Let me know ✧ 2jae

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[Advertencia: lemon
No, no soy tan cruel como para dejar el capítulo anterior así 👋]

Jaebum

Gime cuando mis manos recorren toda la cálida piel que esconde bajo la camiseta. Su sudadera había desaparecido minutos atrás, y esa prenda iba por el mismo camino. Empiezo a acostumbrarme al pequeño dolor en mis labios cuando Youngjae muerde repentinamente el inferior y se me escapa un quejido. Está tan perdido en sus emociones que se ha olvidado por completo de que él mismo ha estado curándolos antes.

-Lo siento, lo siento -Se disculpa rápidamente.

No tengo tiempo para contestar ya que se lanza enseguida a mi cuello, tal vez temeroso de volver a hacerme daño si sigue en los labios. Esta vez consigue sacarme gemidos que no son precisamente de dolor y se las apaña para quitarme la camiseta sin que casi lo note. Pasa sus manos sin vergüenza por todo mi torso mientras sus ojos se van volviendo cada vez más oscuros.

Nunca había visto a Youngjae así, pero no me disgusta en absoluto.

Él sigue tomando el control y no deja que me deshaga de su ropa, sino que lo hace él mismo. Ahogo una carcajada mientras intenta quitarse los pantalones torpemente, pero no puedo retenerla más cuando se golpea con el techo del coche por la falta de espacio.

-Deja de reírte de mí -Se queja cuando vuelvo a sentarle en mi regazo, ya solo en ropa interior.

-Lo siento -Susurro en su oído y voy bajado hasta su cuello poco a poco-. Puedo compensarte si quieres.

Siento como se estremece cuando mi aliento choca directamente contra la piel de su cuello. Mis manos acarician sus muslos desnudos a la vez que voy dejando besos sobre él. Mis labios siguen doliendo aunque deja de importarme cuando vuelvo a escuchar sus gemidos. Pero Youngjae enseguida vuelve a querer el control.

Lleva sus manos hasta el borde de mi pantalón, ya desabrochado, y tira con fuerza hasta bajarlos lo suficiente. Siento su mirada cargada de lujuria sobre mí y sobre mi ya notable erección. Dirige sus manos a la última prenda que me queda, pero le paro antes de que pueda librarse también de ella.

-¿Eres consciente de que no tengo nada con lo que prepararte, verdad?

Me mira durante unos segundos y vuelve a sorprenderme llevando mis propios dedos hacia su boca y lamiéndolos.

Definitivamente, no conocía ese lado de Youngjae, pero podía acostumbrarme a él.

Sonríe victorioso cuando nota bajo él como mi problema continúa creciendo conforme sigue lamiendo y haciendo sonidos obscenos. Y tal vez mi imaginación también esté colaborando, porque empiezo a pensar que no es sano no poder dejar de pensar dónde preferiría que estuviese su lengua.

Saca por fin mis dedos, ya lubricados, y después de dejar un beso sobre ellos, vuelve a adelantarse a mis acciones. Se deshace de su ropa interior y agarra mi mano, llevándola hasta su entrada y empezando a introducir uno a uno los dedos.

El poco espacio que nos propociona el asiento obliga a Youngjae a apoyarse finalmente en mí, descansando la frente sobre mi pecho mientras simula embestidas con mis dedos. Con mi otra mano sigo acariciando su muslo y apretando un poco en ciertas zonas.

Después de introducir tres dedos en su interior, los saca de manera ansiosa y busca el borde de mis boxers.

-Deberías relajarte -Digo cuando noto como sus manos tiemblan.

-Por favor -Responde mirándome a los ojos, pero ya totalmente perdido por la lujuria-. Lo necesito ya.

Termino por ayudarle a bajar mi ropa interior y él toma enseguida mi miembro entre sus pequeñas manos.

-No vayas demasiado deprisa o te acabará doliendo de más.

Lo roza por su entrada y ambos gemimos ante eso. Agarro sus caderas, intentando ir despacio para hacerle el menor daño posible, pero Youngjae parece estar más necesitado de lo que creía incluso. No espera más y se penetra por completo de una vez, soltando inevitablemente un quejido.

-Te dije que te harías daño, cabezota.

-Lo siento -Dice con un puchero en sus labios-, no aguantaba más.

Le obligo a esperar hasta que se adapte al tamaño, y mientras lamo y mordisqueo su cuello, alternándolo con caricias por sus muslos y espalda. Poco después empieza a moverse lentamente y aún soltando algunos quejidos, pero no tardan mucho en pasar a ser gemidos. Recarga su frente contra la mía y rodea mi cuello con sus brazos cuando empieza a estar exhausto del movimiento. Agarro sus muslos y le ayudo a seguir, notando como tira del cabello de mi nuca cuando golpeo su próstata.

-No te aguantes -Hablo cuando veo como muerde su labio intentando retener más gemidos-, quiero oírte.

Una de mis manos va hasta su trasero y lo aprieta para darle pie a soltar más gemidos. Y así lo hace.

El rubio lleva una de sus manos hasta su miembro pero rápidamente la cambio por la mía, lo cual parece gustarle mucho más. Empiezo a masejarlo lenta y tortuosamente, pasando el pulgar por la punta y haciendo que sus piernas tiemblen.

-Deja de ser cruel conmigo -Gime, agarrando mi mano e intentando que vaya más rápido.

Las paredes de Youngjae comienzan a apretarme y sé que no me queda mucho, así que decido escucharle y acelerar mis movimientos, tanto los de mi mano como los de mi propio miembro. Él se vuelve un lío de gemidos pidiendo por más y por más fuerte hasta que siento el líquido manchar mi abdomen y gotear por sus piernas.

Apoya derrotado su cabeza sobre el hueco de mi cuello y yo acaricio su espalda de arriba abajo intentando relajarle.

-Deberías echarte ahí detrás y descansar -Susurro cuando nuestras respiraciones vuelven a la normalidad.

-Quiero dormir contigo -Contesta en un tono infantil, abrazándome con más fuerza.

-Lo sé -Digo acariciando su pelo-, pero aquí no cabemos los dos y solo estarías más incómodo.

Sus labios vuelven a formar un puchero que no puedo evitar besar hasta que consigo que acceda.

-Te quiero -Susurra antes de darme un rápido beso y pasar atrás con su ropa en la mano.

-Yo también te quiero -Contesto, observando descaradamente como se viste.

Pero a él no parece importarle, así que solo me sonríe una última vez antes de acurrucarse en los asientos y caer dormido.