· XIV ·

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Rápidamente, recupero la compostura e inhalo una gran cantidad de aire; comenzando de un modo muy lento, su camino por las escaleras.

Tal y como la primera vez que vino aquí, percibió aquel aroma desagradable que lo impulso a cubrirse la nariz con el dorso de su mano, y sentirse mucho más temeroso y dudoso que al principio.

Pero a pesar de todo aquello, su decisión inicial seguía en alto, aunque cada una de las articulaciones de su cuerpo mostraba una clara oposición a seguir adelante.

"Debo seguir"

"Debo seguir"

"Tal vez me muestre algo que lo valga"

"O puede que simplemente quiera atraerme allí para acabar con mi vida"

Sacudió la cabeza y erradico aquel pensamiento negativo, ya que en un momento en donde necesitaba reunir todo el valor posible, no era de ayuda pensar y considerar las posibilidades carentes de sentido, porque si aquel ser querría solo matarle, ya lo habría hecho.

Ya con aquella vieja y húmeda puerta frente a sí, se forzó a asomar la palma de su mano para abrirla, pero antes, esta fue abierta desde adentro y no pudo hacer más que parpadear seguidamente por la penumbra que envolvía aquel ambiente, tratando de visualizar mejor lo que había allí dentro.

Kyungsoo sintió unas inmensas ganas de vomitar apenas su visión se hizo más clara y presionando aún más, sus ahora dos palmas sobre su boca y nariz, su mente curiosa forzó a sus ojos a repasar su atención por el pequeño cuarto.

Pero apenas y pudo mantener sus orbes sobre los cuerpos desangrados y desparramados de la mitad de la habitación, antes de bajar la vista y retirarse atropelladamente de allí.

Ya en la planta superior, Kyungsoo deposito sus dos manos sobre sus rodillas respirando pesadamente y tratando de erradicar aquella imagen de su memoria, cerrando fuertemente los ojos.

Esta no era su primera vez visualizando a un muerto, pero la impresión de ver uno seguía siendo la misma o al menos para él que le disgustaba y entristecía ver la vida de una persona perdida y más aun de las que había visto hace unos segundos, las cuales estaba seguro, que pertenecían a personas jóvenes al igual que él.

Cayendo de rodillas y dejando que una cuantas lágrimas se escurran sobre sus mejillas, no pudo evitar que una tristeza enorme venga a él.

— ¿Lo viste verdad? —escuchó la voz de aquella criatura que se acomodaba a un lado de él y junto a su cercana presencia, un fuerte aliento a azufre— Me alimento del corazón de los jóvenes.

Kyungsoo se mantuvo en silencio, sin voltear a mirar al otro ni de reojo.

— Me lleve la vida de muchos por años —continuo hablando, pero ahora con la seriedad tiznada en el tono de su voz, acercándose lentamente a rozar el cuello del pelinegro con sus dientes puntiagudos— ¿Ahora eres capaz de ver que podría arrancarte el corazón en cualquier momento? ¿Qué tu vida se puede desvanecer así de fácil?

Sintiendo como un líquido viscoso caía sobre la superficie de su cuello, Kyungsoo se mantuvo inmutable, sin mostrar rastro alguno de temor y siguió así, aun cuando aquellos dientes filosos rozaron y posteriormente frotaron su cuello, con el claro fin de asustarlo.

— T-tú... —susurro el pelinegro, de manera casi inaudible— Necesitas ayuda...    










AnateMA [Kaisoo]Where stories live. Discover now