十八

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Narrado por Tyler

Estábamos sentados en la acera junto a la solitaria calle, al menos a esta hora no pasaba nadie. Josh no dejaba de vomitar, el pobre parecía estar vomitando hasta su alma y no se detenía por más que habían concurrido unos cuantos minutos. Mi labio sangraba aún, tenía algunos raspones en el rostro, sentía un dolor punzante en mi costado derecho y estoy seguro que el resto de mi cuerpo estaba cubierto en moretones. La infeliz frente gigante sabía dar buenos golpes, no creí batallar tanto con él.

No tenía nada con qué curar mis heridas. Solo un miserable pedazo de hielo que el anfitrión hijo de puta me había entregado antes de sacarnos a patadas de su casa.

Tiré el pequeño trozo de hielo, porque éste se había derretido rápidamente, y presioné ligeramente la herida de mi labio con la mano. Me levanté del suelo y di un vistazo rápido a mi alrededor, ahí fue cuando encontré una pequeña farmacia al final de calle. Le dije a Josh que me esperara, ni siquiera supe si me había escuchado pero le avisé de todas maneras.

La pequeña farmacia no quedaba lejos, aunque aún así me apuré en ir y al llegar compré una botella de alcohol y enjuague bucal en versión miniatura y un paquete de gasas. La persona quien me atendió se trataba de un viejito bastante simpático, quedé sorprendido de mí mismo por haber comprendido la mitad de sus palabras. Pagué todo y regresé con la misma prisa con la que fui.

— Toma. — le dije a Josh extendiéndole el enjuague y el pelirosa lo agarró con la mano temblorosa.

— Gracias.

Josh bebió todo el contenido de golpe sin dejar ni una sola gota e hizo varias gárgaras seguidas. Finalmente escupió el líquido a la calle. Limpió la comisura de sus labios con su manga y dejó a un lado la botella vacía. Nos quedamos callados como por dos eternos minutos. Mientras tanto, intentaba limpiar la herida de mi boca y mantener presionada la gasa aunque sea para detener el sangrado.

Me sentía incómodo estando con Josh en este momento. No sé si estaba enojado, decepcionado o simplemente frustrado. Creo que experimentaba una mezcla de varias emociones a la vez y mi cabeza solo empeoraba las cosas, pues no lograba conseguir poner en orden mis pensamientos.

¿Cómo había podido ser tan incompetente y beber de esa manera?

— Cómo no te diste cuenta de que la persona con quien estuviste, ¿no era yo? — solté de repente sin pensarlo.

— No estaba en mis cinco sentidos Tyler... y traía un traje igualito al tuyo ¡hasta el peinado era igual!

— Lo sé, el desgraciado llegó a la fiesta justo igual que yo. Hasta se mal dibujó mis tatuajes. — hice una pausa para suspirar y cerré mi mano en puño. — pero tenías que beber hasta quedar ebrio.

Josh me miró con una expresión de indignación y una mezcla de vergüenza. Abrió la boca para decir algo pero la cerró de inmediato y me desvió la mirada. Empecé a rechinar los dientes de la desesperación y me volví a parar para caminar en círculos, con las manos en la cadera.

Quería decir tantas cosas, tantísimas. Pero una vez más, no conseguía poner orden mis pensamientos y ahora emociones. Quería gritar, quizás correr o quizás golpear algo, lo que sea.

— Me enojó mucho lo qué pasó Josh. En serio cruzaste los límites, fue muy ridícula la manera en cómo  actuaste y mira lo que provocaste. Yo salí herido y me vi involucrado en una pelea que no planeé ni mucho menos tenía intenciones de participar. ¿Y sabes quién quedó mal? ¿Como un busca pleitos y un desastroso? ¡YO MALDITA SEA!

— Tyler... fue un accidente y solo quería divertirme. ¿Crees que decidí todo esto porque quise? No, y no considero justo que...

— ¿Divertirte? Creo que te divertiste en exceso, sin mencionar que te dije muchas veces que debíamos quitarnos temprano. ¡Oh mierda!

Recordé todo de repente. Debía reunirme con ciertas personas importantes en el instituto de lenguas.

Saqué mi celular del bolsillo y miré la hora. Eran las 10:30 de la noche. Ya estaba una hora y media retrasado, seguramente mi oportunidad para prolongar mi estadía en Tokyo se había perdido para siempre.

Marqué el número de mi profesor con dedos temblorosos, equivocándome unas dos veces al apretar un número distinto. Ya que logré hacer la llamada, no obtuve respuesta alguna. Maldije en voz baja y volví a marcar, así hasta marcar unas 5 veces. A la sexta, escuché la voz grave y áspera del barbudo.

— ¡P-p-profesor, profesor! S-s-soy Tyler... he intentado comunicarme con usted y-y-y me alegra que haya respondido.

— Lo lamento, pol el luido no escuché mi celulal. — y en efecto, al otro lado de la llamada pude oír bastante ruido, de personas hablando, riendo, la música.

— No pude llegar a tiempo cuánto lo siento. P-p-pero todavía puedo ir, solo me tomará unos minutos llegar y...

— Chico. — dijo el barbudo interrumpiéndome. Escuché como aclaraba su garganta. — los maestlos ya se fuelon. Solo estuvielon media hola.

Me quebré en ese instante. Entreabrí la boca y mis labios temblaban junto con el resto de mi cuerpo. Entré en un estado de trance, mi vista permanecía en dirección hacia la nada prácticamente. Ni siquiera pestañeaba.

Un pequeño pitido comenzó a molestar mis oídos. Dejé de escuchar todo, solo podía oír claramente los latidos fuertes de mi corazón y sentía como la sangre recorría todo mi cuerpo, haciéndome sentir como si estuviera quemándome vivo.

— En selio tenía muchas ansias de plesentalte a ellos. Les hablé muchas malavillas de ti. Aún así pienso que halás un buen examen. Nos vemos chico, tengo que volvel a la fiesta.

— S-s-sí. — solo tuve la oportunidad de decir eso y colgó.

— T-t-ty... en serio lo siento tanto... n-n-no quería perjudicarte de esta manera. — Josh llevó las manos a su boca y comenzó a sollozar.

— ¿Sabes por qué era tan importante que fuera? — dije sin voltearlo a ver. No recibí ninguna respuesta de su parte pero supuse que había negado con la cabeza. — voy a presentar un examen la siguiente semana. Si paso y destaco de entre los demás, tendré la oportunidad de quedarme un mes más aquí. A la fiesta de mi instituto fueron unos profesores del instituto en Korea... y si ellos me conocían, tenía más chance de aprobar ese maldito examen.

Me volteé finalmente hacia el teñido y éste rompió en llanto, ahora cubriendo su rostro con las manos. Mientras más lloraba más hundía el rostro entre sus piernas.

Estuvo así por al menos un minuto completo y luego se puso de pie y trató de limpiar las lágrimas que no paraban de salir y caer por sus mejillas.

Se acercó y quedó a unos centímetros lejos de mí. Musitó algo que no pude entender por su voz cortada y la agitación de su cuerpo por el llanto.

— Perdóname d-d-dios... he a-a-arruinado todo, y-y-yo...

— No te lo dije antes porque quería mantenerlo bajo sorpresa. Y vaya sorpresa que me llevé yo.

— N-n-no sé que decir, m-m-me siento muy mal, l-l-lo siento tanto Tyler...

— Espero que te vayas haciendo la idea de que me iré pronto. Porque después de esto, solo estaré aquí una semana más.

Y se fue corriendo.

Josh huyó en dirección contraria y lo perdí rápidamente de vista, aunque aún lejos todavía podía escuchar sus sollozos. Pateé el suelo esperando que se levantara polvo o partículas de cemento, pero claro que no sucedió.

Recordé que aún traía puesto el ridículo y estúpido traje de oso o el animal que fuera y deseé arrancármelo de encima, sin importar si quedaba semi desnudo en medio de aquellas solitarias calles.

Empecé a caminar con la intención de ir a mi apartamento, la brisa sopló un poco más fuerte y sentí algo de frío. Solo por ese momento agradecí tener el maldito traje puesto, pues me producía algo de calor.

Seguí caminando con el ceño fruncido y la cabeza hacia abajo, cuando el viento volvió a soplar fuerte y algo golpeó mi cabeza. Me giré refunfuñado y vi cómo yacía en el suelo una pequeña flor de cerezo. La tomé algo extrañado porque sabía que no había cerca ni un árbol. Acaricié sus tiernos pétalos y jugueteé con ella pensativo.

"Mierda, Josh." "Qué hice contigo". Me dije para mis adentros abriendo los ojos como platos.

Lovers in Japan ~Tysh~ Where stories live. Discover now