11

1.8K 314 38
                                    

Jaebum


Se separa únicamente para atrapar mis labios. No tardo en corresponder al beso, a la vez que él agarra mis mejillas con sus delicadas manos. Sus besos bajan por mi barbilla tomándome por sorpresa, hasta llegar a mi cuello. Noto como muerde y succiona varias partes de este, y como mi respiración se complica. Youngjae continúa actuando con confianza hasta que un gemido ronco se escapa de mis labios y le hace volver a la realidad. Realidad en la que él es quien ha comenzado esto, y sin tener que haber hecho peligrar mi vida para conseguirlo.

Tapa su rostro con ambas manos e intenta girarse, pero le detengo. Está a punto de refunfuñar otra vez cuando oímos la puerta principal abrirse, seguido del sonido de una llaves siendo lanzadas encima de una mesa. Rápidamente, sus manos pasan a estar encima de mi boca, bajo mi mirada atónita.

-Debería irme.

Mis palabras no salen demasiado claras debido a mi tono de voz bajo y sus palmas obstruyéndolas, pero por la energía con la que Youngjae niega con la cabeza parece haberme entendido.

-¿Qué pasa si entra? -Vuelvo a hablar, agarrándole por las muñecas y retirando poco a poco sus manos.

-Nunca lo hace -Susurra-. No lo hará si estás callado.

Decido escucharle y me mantengo en silencio hasta que tras unos minutos se oye una puerta, un par de habitaciones a la izquierda, cerrarse. Youngjae tenía razón, lo que me sorprende aún más. Cuando vi a la señora Choi y a él la primera vez que pusieron un pie en el edifico parecían el tipo de familia que necesita estar constantemente entre muestras de cariño, y la personalidad de Youngjae ayudaba a esa teoría.

Como si hubiera oído mis pensamientos, el rubio se incorpora, estira mi brazo derecho y vuelve a tumbarse, usando éste como almohada.

-¿Qué haces?

-Dormir -Contesta cerrando los ojos.

Con una de sus manos alcanza la mía y la lleva hasta su nuca. Capto el mensaje y él vuelve a sonreír cuando nota mis caricias.

Y en efecto, Youngjae no tarda en caer dormido, mientras yo no puedo evitar observar detalladamente cada parte de su pálido rostro.

Su cabeza descansa tan cerca de mí que su respiración impacta de lleno en mi cara. Bajo la mirada hasta sus piernas, aún hechas un lío entre las sábanas y mi propio cuerpo. Intento separarme para volver a mi habitación, pero él se queja y busca mi contacto de nuevo, así que no vuelvo a mover un músculo. Cierro los ojos y me prometo que solo serán unos minutos más, hasta que Youngjae esté profundamente dormido, pero cuando una voz femenina me despierta veo que me he vuelto a fallar a mí mismo.

Cegado por la luz que ahora entra por la ventana, muevo el cuerpo del menor y camino hacia ésta lo más rápido y sigilosamente que puedo, conforme la voz de la señora Choi va acercándose cada vez más a la habitación. Salgo torpemente e intento mantener el equilibrio sobre el borde entre ambas ventanas. Subo al poyete y consigo entrar en casa. Oigo la misma voz de antes, esta vez gritando el nombre de Youngjae y pidiéndole que se levante antes de que llegue tarde. Cosa que, para variar, es culpa mía.

Mi habitación está bastante más desordenada de lo normal, incluyendo los papeles sobre el escritorio y mi móvil en mitad del suelo, pero lo atribuyo a la gata que descansa sobre mi cama y no le doy mayor importancia.

Primer error.

Saco lo primero que veo del armario y corro hacia la ducha. Oigo como mi madre entra en mi habitación, regañándome por ir tarde de nuevo. Me visto y salgo hacia ella, asintiendo y dándole la razón en todo, sólo buscando que pare de hablar de una vez. Recojo el móvil y marco el número de Jinyoung mientras termino de arreglar mi pelo y ropa frente al espejo del pasillo.

Bajo el cuello de la camisa y veo una notable marca sobre mi piel.

-Mierda.

Eso es todo lo que puedo articular antes de notar como tiran de mí hacia la pared, y como acto seguido siento un fuerte dolor en el costado.

Let me know ✧ 2jaeWhere stories live. Discover now