Capitulo 25

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-Así que ella también es tu cariño. – estaba enfadada.

-¿Celosa?

-Ya vi que tus cartas comienzan a ser mostradas, espera a ver las mías.

Salí de aquella oficina echando rayos y centellas a todo aquel que se me cruzara por el camino.

-Charlotte, pensé que podríamos irnos juntos.

-¿No sabes si mi chofer está aquí? – Revisaba desesperadamente el estacionamiento pero no lo veía.

-No lo conozco, si me dices como es tal vez te ayude a encontrarlo.

Voltee hacia atrás y vi aquella silueta caminando como si el mundo estuviera a sus pies.

-No importa, mejor me voy contigo, ¿Nos vamos?

-Claro.

Caminamos juntos hacia su auto, me subí en el y arrancamos juntos hacia alguna parte. Solo por la ventada me quedaba darle una sonrisa satisfactoria a él estúpido de mi profesor.

Para: Raúl.

Raúl, lo siento me he ido en el coche con mis amigos, espero y no te molestes.

De: Raúl.

Lo siento señorita, pero no podía ir por usted.

Para: Raúl.

Bueno, no importa de todas formas voy para casa.

-Charlotte, ¿Te pasa algo?

-No, claro que no. – Lo voltee a ver.

-Como no podre invitarte a cenar por lo menos ¿puedo invitarte a comer?

-Sí, me parece buena idea, ¿Dónde te parece bien?

-¿Qué te parece Fields?

-No he comido ahí, pero se escucha elegante.

-¡No lo es, te lo aseguro! – Ambos reímos.

De: Estúpido Profesor.

Recuerda que esta noche tenemos una cena.

No lo olvides a las 19:00 nos vemos.

Hice caso omiso del mensaje y me dispuse a disfrutar de mi tarde que prometía muchas cosas.

Al llegar a Fields, me di cuenta que era un restaurante de comida rápida, pero el tono de música hacia que los clientes no fueran los típicos aburridos que estaban sentados en la mesa, al fondo de aquel local se encontraba una pista de baile en donde al parecer se presentaban unos chavos bailando cualquier tipo de música. El ambiente era agradable, pues los meseros estaban patinando por todo el lugar. A demás era un lugar decorado con luces de varios colares como si estuvieras en aquella disco de los años 70-80. Era un espectáculo completamente loco.

-¿Cómo encontraste este lugar? – Tenía una sonrisa en los labios.

-Fue uno de los primeros lugares que conocí al llegar a Canadá, aunque no lo creas, el nombre también me pareció formal, pero después de entrar supe que no lo era. – Comenzó a reír.

Ambos tomamos asiento en la mesa que el mesero muy amable a mi gusto, nos mostró. La comida como era de observar tenía formas extrañas pues era imitación de una comida de aquellos restaurantes finos en donde podía tener una carita feliz. Solo con ver el plato, podrías dar una carcajada.

A plena tarde del día nosotros nos encontrábamos en uno de los restaurantes más locos que se podían encontrar comiendo comida algo difícil de describir, pues los ingredientes eran muchos y el nombre era algo raro de leer. Era como si fuera escrito en un idioma irreconocible.

¿Jugamos? EDITANDO.Where stories live. Discover now