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Jaebum

Youngjae no volvió a mencionar la idea de escaparse conmigo y lo agradezco. Él tiene mucho aquí y yo no soy nadie para apartarle de todo eso.

Pero por ahora todo parecía ir bien. Las temperaturas habían bajado bastante y eso lejos de molestarme solo me proporcionó una excusa para estar más cerca de Youngjae. Las cosas entre sus amigos tampoco iban mal: Mark había vuelto a acercarse a los chicos y a Jinyoung y a mí nos habían adoptado en su grupo definitivamente. Incluso mi mejor amigo y Jackson se llevaban bien, al contrario de lo que todos esperábamos.

Aunque, por supuesto, tenía que haber alguna parte mala. Las vacaciones de invierno habían llegado, y eso solo significaba problemas. Estar en la universidad era la única forma de librarme de mi padre y de mantenerlo "contento" a la vez. Pero ahora iba a pasar mucho más tiempo en casa y eso implicaba mucho más riesgo, que no quería asumir.

Ahora me encuentro tumbado sobre el sofá de Youngjae, aún medio dormido y tapado con una manta que antes no estaba ahí. No es tarde, probablemente no serán más de las cuatro, pero el no haber podido descansar bien las noches anteriores me ha pasado factura y he caído rendido en cuanto he tocado su sofá.

-Juega conmigo ahora que te has despertado, Bummie~ -Habla el rubio desde el otro lado del sillón, con un mando entre sus manos.

Me incorporo y me acerco a él, acomodando mi cabeza sobre su hombro y cerrando los ojos de nuevo.

-Estoy demasiado cansado.

-Siempre dices lo mismo -Le oigo quejarse de manera infantil.

También le siento temblar.

-¿Tienes frío? -Asiente- Puedo hacerte entrar en calor si quieres.

Se gira en mi dirección y me observa con el ceño fruncido, aunque no consigue que su sonrojo pase desapercibido. Su frente se arruga incluso más cuando ve que todo lo que hago es rodearle también con la manta que aún seguía sobre mí.

-¿Qué? ¿No era lo que esperabas?

-Cállate, pervertido -Y golpea mi hombro antes de volver al videojuego.

-¿Yo? -Digo indignado, aunque Youngjae finge no prestarme atención- No he sido yo quién ha malinterpretado una inocente frase.

-Idiota -Contesta rodando los ojos.

Agarro su mentón dispuesto a besarle pero unos pasos detrás de nosotros y una voz femenina me asustan y me hacen apartarme de él al instante.

-Youngjae, ¿quieres...oh, hola, Jaebum, que bien que te hayas despertado por fin.

-Hola, señora Choi -Contesto tímidamente.

Oigo al rubio reírse a mi lado y le doy un suave codazo.

-Tengo que irme -Le susurro después de mirar mi reloj-.

Youngjae responde con un puchero, pero enseguida asiente, y antes de que pueda salir por la puerta cosigue darme un pequeño beso en los labios una vez que su madre se pierde por el pasillo.

Abro la puerta y dejo las llaves sobre la mesa. Las cosas se habían complicado en casa y ahora tenía "prohibido" ver a Youngjae, pero como no estaba dispuesto a ello el plan era salir por las mañanas cuando mi padre no estuviese y volver antes de que llegara de trabajar. Y por ahora estaba funcionando. Por ahora.

-¿Te crees que soy imbécil, Jaebum?

Mi cuerpo se congela cuando oigo su voz y no soy capaz de reaccionar antes de que su puño impacte contra mi cara. No, debe ser una alucinación, él no debería haber llegado aún.

-No es lo que cr...

-¿Que no es lo que creo? -Dice con un tono atemorizador, y acercándose cada vez más a mí- Ya te lo advertí, Jaebum, a ti y a él, le dije que no lo quería cerca de ti y parece que ninguno me está tomando en serio.

Acaba justo frente a mí, con su aliento dando directamente en mi cara, tanto así que casi puedo sentir el sabor a tabaco. Pero espera, ¿ha dicho que ha hablado con Youngjae?

Agarra el cuello de mi sudadera y me eleva un poco con él, asentándome más puñetazos en la cara. El sabor metálico no tarda en llegar y enseguida sus puños se tiñen de rojo.

-Tanto ese idiota como tú vais a pagármelas, que no se te olvide.

Una vez que estoy en el suelo, empieza a dar patadas sobre mi abdomen, esta vez más fuertes que nunca.

-No te acerques a él -Consigo articular, para sorpresa tanto suya como mía.

Vuelve a levantarme, esta vez cogiendo mi cuello directamente y pegándome hacia la pared.

-¿Te has atrevido a contestarme?

Aprieta con mayor fuerza sobre mi cuello y aunque intento quitar sus manos, no sirve de nada. Mis piernas comienza a flaquear conforme voy perdiendo visión y cuando creo que es el final y que va a librarse de mí definitivamente, unos tonos le interrumpen. Me suelta bruscamente y caigo al suelo de lleno, respirando y tosiendo con fuerza.

-No pienses que te has librado de esta -Le oigo decir antes de cerrar la puerta principal con llave y contestar al teléfono.

Aprovecho para correr hasta mí habitación, cerrar la puerta y bloquearla con la silla del escritorio.

-¡Eso no te servirá de nada!

Y tiene razón. Mi corazón se acelera, más que nunca. Está desatado y va a matarme, esta vez va a hacerlo. Miro hacia la única salida posible: la ventana.

Si voy a morir que sea así y no a manos de él. Paso por ella aún dolorido y mareado, pero consigo llegar hasta su ventana. Entro torpemente y mi cuerpo no lo soporta más, desplomándome instantáneamente contra el suelo. Youngjae llega corriendo y casi se lanza sobre mí, rodeándome con sus brazos.

-¡Jaebum, ¿qué ha pasado?!

Me obliga a levantar la cara y mirarle y no tarda en horrorizarse.

-Oh dios mío, ¿qué te ha hecho?

Sus ojos viajan hasta mi cuello, donde ya deben estar apareciendo marcas. Youngjae no se lo piensa más y me levanta. Puedo oír a la señora Choi hablar desde lo que supongo que es su habitación, pero el rubio la ignora, coge las llave de un coche y me arrastra hasta fuera del piso. Corro como puedo junto a él hacia el garaje, y sin soltarme en ningún momento me guía hasta un coche. Se sienta en el asiento del piloto y yo a su lado, pero creo que mi cerebro no termina de procesar todo lo que sucede hasta que veo como mete la llave, enciende el motor y deja nuestro edificio atrás.

Let me know ✧ 2jaeWhere stories live. Discover now