— Para no irrumpir en su sueño, me acomodare adelante a seguir mi labor de indicar el camino que debemos seguir; este bosque puede ser muy engañoso.






*****               *               *****






Un grito desgarrador fue lo que obligó al hombre barbudo a despertar de golpe sentándose de manera brusca, y apurándose para correr una vez más la cortina para saber qué es lo que estaba pasando allá afuera; no pudo ser capaz de formar ideas coherentes en su cabeza.

— Que es lo que... —las palabras murieron en su boca al no poder captar a ninguna otra persona fuera.

Estirándose un poco, se aseguró de mirar la parte frontal de su medio de transporte; dando con que no había nadie allí, y entonces al vislumbrar el cielo se percató de que ya estaba amaneciendo.

Pensando rápidamente sobre lo que debería hacer; metió su cabeza dentro y saco su espada guardada debajo del asiento en donde aquel jovencito que le había parecido simpático; había estado sentado hace apenas unas horas.

Con la cara endurecida, salió del carruaje y registro todo lo que había a su alrededor; enormemente agradecido de gozar de una visión mucho más clara. Pero cuando agarro las cuerdas rotas con las cuales sometían a los caballos para mover su carruaje; la preocupación vino y fue en aumento al no encontrar a nadie más allí, junto a él.

Viendo como las diferentes espadas de sus caballeros estaban desplegadas por todos lados; se dio cuenta de que allí había ocurrido una pelea, una pelea extraña en donde no había sangre ni cuerpos por doquier.

De manera lenta y extremadamente cautelosa; sus pasos lentos y un tanto dudosos comenzaron a darse; sin estar completamente seguro de la dirección que debía tomar.    










AnateMA [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora