01

4.4K 426 167
                                    

Youngjae


Salgo corriendo hacia la puerta aún con la mochila abierta y el pelo despeinado hasta que topo con mi madre, casi arrollándola.

-¿Se puede saber a dónde vas con tanta prisa?

-Voy tarde, mamá -contesto, volviendo a mirar mi reloj.

-¿Tarde? -Suelta una risa- Youngjae, la universidad está solo a diez minutos ahora.

Me doy una bofetada mental al oír sus palabras. Duele admitir que de verdad había olvidado que nos habíamos mudado. Ella va hacia la cocina, aún riendo mientras sacude la cabeza. La sigo y ayudo a terminar de hacer los cafés. Al menos podré tomar un desayuno decente por un día y no ir a toda prisa. Tomo asiento en una de las sillas y ella deja un plato con tostadas frente a mí.

-Youngjae.

-¿Uhm? -Contesto con la boca llena.

-No creo que pueda llegar hasta la noche, después de trabajar tengo que hablar con el abogado.

Asiento con desgana. Mamá llevaba con lo del divorcio desde meses antes de mudarnos y que mi padre no se tomara nada en serio no era de ayuda. Pero en fin, cómo pedirle que fuese serio en esto si ni si quiera pudo serlo en el tema de dejar el alcohol.

Mi madre no tarda mucho en cansarse de intentar sacarme temas de conversación y coger el coche camino al trabajo. Por mi parte, voy andando a paso lento hacia la universidad. Montones de chicos se arrastran con expresión cansada por las mismas calles que yo, y apostaría a que han pasado el fin de semana de fiesta en fiesta. Intento distraerme con la música que sale de mis auriculares e intentar relajarme antes de llegar a clase, pero una sensación pegada a mi nuca no me lo permite. Siento otra vez esa mirada clavada en mí. Miro disimuladamente a mi alrededor, pero de nuevo, nada.

Llevo sintiendo esa mirada desde que comenzó el curso. Traté de ignorarlo, pero la cosa empeoró cuando empecé a encontrar regalos y notas en mi taquilla. Al principio estaba realmente asustado y de no ser por las charlas de Mark probablemente habría terminado con un infarto esos días. Me relajé cuando vi que casi todas las notas que llegaban eran poemas o canciones románticas, al igual que los regalos, en su mayoría, eran rosas. Yugyeom dijo que sería una admiradora o algo por el estilo, y que no le diese mayor importancia. Llegó a un punto en el que incluso me agradaba y sentía mucha curiosidad por saber quién estaba detrás de ese seudónimo, pero tener la sensación de ser observado incluso fuera de la universidad hacia que volviese a entrar en pánico.

Acelero un poco el paso hasta que veo como el edificio va creciendo conforme me acerco. El oxígeno vuelve a mis pulmones y mis músculos se relajan un poco cuando veo a un chico con el pelo blanco junto a otro más alto con reflejos azules.

-Wow, el mismísimo Choi Youngjae llegando a tiempo. ¡Yugy, saca la cámara!

-Buenos días a ti también, Bambam -digo riendo.

Los tres nos adentramos en busca de nuestra primera clase entre el habitual alboroto. Y hablando de alboroto...

-¿Dónde está Jackson?

Los menores se lanzan miradas pícaras mientras sonríen ampliamente.

-Se fue con Mark nada más llegar -habla Yugyeom.

Ruedo los ojos ante las risas de ambos. Era obvio que había algo entre esos dos aunque aún no quisieran admitirlo frente a ningún de nosotros.

🌹🌹

Las horas pasan tan despacio que empiezo a pensar que mi reloj está yendo en sentido contrario. Cuando el timbre suena, reprimo un grito de alegría y salgo corriendo de ese infierno lo más rápido posible. Abro mi taquilla y dejo algunos libros, pero antes de cerrarla diviso otra nota más. Ésta no era un poema ni una canción, era simplemente él hablando de su rutina (y mayoritariamente halagándome). Y sí, es él. Sé que es un chico desde que este tipo de cartas comenzaron a llegar. Aún no me ha dicho quién es, tan solo su género y que compartimos algunas clases.

Esta vez sus "detalles" no me han sentado tan bien. Hay una diferencia entre meter cosas en mi taquilla y vigilarme de camino a la universidad. No me hacía falta saber quién era para estar seguro de que me seguía esta mañana, sencillamente hay algo dentro de mí que me lo grita.
Los chicos pasan por mi lado y les digo que se adelanten un poco. Doblo la nota que ha dejado y escribo una pregunta en el dorso.

"¿Quién eres?"

Cierro la taquilla y dejo el papel sujeto entre una de las rendijas de esta, colocado de forma que solo pueda verlo quien se acerque.

Tras eso vuelvo a caminar en dirección a mi casa, un poco más tranquilo. La sensación ha desaparecido por ahora y siento haberme quitado un gran peso de los hombros. O más bien sentía, hasta que después de almorzar encuentro una rosa con otra nota en mi habitación, sobre mi cama.

"No importa quién sea, solo importa que estoy jodidamente loco por ti.

-Defsoul"

Let me know ✧ 2jaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora