二十 五

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Narrado por Josh 

Todo estaba oscuro. Al fondo, oía el viento soplar contra el follaje de los árboles, una que otra hoja había caído de ellos por el impacto. Los pájaros aún no cantaban, o eso pensaba. Pude percibir algunas pisadas humanas contra la tierra y el césped. Ya había gente en el lago, escuchaba perfectamente los chapuzones y el agua batirse con fuerza ante el impacto de sus cuerpos. Sentí un cosquilleo leve sobre la punta de mi nariz y abrí los ojos de golpe. Ya era de día, Tyler aún dormía frente a mí.

Pestañeé rápido una y otra vez, admiré a mi alrededor y un rayito de luz traspasaba por la pequeña abertura de la tienda de campaña y lograba iluminar el interior, tenue. Una brisa también se metió a través de la abertura y refrescó. Encogí mi cuerpo y me acurruqué con las mantas, me empecé a acercar lentamente hacia Tyler, no quería despertarlo porque amaba verlo dormir. Es como si estuviera viendo a otra persona y no lo digo porque el Tyler despierto sea una mala persona. Solo que éste lucía en paz, sin preocupaciones, sin miedos o desilusiones, no estaba bajo peligro, solo... tranquilo.

No sé si pueda nombrarlo un "fetiche", pero desde que empezamos a dormir juntos desarrollé una fascinación impresionante con verlo dormir (suelo ser el primero de los dos en despertar). Y no es como si hubiera dormido con muchas personas en el pasado, dormir se supone que es una actividad cotidiana que todo ser humano debería de tomar. Si es una siesta de cinco minutos o una hora, tres horas, diez horas, no importaba. Me encantaba ver a Tyler dormir porque podía observar con detenimiento y a detalle sus facciones.

Su piel suave y tersa de una tez que me provocaba calidez con solo verla, esas largas pestañas que al dormir, caían como abanicos y cubrían sus hermosos ojos color avellana, sus mejillas ligeramente rosas, sus labios carnosos y más rojizos que sus mejillas. Su nariz, tan... perfecta. Fina, elegante, sensual, indescriptible. No aguanté la tentación y estiré mis labios para besar la punta de su nariz. No pensé en ese momento que podría despertarlo, ansiaba tanto dejar ese beso.

Maldije internamente por haber despertado, quería seguir durmiendo y sentir la misma tranquilidad que seguro Tyler estaba experimentando. Cerré mis ojos incontables veces, desesperado por no poder conciliar el sueño. Me removí un poco por debajo de las sábanas y mi cuerpo dio un sobresalto cuando la mano del castaño se cerró encima de mi muñeca.

— Perdón por despertarte. — dije avergonzado, Tyler abrió primero un ojo y luego pestañeó con ambos hasta abrirlos por completo.  Me sonrió de lado y deshizo el agarre de su mano con mi muñeca.

— Otra vez te atrapé mirándome. — contestó con voz suave y reí aún más avergonzado. — es lindo, me gusta que lo hagas.

— Tú eres lindo. — me entregué por completo a él en un gran abrazo y oculté mi rostro entre su pecho, sé que sonreía ampliamente aunque no pudiera verlo.

Estuvimos unos minutos en esa posición, Tyler me hacía cariños en la espalda, en el cuello y subía para jugar con mi cabello. Yo respiraba lentamente y aspiraba su delicioso aroma.

El castaño rompió el silencio y cambió los mimos a suaves apretones en mi espalda.

— Estás tenso.

— Siempre lo estoy. — respondí sin descubrir mi rostro.

— Es por mis resultados del examen, ¿cierto?

Levanté finalmente el rostro y mi expresión había cambiado, lo noté por la mirada que Tyler me dirigió. Suspiré profundamente e intenté sonreír detrás del manojo de nervios que estaba hecho.

— Lo hiciste bien. No temo, ya me preparé para tenerte aquí un mes más. — el castaño mostró una sonrisa de lado y besó mi frente con ternura. Quité las sábanas de encima de mí y me senté al instante en que me "peinaba" el cabello con mis manos. — ¿podemos irnos? Debo regresar el coche a mi casa.

Lovers in Japan ~Tysh~ Where stories live. Discover now