MÍA.® (Historia Erotica +18)

Capítulo 11

Son las 18:23PM del viernes y me encuentro en mi oficina transcribiendo unos documentos de la empresa cuando recibo un mensaje de Tessa diciendo que nos veríamos esta noche, hace ya casi dos meses que no la he visto, desde las mini vacaciones, pero claro, hablamos a diario. Con Paul las cosas marchan raro, el a estado más ocupado de lo habitual y no hemos tenido mucho tiempo juntos, y el poco tiempo que tenemos lo usamos para discutir, pero esta noche lo voy a ver en una cena de la empresa muy importante y espero que todo vaya bien. Tomo mi bolso y me marcho de la oficina para poder tomar un baño y arreglarme…
Son casi las 21:00hs y yo sigo frente al espejo de mi habitación analizando mi atuendo, me he decidido por un mini vestido plisado manga larga color escarlata y el cabello suelto al natural, conforme con mi atuendo tomo mi bolso de mano y me dirijo a mi auto. Luego de llegar al lugar lo primero que hago es coger una copa de champán de una de las charolas que llevaba un empleado de la cocina, bebo de a lentos sorbos mientras camino en busca de Paul y saludo a los conocidos, esta lleno de inversionistas acompañados de mujeres, la gran mayoría de ellas son damas de compañía o escorts.
-Madisson.- Me volteo a ver quien me llama y me encuentro con el primer socio de la empresa, Jordan Chapter.- Que placer ver tanta belleza sin un acompañante.- Sus oscuros ojos me observan con puro placer intentando intimidar, pero yo sonrió con elegancia para demostrarle que no me doblegó ante sus comentarios.
-Muchas Gracias Jordán, pero en realidad estoy buscando a mi acompañante.- El sonríe ampliamente como un gato y hace un gesto con la mano restándole importancia.
-Pues supongo que no necesitas buscar más, seré tu acompañante mientras aparece mi queridísimo amigo Paul.- Miro a su acompañante con intriga para ver su reacción ante el comentario de este, la castaña lo mira con ojos furiosos, claramente ofendida.- Tu vete a buscar unos tragos a ver si se te quita esa cara.- La castaña le obedece al ver la mirada demandante de Jordan y se marcha.
-No deberías tratarla así.- Le digo en cuanto comenzamos a caminar lentamente por el enorme lugar.
-Es una Dama de compañía y yo soy el que paga.- En cuanto dice eso termino de convencerme, no hay duda, es un completo idiota.- Así que, ¿Hay problemas en el paraíso?- Al no entender de qué habla lo miro con el ceño fruncido.- Me refiero a Paul y tú.- Aclaro mi garganta y paseo mis ojos entre la gente, cuando estoy a punto de contestarle escucho la voz de Paul por un micrófono, esta en el escenario y se ve realmente guapo, lleva un traje neutro y sus rizos rubios recogidos en una coleta.
-Les pido a todos que por favor tomen asiento en sus respectivos lugares para poder cenar y deleitarnos con la grandiosa melodía de Kristen, una de las mejores y más bellas pianistas de Santa Mónica.- En cuanto Paul termina se escucha una oleada de aplausos y luego el baja del escenario para dirigirse a una mesa, me alejo de Jordan y camino hasta la mesa de Paul, cuando llegó allí veo que tan sólo hay dos sillas.- Hasta que apareces, te busque por todas partes, ¿Dónde estabas?- Tomó asiento frente a él y le sonrio.
-Que coincidencia, también te estaba buscando, Jordan me a ayudado.- Me arrepiento al instante de haberlo nombrado, la cara de Paul cambia totalmente.
-¿Qué hacías a solas con ese imbécil?- Paul no es demasiado celoso, pero cuando se trata de Jordan o algún tipo que se pase de la línea con migo, se vuelve totalmente loco.
-Lo he cruzado mientras te buscaba y ya, no me a dicho nada.- Su cara de disgusto es evidente.- Cambiando de tema, ¿Por qué estamos solos en una mesa?- Hago una mueca para intentar que ría, pero es todo lo contrario.
-¿Te molesta estar en una mesa a solas con migo?- Su pregunta hace que me fastidie, si yo nunca dije que me molestase estar a solas con el.
-Claro que no Paul, ¿Qué te sucede ahora? ¿Te has cabreado por lo de Jordan?- Al ver que no contesta doy por ciertas mis preguntas.- Es una estupidez, yo no he dicho nada cuando has presentado a tu “más bella pianista” hace un rato maldición.- No suelo ser de esas mujeres celosas, pero Paul me a puesto de los pelos toda la semana, que ahora me haga una de sus escenas es la gota que rebasa el vaso.
-¿Puedes cuidar tu boca Madisson? Me das vergüenza.- Lo fulmino con la mirada y guardo silencio cuando llegan un par de camareros a servir nuestra comida. Luego de más de una hora comiendo en total silencio, Paul debe ir al escenario a despedir a su tan querida pianista, aprovecho ese momento para poder largarme de allí sin tener que escuchar las quejas de Paul, tomo mi bolso y camino lo más rápido posible hacia la salida, cuando pongo un pie fuera me doy cuenta de que llueve a cántaros así que corro hasta mi auto y entro mojando todo.
La carretera esta casi vacía, obscura y diluida, excelente para conducir Mia, tus planes siempre triunfando.

-Maldición ¿Y ahora que mierda pasa?- El auto empieza a bajar la velocidad y yo me hago a un lado de la carretera para ver que sucede, ¡El combustible mierda! - Felicidades Mia, te has varado a un lado de la carretera desierta, obscura y en pleno diluvio, a ver quien te saca de esta.- Dejo de hablar con mi misma y busco el móvil para llamar a Paul.- Vamos contesta… Por favor Paul, contesta..- Luego de cinco llamadas directas a su buzón decido llamar a Tessa, se que estaba en la cena aunque no la he visto.- Tessa soy yo… No, me he salido de la cena… Porque no me he sentido bien.. Se me a quedado el coche en medio de la carretera y estoy algo asustada… No, no hace falta que vengáis, solo que le digas a Paul, para que venga el o me envíe una grúa… ¿Cómo que no está ahí? Pero si es su cena, ¿A dónde a ido?... De acuerdo, gracias Tessa.- Cuelgo la llamada y siento la angustia en mi pecho, creo que colapsare. Tessa me a dicho que Paul se a marchado de la cena y que ella y Ron vendría a socorrerme, me siento mal por tener que molestarlos y a la vez me siento enfadada por no saber donde mierda esta mi novio. Vuelvo a llamar a Paul unas cinco veces más y sigue sin coger el móvil, apago el motor del auto y apoyo mi frente sobre el frío volante, de veras que está no es una buena semana. Media hora después un coche se estaciona detrás del mío y me hace señas con sus luces, volteo a ver y la lluvia solo me deja observar un coche platinado, lo reconozco al instante, es Josh.

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