Terminó. Parte II

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Mis huesos duelen y el aire en mis pulmones es poco. La asfixia se ha juntado con el dolor. Sigo sin poder creer lo que estoy viviendo. Mi esposo no ha hecho más que amar a sus hijas y a mí sin pausa. Deseo por un momento rasgar toda mi piel y dejarme ir bajo un puente al reconocer que lo he hecho todo mal, que soy una persona terrible. Rompí mis votos matrimoniales, acabé con mi matrimonio y ahora tengo que cargar con ello por el resto de mis días. Dudo que Zayn llegue a perdonarme, ni siquiera sé si yo puedo perdonarme a mí misma.

El tiempo que he estado aquí de rodillas, llorando y arrepintiéndome por mis actos se escapa de mis manos. Pueden ser minutos u horas. Sólo vuelvo a la realidad cuando escucho la puerta. Al girarme veo a Amalia con las niñas en sus canastas. Las deja sobre la alfombra y corre hasta donde estoy.

—¡Señora Marie! ¿Qué pasa? —niego con la cabeza ya que mi garganta está cerrada. —¡Dígame qué sucede, por favor! —me toma por los hombros y me impulsa para ponerme en pie. Con sus manos limpia mis lágrimas y me presiona una vez más para que le responda.

—Se acabó... Amalia, se acabó... —la mujer frunce el ceño. Me pregunta de inmediato si no es eso lo que yo quería que pasara. —NO... ¡Por supuesto que no! Él... él no hizo nada —las lágrimas regresan y quiero volver al suelo.

Amalia me guía hasta el sofá blanco, el mismo donde mi esposo estuvo durmiendo todos estos días. —Cálmese, por favor. Supongo que esto se debe a que ya vio los papeles de la cocina —es mi turno para lucir confundida—. Sí, en la cocina. Recién vi los papeles firmados...

Cubro mis manos con mi rostro. Es oficial, se terminó. Una perorata de palabras inconexas empieza a salir por mis labios. Expreso mis mayores miedos comentándole que no sé qué es lo que haré sin él. Me desgarro al decir en voz alta que he sido yo quien se ha equivocado. El ama de llaves se dedica a observarme con tristeza. Ella sabe que lo que digo es cierto y siempre se ha mantenido del lado de los Malik, así que la he perdido a ella también.

—Señora Marie... Yo creo que aún puede cambiar los hechos —suspira—. El señor Zayn sigue queriéndola. Yo lo sé, usted lo sabe...

—Pero no me perdonará por esto. Lo destruí, de nuevo —la interrumpo mascullando mientras limpio mi rostro.

—La verdad es que yo no tengo idea de su historia antes de venir a trabajar para ustedes, pero, ¿no vale la pena que lo intente? —mira a las pequeñas—. Considero que sus pequeñas merecen eso, ¿no es así? Merecen a sus padres juntos, merecen que ambos estén comprometidos con la lucha por mantener su amor.

Con el borde de mi camisa limpio mis lágrimas y veo el maquillaje del día arruinado impreso en ella. —Él ha luchado tanto por nosotros...

—Puede que de ahora en más sea su turno —tomo aire tratando de recomponerme. Amalia sonríe tristemente hacia mí y le pregunto si sabe dónde está mi esposo. —No está en casa señora.

Me devano los sesos pensando en su actual ubicación. Puede estar trabajando, o en el castillo. Si es como nuestra última gran pelea, no me sorprendería que estuviera de camino a Londres justo ahora. —Tengo el número de Loretta, la nueva secretaria. Tal vez ella sabe dónde está —asiento efusivamente y ella me da el número de la mujer—. No se preocupe por las niñas. Tómese su tiempo para resolver esto.

TENGO que resolver esto.

ººº

Una hora después me acerco al lugar en el que Loretta, la dulce nueva secretaria de mi esposo, me dijo que lo encontraría. Camino por las calles tan familiares para mí, repasando los recuerdos que creé con él. El llanto no se ha detenido porque cada vez que creo que lo he controlado una nueva oleada de culpa y dolor se apodera de todo.

Forever Troublemaker. [Terminada]Where stories live. Discover now