二十四

284 33 10
                                    

— ¿A dónde estamos yendo? — pregunté a Josh, quien revisaba meticulosamente un mapa. Llevaba conduciendo por la carretera por al menos hora y media y el teñido había traído consigo un mapa, cosa que me dejó nervioso porque Josh conocía cada lugar de memoria.

— Es una sorpresa. — dijo en voz baja mientras pegaba la vista al mapa. — pero estamos yendo por el camino correcto.

— Sabes, al fin de cuentas no fue tan difícil manejar estando en una lugar completamente distinto para mí.

— Calma ahí Toretto. — se rió Josh y miré de reojo al asiento del copiloto. — si te hubiera llevado para la ciudad ya estaríamos con mil multas y en muchos problemas. Conducir por las afueras es cosa sencilla.

Refunfuñé y me dije para mí mismo algo casi inaudible, al instante en que mis mejillas se tornaban de rojo por el enojo. El pelirosa volvió a reír y extendió su brazo para alcanzar mi rostro, acariciando con su mano el costado de este. No podía enojarme con Josh y menos por la "supuesta" sorpresa que me tenía esperando.

El interior del coche se volvió silencioso, pero el ambiente se sentía agradable y cómodo. Siempre que Josh y yo nos quedábamos en silencio no era por incomodidad o algo parecido, ambos sabíamos que disfrutábamos la compañía del otro mientras nuestras mentes divagaban sobre alguna otra cosa o cuando solo deseábamos admirar los paisajes. El teñido no despegaba la mirada de la ventana, árboles de un verde y tupido follaje, el cielo pintado de una paleta de colores pasteles, pequeñas montañas que sobresalían al fondo y hacían contraste con el resto de la pintoresca escena. Si algo me tenía enamorado de esta ciudad, además de Josh, era la belleza de su naturaleza. No encontrabas escenarios como éstos en Ohio, ni personas tan maravillosas y cálidas como Josh.

Conduje por otra hora más y comencé a identificar a nuestros alrededores un gigantesco parque, con mucha vegetación y gente sentada en mantas, andando en bicicleta o dando un paseo tranquilamente. Sonreí para mis adentros y Josh dio un pequeño brinquito de felicidad, levantándose a penas de su asiento. Me indicó que estacionara a un costado del parque, pero se me hizo extraño porque el lugar donde aparcaban el resto de los coches estaba hasta el otro lado, no entendía por qué nosotros íbamos más lejos y apartados de todos.

En fin que hice caso al teñido y paré el coche. Al bajarnos, inhalé profundamente el fresco aire de los árboles y dejé salir una gran bocanada de aire, mis pulmones se sentían limpios y puros.

— ¿Qué lugar es este Josh? — dije admirando el espacio caminando en círculos en mi mismo lugar.

— Es una de las reservas naturales más importantes de Japón. Mucha gente viene de visita para esta época solo para admirar las estrellas de noche o pasar el día en picnics. — contestó el pelirosa y abrió la cajuela de la camioneta.

— ¿Significa que acamparemos? — pregunté emocionado, Josh giró la cabeza y asintió igual con emoción. Siguió sacando algunas cosas del coche y fui a ayudarlo.

— Pensé que sería buena idea tener un momento a solas, pero de verdad a solas. — respondió haciendo énfasis en la última palabra. — por eso estamos un poco alejados de la reserva, y del resto. Casi nadie pasa por aquí.

— Tú y tus alocadas pero excelentes ideas. — bromeé y Josh rió en conjunto conmigo.

El pelirosa había empacado de todo, parecía tenerlo planeado desde hacía días atrás, pero me confesó que todo lo organizó al instante. Es como si un área de su cerebro se hubiera encendido de repente y la idea haya aparecido mágicamente.

Saqué una pequeña tienda de campaña, algunos cojines, varios cobertores y mantas, unas dos lámparas de aceite, comida y algunos otros utensilios que seguramente utilizaríamos para poder pasar una noche agradable.

Lovers in Japan ~Tysh~ Where stories live. Discover now