-Charlotte, arriba cariño.
-No mamá, hoy no voy a la escuela. – Murmuré.
Su voz ronca sonó por la habitación.
-No soy tu madre mi vida, pero si quieres te puedo quitar de la cama en mi brazos. Además, tu cuerpo es digno de que lo pinten. – Me recorrió la espalda con su índice.
Al sentir un cosquilleo, levante mi cara de la almohada.
-James, es muy temprano, mira, apenas sale el sol.
-Cielo, ya es tarde, ya deberíamos de estar llegando a nuestro destino vacacional.
-James es solo un día, hoy podemos quedarnos en casa y en la cama. – Le sonreí de manera coqueta.
-¡Oh cielo! No sabes que tentadora está tu oferta, pero no, ya tenemos planes desde ayer y no debemos desaprovecharlos, así que arriba o te llevo así desnuda al estacionamiento.
Al escuchar la palabra "desnuda" me di cuenta que en realidad si lo estaba, ambos estábamos desnudos para ser precisos y la sabana ya solo me cubría la parte baja de la espalda.
Por inercia tome la sabana y me cubrí hasta la barbilla.
-Cariño, te he visto desnuda varias veces y esta no será la primera vez, así que levanta tu culo redondito y ponte en marcha. – Me dio un palmazo y se fue directo al closet.
Tome el tiempo necesario para admirar la belleza de hombre que me había tocado.
-¿Tienes buena vista?
-Sin duda la mejor. – Me mordí el labio.
-Si sigues de acosadora, tendré que encerrarte. – Se colocó su bóxer de la noche anterior.
-No me importa si el policía eres tú.
¿Acaso hoy me habían dado una pastilla de ánimo sexual?
-Vaya que hoy tenemos lengua viperina – Introdujo sus brazos en una camisa blanca.
-¿Por qué no te duchas hoy conmigo? – Pronuncie con la voz más dulce. – Debemos ir limpios a nuestro lugar vacacional.
-¿Es tu forma de retenerme en esta casa? – Me miro a la cara.
-No, es mi forma de pedirte que te duches conmigo.
-Está bien.
Sin apego ninguno a su ropa, se deshizo de ella, rápidamente el bóxer y la camisa quedaron en el suelo y sus fornidos brazos cargaron mi diminutivo cuerpo. Giro la llave de nuestra ducha y me dejo en el piso de azulejos. Nos sumergimos en la lluvia artificial de una espaciosa regadera y como buen hombre comenzó a enjabonarme la cabeza.
-Mmmm, huele deliciosos, ¿De dónde es el shampo?
-Laura lo ha traído de su lugar natal. Villa rica de España, es completamente natural, no suelo ocuparlo por su aroma, pero se ve que a ti te sienta bien.
-Me ha encantado.
Cerré por un momento los ojos mientras él me masajeaba mi cuero cabelludo y me enjuagaba. Al abrir mis ojos y vernos a ambos compartiendo una de las cosas más normales de cada uno, me dí cuenta que en verdad me estaba encariñando más de la cuenta.
-¿Te puedo decir algo?
-Me puedes decir lo que quieras.
-Te vez como un hombre completamente sexy.
-Charlotte esto es solo una ducha recuérdalo.
-¿Qué te parece si te prometo lo que quieras y hoy solo me satisfaces? Por lo menos ahorita.
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¿Jugamos? EDITANDO.
RomanceEva Charlotte Valentina, princesa de Italia. Es una joven universitaria que se ha mudado a Canadá con sus padres para salir de la prensa italiana y vivir una vida normal. Sin esperar nada de su nueva vida, el destino la sorprende y su nuevo profesor...