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ESTE FIC ENTRÓ EN EDICIÓN, DESPUÉS SUBIRÉ NUEVO CAP.

Tyler: 23 años
Josh: 18 años



"Tyler Robert Joseph. Cordialmente le escribimos esta carta para agradecerle su tiempo y participación en las pruebas que se le ha ido aplicando en los últimos tres meses. Le comunicamos por este medio que ha sido aceptado en nuestro muy prestigio colegio de lenguas "Nichibotsu" (Puesta al sol), ubicado en Tokyo, Japón. También le recordamos que (...)"

— ¡SIIIIIIIIIIIIIII! ¡SÍ! ¡ME ACEPTARON! ¡WUJÚ! — ni siquiera había terminado de leer la carta y ya me encontraba gritando tan fuerte como mis pulmones y mi garganta me permitieron gritar. Probablemente hasta los vecinos del edificio me habían escuchado. No podía creer que me habían aceptado en tan prestigiosa escuela.

Cuando recuperé la compostura, continué de leer la carta y tras finalizar, me la leí unas cuatro veces más. Estaba atónito de la emoción, y seguía sin poder creer la noticia.

Estuve parado junto al buzón por un largo rato.

Me imaginé el pintoresco paisaje con el que me recibiría la ciudad. Los sonidos, los olores, la gente nueva. El transporte, mi hotel, la comida exótica. Mientras más soñaba despierto, más me emocionaba con la idea. Seguía sin creer semejante noticia.

Yo. Tyler Joseph. Con la palabra "fracaso" adherida a mi frente como si se tratara de un tatuaje permanente, ¿iría realmente a Tokio?, ¿y por sus propios méritos? Bueno, eso todavía entraba en debate. Porque, en el examen al que había aplicado para conseguir la beca, no me fue tan bien como esperaba y el idioma en sí, ni hablar. No lo dominaba ni un 20%.

Sacudí la cabeza de lado a lado

— ¡Tyler baja el volumen de tu voz! ¡Hay gente que SÍ trabaja! — contestó Mark, mejor amigo de la infancia y mi compañero de departamento también. Corrí escaleras arriba y entré a su habitación abriendo la puerta de golpe.

— ¿¡No estás feliz por mi?! ¡Me aceptaron Mark! ¡Me iré a Japón!

— Claro que lo estoy Tyler, pero no grites tanto que estoy editando un video.

Me tiró un cojín en la cara para hacerme callar, pero pude esquivarlo y eso hizo a Mark refunfuñar del coraje. Apagó su computadora y se desplazó hacia la cama con la silla giratoria.

— ¿Cuándo te vas? — preguntó Mark.

— En dos días.

— ¿Ya tan rápido? Y... ¿cuánto tiempo harás ahí?

— Creo que un mes, lo suficiente para mí.

— Creí que me desharía de ti por más tiempo, que lástima. — mi compañero se rió y me dieron ganas de regresarle el cojín en la cara, pero ya estaba al otro lado de la habitación y me dio flojera tener que ir por ella.

— Solo tomaré un curso, no pude pagar el examen para estudiar la carrera completa. Era demasiado caro.

— Tyler ambos sabemos que no vas para estudiar, tú sólo querías unas vacaciones. — diablos, odiaba tanto que Mark tuviera razón, pero qué importaba, era cierto y lo quería disfrutar.

— Sí, tal vez. Merezco esas vacaciones.

— ¿Hablas en serio? ¡JÁ! No estudias ni trabajas.

— ¡Hey! Estudié por un año la universidad, no es mi culpa que no fuera hecha para mí.

— ¿Y el trabajo?

— Ya fui a muchas entrevistas y nadie me ha llamado aún. — eso era verdad, conseguir trabajo es más difícil de lo que pensaba, pero no pretendía regresar a la universidad.

— No sé que haré contigo Tyler. — Mark revolvió mi cabello con fuerza y ambos comenzamos a forcejear en juego hasta quedar tirados en el tapete.

Me quedé mirando hacia el techo y comencé a planear todo lo que haría una vez que llegara a Japón. Era mi sueño salir del país desde que era un niño, y más visitar Tokyo. He visto fotos en revistas e internet y todo se ve tan maravilloso y pintoresco. Sé que será como un choque cultural porque la vida y la gente de ahí es muy diferente a como es Ohio, pero estoy listo.

— ¿Al menos ya sabes japonés? — preguntó Mark y no pude desviar la mirada de la vergüenza.

— Ehmmmm... claro, es pan comido. — mi compañero me miró como si hubiera hecho algo malo, odiaba que hiciera eso porque me recordaba a mi madre. —Bueno ya, sé lo básico.

— Eso es algo. ¿Por cuánto tiempo fuiste a clases?

— E-eh... dos semanas.

— ¡¿Dos...?! No sobrevivirás Tyler, siento pena por ti. — Mark rió fuerte y le di una patada en la costilla que lo hizo retorcerse de dolor, pero siguió riendo. Me levanté del suelo y fui hasta la puerta de su habitación.

— Seguiría conviviendo contigo pero tengo que empezar a empacar. ¡Y te recuerdo que tú tendrás que llevarme al aeropuerto!

Fui directo hacia mi habitación y saqué la primera maleta que encontré de mi armario, aún no podía creer que en dos días estaría viajando hasta el otro lado del mundo, esto es insano. De todas las desgracias y fracasos que han ocurrido a lo largo de mi vida, al fin siento que todo podría mejorar y, quién sabe, como Jenna una vez me dijo: a veces las mejores cosas llegan en momentos inesperados de tu vida.

Lovers in Japan ~Tysh~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora