MÍA.® (Historia Erotica +18)

Capítulo 23

Dejo de pensar estupideces cuando veo por la puerta entrar a Josh con una niña en sus brazos y dos más siguiéndole el paso, maldición sentí como me mi cuerpo reaccionaba al verlo con una camiseta tan ajustada, mierda Mía que dices.

-Hola ¿Qué tal el vuelo?- Paul le contesta que muy bien y el señala a las niñas, yo no puedo emitir palabra.- Ella es Isabella y ella es Julianne, Bueno y a Scarlett ya la conocéis.- Sus hijas son muy parecidas entre ellas, a pesar de tener madres distintas.

-Venga vamos a jugar niñas.- Les llama Tessa y ellas se abalanzan sobre está y Ron, Scarlett se sienta en la punta de la pequeña mesa ratonera y abre una caja de lo que parece ser un juego de mesas.

- ¿Dónde está Sammantha?- Pregunta Ron mientras Josh se acerca a Scarlett y se sienta tras ella, frente a mi.

-Tuvo que ir a ver a su madre, se a puesto mala.- El simple echo de que a cada momento sea nombrada me hace pensar que pasa mucho tiempo por aquí, lo que no debe ser para nada bueno. Mierda que digo, porque no iba a de ser bueno. Nos pasamos el resto de la tarde entre juegos de mes, risas y comida chatarra, Josh no me había dirigido ninguna clase de mirada, lo cual agradezco frente a la presencia de Paul.

-Creo que ya deberíamos cenar.- Dice Tessa luego de que terminamos la primera ronda del juego.

-Estas pequeñas pasan, ya a Sido suficiente comida por hoy. Iré a acotarlas y vuelvo.- Todos nos levantamos y Josh toma a las dos niñas más grandes en sus brazos y observa a la más pequeña que duerme plácida en el sofá.- Tess, ¿Quieres ayudarme?

-Mia te puede ayudar, ¿Verdad Mía? Yo iré a preparar la cena, Paul me ayudara, es muy bueno haciendo salsas.- Observo a Tessa, su mirada me dice que si no acepto me matará. Está chica de veras está empeñada en dejarme a solas con Josh todo el tiempo, solo hará que me meta en grandes líos.

-Claro que si.- Sonrió y tomo a Julianne en mis brazos, para luego salir por la puerta de la casa y seguir a Josh. Vive literalmente junto a la casa otra casa, es un edificio de dos pisos, el sube y yo lo imitó, supongo que en el de abajo vivirá la tal Samantha. Cuando entramos me llevo una gran sorpresa, es extremadamente amplio, considerando claro que la cocina el living y sala de estar está todo junto, es solo un gran piso con secciones distintas dentro de el pero sin muros, es muy bonito a decir verdad, pero lo que más llama mi atención es la gran cantidad de juguetes y objetos rosa esparcidos por doquier.

-Ven.- Camina sin ver si lo sigo, así que lo hago deprisa. Camina hacia un pasillo y ahí veo cuatro puertas, Josh abre la primera y entra, hago lo mismo tras el. Es una habitación llena de colores pasteles, mierda era una locura, había tres camas en forma de castillos, había un gran ventanal protegido con una gran calco con figuras de Disneyland, había mesitas con vajillas para tomar el té, había muchas muñecas y osos, había estantes con libros, baúles llenos de juguetes a desbordar y también había dos puertas pintadas en celeste. Me acerco a la cama en forma de castillos que tiene una gran "J" y depósito a Julianne allí, y la arropó. Luego de eso Josh, que ya no carga una niña en cada brazo, baja las luces para que solo sean un tenue resplandor blanco y salimos de la habitación, camino en silencio hacia la sala y hago otro repaso con mi vista, veo también muchos cuadros con fotografías de el y sus hijas.

-Gracias por la ayuda.- Lo observo y por primera vez en toda la noche nuestros ojos se encuentran.- Lamento el desorden, las niñas arrasan con todo en una tarde de lluvia.- río con el y siento como mi pecho se afloja, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba tan tensa.

-Sigue siendo muy bonito.

-Como tú.- Sonrió por su cumplido y observo hacia otro lado, su mirada comenzaba a ponerme nerviosa.- A decir verdad no creí que fueras a venir.

-¿Por qué no iba a hacerlo?

-No creí que quisieras verme, o al menos eso dijiste la última vez en esa oficina.- observo como frunce su entrecejo

-No dije eso. Dije que no podía tenerte cerca.

-No, dijiste que no querías tenerme cerca.

-Es lo mismo.- Ahora soy yo la que frunce el cejo y se cruza de brazos, está vacilándome

-No Mía, no lo es.- Mierda mi nombre en sus labios es tan maldita mente tentador.

-Como sea. Estoy bien con Paul, no debo cagarla.

-Vale, ¿No debes o no quieres?- Pongo los ojos en blanco cuando sigue con su estúpido juego de palabras.- Lo siento. Está bien, no me acercaré a ti.- Le sonrió y doy media vuelta para marcharme por la puerta, pero cuando estoy saliendo escucho de nuevo su maldita y tentadora vos ronca.- A menos que me lo pidas, Mía.- niego con mi cabeza sin darme la vuelta y salgo de su casa.

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