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Youngjae


Refunfuño cuando siento unos toques en mi espalda que me despiertan. No me giro ni abro los ojos, simplemente muevo los hombros en un intento de que lo que está perturbando mi sueño se largue, pero no lo hace. Vuelvo a sentir los toques en mi espalda, de un lado a otro, y hasta que no llegan a mi cuello no entiendo que se trata de unos labios.

Cuando me giro, me encuentro a Jaebum trazando un camino de besos por mi cuello y acariciando con su nariz en él. No puedo evitar reír ante las cosquillas que provoca sobre esa parte de mí tan sensible, ni puedo controlar el escalofrío que recorre mi columna cuando siento sus manos bajo mi camiseta. A estas alturas, eso ya es costumbre en Jaebum.

-¿Qué haces aquí? Si mi madre te ve me...

-Ya sabe que estoy aquí -Me interrumpe-, ha sido quien me ha invitado a entrar.

-¿Has preferido entrar por la puerta como una persona normal en lugar de por la ventana? Estoy francamente impresionado.

Jaebum finge reír mientras me saca más cosquillas, esta vez usando sus manos.

-Pero en serio -Hablo cuando consigo recuperar el aliento-, ¿para qué has venido?

-¿Es que no puedo venir a despertar a mi novio?

Mis mejillas se tiñen de rojo cuando le oigo pronunciar esas palabras. Suenan mucho mejor de su boca que en mi mente. El idiota frente a mí comienza a reírse de nuevo cuando nota mi sonrojo, así que escondo la cara en su pecho.

-Vale, vale. Aunque admito que me encantaría poder venir todos los días y despertarse así, he venido porque quería llevarte a dar una vuelta.

Levanto la cabeza de golpe y le miro fijamente a los ojos, buscando algún rastro de broma. Pero nada.

-¿Te encuentras bien, Jaebum? -Digo mientras coloco mi mano sobre su frente.

Él vuelve a reírse y asiente con la cabeza, mientras aparta mi mano.

-¿Estás seguro? Acabas de decirme que quieres que salgamos. Fuera. Debería llamar a una ambulancia.

Estiro la mano en busca de mi teléfono pero él me lo impide abrazándome con fuerza.

-Idiota -Lloriquea acompañando mis risas-. Esto me pasa por intentar ser romántico y querer llevarte a una cita fuera.

-¿Una cita de verdad? ¿Incluso sin ramen instantáneo?

-Aish, Youngjae -Vuelve a lloriquear mientras mi risa se hace aún mayor.

Después de terminar callando las quejas de Jb con besos, consigo hacerle salir de mi habitación para poder cambiarme y acompañarle minutos después a la salida. Le tomo de la mano mientras me despido de mamá y noto como Jaebum se tensa de golpe, e incluso como sus manos comienzan a sudar. Se mantiene en silencio hasta que salimos del edificio, cuando decide hablar aún evitando mirarme.

-Entonces, ¿tu madre lo sabe?

-¿Saber el qué?

Jaebum por fin me mira, pero como si estuviese preguntando por lo más obvio del mundo.

-Si sabe que tú eres...gay -Concluye.

No puedo evitar reírme de nuevo de él y de su forma tan tímida de expresarse en esos temas.

-Supongo que sí.

Él vuelve a mirarme, esta vez confuso.

-Nunca se lo he dicho abiertamente, pero supongo que se hace una idea.

-¿Por qué me escondías de ella al principio entonces?

-Porque una cosa es que acepte que soy gay y otra muy distinta que le parezca bien que meta chicos furtivamente por mi ventana.

Jaebum ríe ante mi comentario y se relaja notablemente. Sigo con mi mano entrelazada con la suya todo el camino y a Jb no parece molestarle hasta que llegamos al centro, donde veo como intenta esconderlas conforme pasamos delante de una gran multitud. Estiro un poco la cabeza hacia atrás, disfrutando del sol que rara vez se ve en épocas tan frías. Pero siento los ojos de Jaebum fijos en mí por lo que empiezo a sonrojarme y a limitarme a balancear mi brazo, y por ende el suyo.

Llegamos a una cafetería que no había visto hasta entonces e insiste en que me siente mientras él pide.

Me acomodo en una de las mesas libres junto a una ventana. La calle puedo ver desde ahí está llena de gente, personas corriendo de un lado a otro demasiado inmersas en sus vidas como para apreciar el día tan agradable que hace hoy. Igualmente, el paisaje pierde toda mi atención cuando veo al pelirrojo acercarse.

Se sienta frente a mí, con un café helado en una mano, y me extiende la tarrina de helado que lleva en la otra. Saco mi cartera del bolsillo y la abro pero él me frena, negando con la cabeza y alegando que "él es quien ha decidido traerme". No le doy más vueltas y me limito a disfrutar de su compañía y del helado.

Busco la mano de Jaebum pero cada vez que intento enlazarla con la mía la aleja sutilmente. Sin embargo siento sus piernas rozar cariñosamente las mías bajo la mesa, lo que me hace dudar aún más sobre todo.

El pelirrojo termina el primero y fija su vista en mí, echado hacia atrás en la silla y con las manos en los bolsillos.

-¿Quieres probar? -Digo para romper el silencio y la incomodidad que me causa su mirada tan penetrante.

Él asiente e intenta alcanzar la cucharilla entre mis manos pero me adelanto y la introduzco en mi boca, agarrando después sus mejillas hasta juntar nuestros labios. Jaebum apenas se mueve así que soy yo quien tiene que inclinarse más y llevar una de mis manos esta vez a su nuca, para profundizar el beso. Cuando rozo mi lengua por sus labios pidiendo permiso para entrar, él se separa de mí repentinamente. No lo hace de manera brusca, sino que agarra mis brazos y los aleja conmigo cuidadosamente de él.

Frunzo el ceño cuando me separa y ni si quiera se molesta en volver a mirarme, sino que pasea la vista preocupado por el resto de personas sentadas en las otras mesas.

Estoy apunto de quejarme cuando su expresión cambia. Miro hacia donde están clavados los ojos del boquiabierto Jaebum y lo veo.

Mark, acompañado.

Let me know ✧ 2jaeWhere stories live. Discover now