AnateMA [Kaisoo]

· XXX · Final

Recuperó la consciencia y solo pudo vislumbrar la oscuridad absoluta que le rodeaba.

Se preguntó dónde estaba y la razón de su presencia allí.

Trato de moverse, captando lo lento y retardado que su cuerpo actuaba, y ahí fue cuando se dio cuenta que estaba con los ojos cerrados.

Sintiendo los parpados pesados, lentamente los abrió, y apenas pudo distinguir las cuatro paredes a su alrededor, gracias a la luz de la Luna y las estrellas que se filtraba a través de la ventana.

Se dio cuenta de la comodidad que solo podría ofrecerle una cama y frazadas, entonces capto el calor de un cuerpo más que le era transmitido desde un lado, y girando la cabeza hacia esa dirección, sus ojos se abrieron desmesuradamente al dar directamente con el rostro de un Kyungsoo dormido que se aferraba a su torso desnudo.

Sacando lentamente uno de sus brazos de entre las frazadas, miró fijamente al otro mientras le acariciaba el cabello en silencio una y otra vez, temblorosamente.

Los recuerdos de todo lo ocurrido antes de su pérdida de consciencia, volvieron como un huracán y en un acto impulsivo, se sentó rápida y bruscamente, inquieto.

Una mueca se formó en su rostro por la molestia indescriptible que había nacido en su pecho, donde hizo presión con la misma mano que recién había tocado a Kyungsoo.

Sintiendo como los dedos fríos de alguien más tanteaban su hombro desde atrás, volteo su rostro en aquella dirección dando con los ojos grandes y bien abiertos de quien seguramente había hecho despertar.

— ¿Estas bien? —fue lo primero que le preguntó un Kyungsoo preocupado— Solo pude ponerte los pantalones. Te veías terrible y sudabas.

Jongin continúo frotándose el pecho, aun inquieto por lo que habría pasado desde que se quedó inconsciente, y temía averiguar.

— ¿Cómo te sientes? —volvió a preguntar Kyungsoo.

— Bien... creo... —expresó dudosamente el moreno— Solo que... se siente extraño... —se explicó— Como si algo dentro de mi pecho pesara.