十六

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— ¿Usted cree que si logre pasar el examen? — pregunté a mi profesor esperando una respuesta positiva de su parte.

— Pues, vas bien. — eso fue todo. No mostró tan siquiera alguna expresión en el rostro. Se dispuso a terminar de beber su café y guardó algunos papeles en su maletín.

— Solo ¿bien? Y eso es suficiente, ¿para aprobar?

— Jovencito. — dijo el barbudo. Me llamaba de ese modo en ocasiones porque sabía que le costaba pronunciar la 'r' de mi nombre. — no me pleguntes si lo qué haces es suficiente. Sigue placticando. Sigue estudiando muy dulo. Lo impoltante aquí es que no dudes de ti mismo ni tampoco de tus capacidades. Sablás que todo ha valido la pena cuando plesentes esa plueba.

Hice una mueca y bajé la mirada. Al principio, sus palabras no tuvieron ningún efecto en mi. Era como recibir cualquier otro tonto consejo que en mi vida llegaría a aplicar. Me costó unos cuantos segundos procesar lo que me había dicho. No era la primera vez que buscaba la aprobación de alguien más. A lo largo de mi vida me la he pasado esperando a que los demás me digan lo que yo espero oír. Se me ha hecho difícil soltarme de ese defecto mío. Por fuera podré parecer alguien confiado, atrevido y que no teme decir lo que piensa. Pero por dentro, soy como cualquier otra persona qué pasa por lo mismo.

Soy un chico inseguro. Inseguro de si mismo y de las 'grandezas' que pueda poseer.

Sin embargo, no iba a dejarme que esta vez el miedo me venciera. Suspiré luego de unos instantes y le agradecí a mi profesor con un apretón de manos.

— ¿Te decidiste al fin qué examen tomal? — dijo el barbudo.

— Creo que tomaré... el escrito.

— ¿Segulo? — asentí con la cabeza. Mi acento era pésimo al hablar japonés y no quería arriesgar una buena nota debido a eso.

— Muy bien. Lecuelda que el examen es el miélcoles de la plóxima semana. No llegues talde. Y sigue estudiando.

El barbudo me dio una suave palmada en el hombro y salió del salón con todo y taza de café y maletín en la mano.

Me quedé como por un minuto observando la pizarra, tratando de hacerme la idea de que este examen dependerá de muchas cosas. Me entraron nervios el pensar en lo decepcionado que quedaría en caso de reprobar. Me odiaría el saber que no podré quedarme con Josh por más tiempo.

Finalmente salí también del aula y caminé hasta la puerta principal. Bajando las escaleras vi a una persona, a quien fácilmente podría reconocer aunque estuviera a kilómetros, sentada felizmente en uno de los escalones.

Traía puesta una gorra azul claro con unas letras japonesas en el medio. Algunos rulos de su cabello rosa pastel asomaban por debajo. Josh se veía algo distraído, veía pasar a la gente que caminaba de un lado a otro y movía sus pies al grado de simular que bailaban al ritmo de alguna canción.

Quise aprovechar su distracción para asustarlo. Seguí bajando las escaleras, siendo silencioso, y me paré justo detrás de él.

— ¡Buuuuuu! — exclamé sacudiendo sus hombros. El pelirosa volteó y me sonrió dulcemente.

— Buen intento torpe.

— ¿No hay nada que pueda asustarte o qué?

— Puesssss... los políticos me dan miedo.

— Pero eso a cualquiera. Son atroces. — Josh soltó una risita y me senté a su lado. Ya se había hecho costumbre el que venga a verme después de mis clases. Claro, cuando no tenía trabajo.

Lovers in Japan ~Tysh~ Where stories live. Discover now