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— ¿Te silvo algo guapo? — dijo una de las meseras del karaoke. Es bastante linda, de echo, la mayoría de las chicas que trabajan ahí son hermosas.

— Ehmmm... — revisé con mucho cuidado la carta de cócteles pero como todo estaba escrito en japonés, no tenía ni idea de lo que estaba a punto de ordenar.

— Creo que pediré un sake. — dije finalmente.

— Uhhh, que valiente. En seguida te lo tlaigo. — la chica me retiró la carta y se fue directo al bar. No entendía por qué me había dicho "valiente", solo esperaba que la bebida no me matara o algo así.

El karaoke tenía basta de estilo. La luz no era muy fuerte y daba el aspecto de un tipo antro. Tanto el informe de las meseras como del personal llevaba ese estilo "kawaii" que expresaba ternura pero a la vez sensualidad. Había un pequeño escenario más al frente y una pantalla a un lado, supongo que ahí proyectan las letras de las canciones para que todos pudieran cantarlas. Aún no veía a ninguna banda o cantante, se veía que aún estaban preparando el escenario para que estuviera listo.

No pasaron más de 5 minutos y la mesera ya estaba de vuelta con mi bebida. El vaso era demasiado pequeño, como si se tratara de un shot y eso me preocupó. La chica me incitó a que la probara, traía una sonrisa de oreja a oreja. Le sonreí con incomodidad y me la tomé de golpe. Fue la peor sensación que había experimentado en mi vida. Traté con todas mis fuerzas de no devolver el estomago, mi garganta quemaba y sentía mi cabeza retumbar.

— ¿Quieles otro? — preguntó la sonriente chica y yo negué con la cabeza y fingí una sonrisa.

La mesera se alejó sin borrar la sonrisa de su rostro y ya que me aseguré de que no podía verme, hice una mueca de disgusto. El alcohol estaba bastante fuerte para mi gusto.

De pronto, una chica hizo sonar el micrófono para llamar la atención del público. Si no supiera que es humana podría confundirla con un gato, ya que todo su look me recordaba a uno. Dijo algo en japonés que por supuesto no entendí ni mierda y fue hasta ese momento que me culpé por no haber asistido a más clases. 

La música comenzó a sonar y la chica tenía una bonita voz, un poco chillona pero igual sonaba bien. A pesar de que no sabía que demonios cantaba, el sonido me agradaba. En especial el ruido que la batería hacia, dios sonaba tan bien. Como el lugar estaba un poco oscuro no se podía ver claramente al resto de los integrantes. No fue hasta casi al final de la canción cuando las luces se aclararon un poco y lo vi... un chico estaba detrás de la batería, muy lindo por cierto. Poseía una belleza que no había visto en nadie más. Tenía el cabello teñido de un rosa claro, perforaciones en ambas orejas y una en la nariz y sus dientes casi brillaban de lo blancos que estaban. Se veía tan sonriente, cualquier persona que lo viera diría que disfruta hacer música.

Su look era más discreto que del resto de los integrantes de la banda. Llevaba una camiseta blanca de manga larga con un parche de arco iris en el lado superior izquierdo y traía puesta una diadema con orejas de gato, adornada con unas cuantas flores de colores. Todos los integrantes llevaban una puesta, pero debo admitir que en él se veía demasiado adorable.

La banda terminó de tocar luego de unos minutos y por lo que medio pude entender, dijeron que se tomarían un descanso. Los integrantes empezaron a bajar del escenario y decidí acercarme para hablar con el chico, no iba a perder la oportunidad. Por suerte llevaba conmigo un pequeño diccionario de español-japonés.

— Anata... wa hijō... ni oishī poteto o ensō... shite imasu... (estás jugando una muy sabrosa patata). — casi me quedo sin aire por decir todo eso pero estaba bastante conforme con lo que había dicho, esperaba que me entendiera. El pelirosa me miró confundido y se rió levemente. Yo sonreí con incomodidad y desconocía por qué reía.

— Watashi wa poteto ga, kansha o motte imasen (no tengo ninguna patata, pero gracias). — ¿qué mierda había dicho? No sabía pero su voz sonaba tan dulce y sexy.

— Creo que mejor guardas el diccionario, hablo tú lengua así que no te preocupes. —  me dijo el pelirosa

Quedé sorprendido al escuchar su acento, no pensé que podría hablar español tan bien y eso hizo que me fijara mucho más en él. No creería que tuviera alguna imperfección. Todo lo que conocía hasta ahora de él me estaba logrando atrapar demasiado.

— Diablos... ¿Cómo hablas tan bien el español?

— Mucha práctica. — dijo encogiéndose de hombros, debería ser ilegal ser tan adorable. — además no nací aquí. Llevo casi toda mi vida viviendo en Tokyo pero nací en Chicago.

— Eso es grandioso, yo soy de Ohio. — contesté y el pelirosa me sonrió amablemente. — por cierto, ¿podrías decirme que fue lo que te dije en japonés? Eh, no sé hablarlo muy bien.

— No creo que quieras saberlo. — respondió entre risas. — ¿pero qué fue lo que querías decirme en un principio?

— Que eh, que tocas muy bien la batería. Y que... Te vez bien con el look que traes puesto.

Noté que las mejillas del chico se sonrojaron levemente y pasó una mano por su brillante cabello rosa, se dio cuenta de que aún traía la diadema y se la quito mientras reía apenado. Ambos nos quedamos en silencio por un momento, parecía que ya no quedaba más por hablar y sentí nervios porque en realidad no quería despedirme así nada más de él.

— Gracias. — habló finalmente el pelirosa mientras desviaba su mirada de la mía. — ¿cuál es tu nombre?

— Soy Tyler, un gusto. — dije extendiéndole una mano y el chico me miró con extrañeza, casi podía sentir su rechazo hacia mi.

— Soy... Josh. — contestó y apretó ligeramente mi mano, como si estuviera inseguro de hacerlo.

— Creo que estoy algo confundido.

— Ya veo. — dijo Josh y fruncí el ceño. — lo siento, no pretendía ser grosero. Es que en Japón no solemos saludar de esa manera. Nos inclinamos levemente cuando se trata de un saludo informal.

Tragué con dificultad y asentí con vergüenza. Solo deseaba que la tierra o un dragón me tragaran en ese momento ¿habían dragones en Japón? Yo que sé, pero me sentí como un completo idiota. No sé cuántos ridículos más podría hacer frente a Josh. Volvimos a quedarnos en silencio y escuché a lo lejos que un señor, de una edad no muy avanzada a mi parecer, empezó a llamar al pelirosa. Otra vez volví a culparme por no haber aprendido japonés, así podía saber que le estaba diciendo. Josh escuchó atentamente y asintió con la cabeza.

— Tendrás que disculparme, pero me tengo que ir. — Josh se dio la vuelta en dirección hacia el señor y yo lo tomé de la muñeca pero lo solté de inmediato al ver que reaccionó con una expresión de miedo.

— E-e-espera no te vayas aún. No te quitaré mucho tiempo lo prometo. — el pelirosa cruzó los brazos y me miró con seriedad, invitándome a que continuara. — ¿harás algo al rato? M-m-me gustaría conocerte un poco más.

Josh torció la boca y miró hacia el suelo, mientras se balanceaba de adelante hacia atrás con sus talones. Yo solo esperaba a que me dijera que sí, estaba muy ansioso por escuchar su respuesta.

— Estaré ocupado y en serio tengo que irme ahora. — habló el pelirosa y volvió a darse vuelta.

— ¿Y mañana? — hablé lo suficientemente alto como para que me escuchara y se dio vuelta hacia mi dirección sin dejar de caminar.

— Tampoco puedo, nos vemos Tyler. — y finalmente el chico desapareció detrás de una cortina, lo que parecía ser él área del personal del karaoke.

"Este chico sí que es difícil" dije para mis adentros. En serio pensé que aceptaría, pero no lo iba a dejar hasta aquí. Pagué la alcohólica bebida que había consumido y salí del establecimiento. Ya iba a descansar a mi departamento pero estaba dispuesto a volver a encontrarme con Josh mañana por la noche.

Lovers in Japan ~Tysh~ Where stories live. Discover now