Tres golpes me levantaron de un profundo sueño.
-¿Sí? – Contesté con la voz adormilada.
-Señorita ya es tarde, su familia la espera en el desayunador.
Mi alarma cerebral se encendió y me fijé en la hora del celular. Cuarto para las ocho de la mañana.
-¡Mierda! – exclamé.
-¿Señorita se encuentra usted bien?
-Si, si Gail, enseguida bajo, solo deja me ducho.
Con pasos apresurados y sin saber si el agua estaba en temperatura ambiente me metí a la regadera para darme un baño exprés, grité al sentir el agua helada, me lo tenia merecido por no levantarme temprano, solo a mí se me ocurría llegar tarde a clases y de paso buscarme problemas con mi papá por no desayunar otra vez.
Me puse lo primero que encontré, unos jeans, una blusa blanca y los tenis, me amarré el cabello en una coleta y dejé que chorreara aun por la ducha. Si no me enfermaba iba ser un logro.
-¡Buenos días familia! – entre gritando en la cocina, para solo poder recoger una manzana e irme a clase.
-Señorita pero que son esos modales.
-Voy tarde a clases papá.
-Charlotte... - dejó la frase a terminar y era una advertencia.
-Había olvidado que había alguien de la realeza aquí. – retrocedí unos pasos y me planté delante de mi hermano para hacer una reverencia. – Muy buenos días, alteza.
David me miró.
-Eso está mejor, buenos días alteza. – tenía una sonrisa que quería ocultar – al parecer a dormido bien, ¿Qué tal su noche?
Lo fulminé. ¿En verdad estaba preguntando aquello? Mis horas de sueño, habían sido muy escasas a lo normal. Y de paso ya iba muy tarde para comenzar el día.
-¿Esto se ha vuelto un desayuno real y no me han dicho? – Miré a todos con su vestimenta formal y el gran banquete de desayuno.
-Es un desayuno normal Eva.
-¿Volvemos a lo mismo?
-Lo siento, Charlotte. ¿Por qué esto te ha parecido fuera de lo normal?
-David, lo siento, en verdad. No tengo tiempo para explicártelo. – Mire la hora en le celular - ¡Mierda!
-¡Charlotte! Ese vocabulario. – Papá salió a la defensiva.
-Lo lamento familia, pero si corro de prisa llego en cinco minutos a clases y todos conocemos la importancia de ser puntual.
-Nadie puede recriminarte los minutos de retraso.
Rodee los ojos. David parecía aun no cambiarse de chip mental. Aparentamos ser por lo menos una familia normal.
-Lo siento, pero hoy no tengo tiempo para explicaciones. - Me despedí de besos de mi madre y padre, hice mi reverencia final. - ¡Me voy los veo mas tarde! – pronuncie antes de darle mordida a mi manzana.
-Señorita aún me debes un desayuno completo. – Papá me detuvo a medio camino.
-Lo sé, pero en verdad voy tarde a clase, mañana me pondré manos a la obra.
-Bueno, ya está bien, Charlotte, por favor espera afuera al chofer que ya te llevara al colegio ya que es tarde. – Con una voz poco convencida me dio el permiso de marcharme.
-No te preocupes padre, yo la llevare hoy, así me sirve para poder conocer un poco, aunque sea de la casa a la universidad.
Lo miré incrédula.
ΔΙΑΒΑΖΕΙΣ
¿Jugamos? EDITANDO.
ΡομαντικήEva Charlotte Valentina, princesa de Italia. Es una joven universitaria que se ha mudado a Canadá con sus padres para salir de la prensa italiana y vivir una vida normal. Sin esperar nada de su nueva vida, el destino la sorprende y su nuevo profesor...