Sangre

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Jace nos guió hasta el sótano de la casa, el resto de la gente de Lilith se quedó en el primer piso. Suspiré aliviado porque esto me hará las cosas más fáciles.

Aunque celebré muy rápido, mi alivio se esfumó segundos después al ver lo que nos esperaba ahí abajo.

"¿Cómo lo hic...?", no pude terminar la frase.

Había un ángel joven inconsciente con tubos delgados saliendo por varias partes de su cuerpo. Tenía dos máquinas de aféresis a los lados. No hay precedentes de lo que estamos siendo testigos.

Lo único normal de este sótano era el polvo y las velas amarrillas que alumbraban los desgastados muros.

Sentí la presión de la mano de Clary sobre la mía, intercambiamos miradas sabiendo que los dos compartimos la intención en detenerla de alguna manera. Pero tenemos que esperar que sea el segundo correcto para actuar. Si somos descuidados, no vamos a salir vivos de este sótano.

Lilith se acomodó en una superficie metálica plana al lado del ángel. Jace la acompañó, se dieron un beso. Miré a otro lado porque no tolero verlo envuelto bajo su engaño. Lo vio herido, está en un muy mal momento gracias a mis decisiones, y Lilith no dudó en usarlo para su conveniencia.

Cuando miré otra vez hacia ellos, él ya estaba poniéndole dos de los tubos delgados unidos al cuerpo del ángel a Lilith, uno en cada vena principal de sus brazos.

Luego ella repitió varias veces un hechizo nuevo que creó. Es un don mal usado pensé, pero no tenemos control sobre las heridas que tiene su pasado. Antes de quedar inconsciente le habló a Clary.

"Recuerda las consecuencias nefastas que te perseguirán si algo sale mal... ¿hermanita? tu turno", ordenó.

Me costó soltar a Clary, pero era necesario para que intente dibujar una runa de tiempo, sé que lo va a lograr.

Ella retrocedió un momento para abrazarme mientras Jace nos vigilaba con cuidado. Lilith ya tenía los ojos cerrados.

"Sé que va a ser difícil para ti, pero a mi señal atacas a Jace, es nuestra única oportunidad", me susurró al oído.

Asentí, y besé su frente antes de dejarla ir.

Clary comenzó a hacer aparecer la runa en medio de luces que la rodeaban, y luego la dejó sobre el cuerpo de Lilith. De pronto sentí un silencio absoluto, era tan fuerte que hacía ruido.

Pensé que sólo había cinco almas dentro de este sótano, pero me equivoqué otra vez.

Busqué en la mirada de Clary mi señal, pero antes de poder dar un paso una criatura de casi mi altura apareció frente a mis ojos.

Tenía escamas negras por todo el cuerpo, garras largas, ojos almendrados sin pupila, y se sostenía en dos patas.

No terminé de soltar aire cuando se me vino encima tirándome al suelo helado. Era pesada, olía muy mal, pero logré pelear de vuelta.

Grité fuerte, mientras luchaba golpeándola para levantarme, porque sus garras recorrían la piel de mis brazos formando caminos rojos que ardían hasta los huesos.

"¡No te atrevas a mover esa runa de Lilith! Será peor para todos y lo sabes", escuché a Jace advertirle a Clary.

"Alec, te amo...", la escuché decir a lo lejos con dolor.

Tengo que hacer algo, esta noche no puede acabar así. Reuní todas las fuerzas que me quedaban, empujé a la cosa que me atacaba con las piernas, y al pararme la pateé haciéndole daño en la cabeza con mis botas.

Dulce Tormenta©Where stories live. Discover now