Te elijo a ti

1K 64 4
                                    

Tomé un arco con flechas llenas de runas, es mi arma de largo alcance, nunca fallo al usarla y es justo lo que necesito ahora, no fallar.

Seguí los rastros de sustancia negra que encontré por los pasadizos vacíos del Instituto, me guiaron hasta el invernadero... pero me frené en la entrada, soy alérgico a varias flores que están ahí adentro.

Un grito ahogado de Clary hizo que se tensara cada músculo de mi cuerpo.

Rasgué un pedazo de mi ropa dejando algo de piel a la vista, amarré la tela detrás de mi cabeza a modo que me cubra nariz y boca.

Abrí con cuidado la puerta hecha de cristal para entrar, el aroma cargado de las flores me golpeó con suavidad.

Mis ojos comenzaron a arder, nublarse, inhalar aire me costaba mucho, tengo que llegar a ellos rápido o este perfume será lo último que respiremos los tres.

Me abrí paso entre las plantas, cuidando de hacer el menor ruido en cada movimiento, pero otro grito de Clary, esta vez diciendo mi nombre, me hizo hervir la sangre perdiendo mi concentración.

"¡Te voy a encontrar!", grité con urgencia en tono firme.

Corrí sin pensarlo hacia su voz.

De pronto estaban a la vista, envueltos en una nube negra contra los cristales que cubren el invernadero, Jace con los ojos cerrados al lado de Clary que aún estaba consciente.

Ella se intentó mover al verme, pero la oscuridad la envolvía más con cada contorsión.

Justo cuando me estaba por lanzar contra esa cosa, noté que las sombras se esfumaron, el amanecer llegó, lancé varias flechas rompiendo cristales, es cuestión de segundos para que la luz del sol atraviese.

Uno, dos... me preparé para atraparlos, son un par de metros de caída libre del techo al suelo.

Al ser tocada por la luz, la nube se desintegró primero por el lado de Jace dejándolo libre.

Pude amortiguar su caída con mi cuerpo, pero me costó el poco aire que tenía dentro de los pulmones.

Sentí punzadas en la espalda mientras luchaba por volverlos a llenar, caí de rodillas.

Lo acomodé con cuidado a un lado, de inmediato vi como Clary comenzaba a caer, rodé en su dirección pero no logré alcanzarla a tiempo, se estrelló de lado contra el suelo.

Cada pequeño gemido de dolor que salía de su boca, dolía en mi propio cuerpo.

Me acerqué como pude, me saqué la tela de la cabeza, no tiene sentido, los efectos de mi alergia están sin control.

"¿Estás... bien? ¿Qué tie... nes?", dije con dificultad.

"Mi codo, no lo puedo mov... Alec ¿qué te pasa? me estás asustando", dijo ella al notar el desastre que debo parecer con la vista casi nublada sin poder respirar bien.

"Shh... tengo, que, alejarme de esas, estúpidas... flores... ayúdame a llev... ar a Jace", contesté intentando que guarde la calma.

Me levanté con esfuerzo dando un gruñido.

Luego pasé mis brazos debajo de los de Jace, sosteniéndolo del pecho comencé a caminar hacia atrás jalándolo mientras Clary me ayudaba diciéndome por donde ir.

Logramos salir, cerré la puerta de cristal separándome del invernadero.

Respirar se hacía menos difícil.

Cuando me sentí con fuerzas suficientes, cargué a Jace pasándolo sobre mi hombro.

Al encontrarnos con gente camino a la enfermería, se corrió la voz de lo que había pasado con nosotros hace unos minutos antes del amanecer.

Dulce Tormenta©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora