Maratón 8/10

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Narra Lali: 

Me fui corriendo, si, la antigua Lali volvió a mi. Ya no puedo con ésto, decidí ir a un lugar especial, ese mismo. El lugar secreto que creamos con Rochi. Es verdad, por ahí me trae muchos recuerdos de ella y me ponga realmente mal, pero quería despejarme un poco y que mejor manera de ir ahí, además habían llegado mis padres y no quería estar ahí. 

Cuando me dí cuenta ya había llegado. 

Todo estaba tal cual lo dejamos, las cosas en el mismo lugar. Sentía mucha tristeza, pero no iba a llorar de nuevo, ya me dolían los ojos de tanto hacerlo y aunque lo haga, Rochi no va a volver ni tampoco los viejos tiempos, no voy a dejar que la tristeza me gane, no ahora, no acá mismo. Y aunque se que no va a ser posible, lo voy a intentar. Entré a la casa y le eché un vistazo a todos.  

Me acordé del establo, una sonrisa se transformó en mi rostro, recordando a Pegaso. Llegué al establo y allí estaba, tirado en el suelo. Ví que no tenía agua, me asusté y tenía los ojos entreabiertos. No sabía cuando era la última vez que tomó agua. Lo llamé pero él solo se dedicó a mirarme a los ojos, como lo hizo la primera vez. Sentí seguridad enseguida y lo que se me ocurrió es ir a buscar agua, salí corriendo y cuando la encontré, se la coloqué para que tomara. El pobre caballo sediento tomaba y no para de tomar, pero parecía que eso no era suficiente ya que seguía en el mismo lugar, sin levantarse y ni siquiera mover la cabeza. Yo me preguntaba por qué un caballo tan astuto como él y tan valiente no había podido ir a buscar agua por ahí por sus propios medios. Cuando lo miré más detenidamente, tenía la pata trasera enredada a una madera del establo, me agaché para sacársela pero era casi imposible. Saqué mi navaja que como ya saben siempre la tengo conmigo y le saqué la soga tan apretada que tenía. 

Estaba toda lastimada, tanto que me asusté, hace cuanto que debe estar con eso puesto el pobre. No sabía que hacer, así que llame a un veterinario de esos que cuidan los caballo, etc y vino, lo curó y dijo que se le había infectado. Que tenía que hacer reposo hasta que decida pararse. Y que cualquier cosa que lo llame. 

Obviamente me iba a quedar con él toda la noche y lo que sea necesario para que esté bien. Después de todo, él fue el que me salvó aquel día que me caí del poso. 

Me recosté en su lomo y parte de su panza y cerré mis ojos. El cansancio me fue venciendo hasta quedarme completamente dormida. 

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Mírame  (Laliter)Where stories live. Discover now