Capítulo 8

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Había pasado un día completo desde el momento que Akko domino la capacidad de volar, todas excepto Úrsula y Diana la interrogaron de su experiencias de vuelo y sus nuevos poderes, claro que demasiadas preguntas la comenzaron a incomodar. Diana evaluó las facciones faciales de Akko cansadas y agotadas, pensando que debía de tomar un descanso decidió intervenir.

—Ya es suficiente con las preguntas—Intervino Diana con firmeza.

— ¡Eh!, pero si todavía no he terminado—Dijo Amanda.

—Diana tiene razón, Akko debes estar exhausta—Intervino Úrsula.

Akko agradecida de la intervención de Diana y Úrsula asintió.

—Bueno si lo ponen de esa manera—Dijo Amanda, evaluando los gestos agotados de Akko—Perdón Akko, debiste decirnos que tenías mucho cansancio.

—No importa—Dijo Akko sin ánimos de discutir.

Sin mencionar una palabra más Akko se marchó con los parpados pesados debidos al sueño, llego a un árbol gigantesco y sentada recargo su espalda en el tronco, cerró sus ojos atrapada en el sueño y respiro caladas tranquilas y relajadas completamente dormida. Diana quien la siguió tomo asiento a su lado y se quedó con ella, la observo unos instantes hasta que se enfocó en sus labios abiertos a la respiración, le pareció una vista fascinante envolviéndola más con la curiosidad.

Diana se acercó al oído de Akko y le susurro—Eres preciosa incluso cuando duermes.

Con una mano sostuvo la barbilla de Akko y el dedo pulgar roso su labio inferior, más de cerca le dio un beso corto y cariñoso.

—Espero que dejes de meterte en problemas—Volvió Diana a susurrarle.

Se levantó del suelo y sacudió sus caderas limpiándose de los residuos sucios. A continuación de su bolsa saco una cobija y la extendió en el suelo, fue tras Akko y la cargo en sus brazos acostándola sobre la cobija con cuidado, era de noche y el aire fresco abrazaba los arboles con la temperatura adecuada. Diana observándola mientras Akko se ensimismaba en su sueño temporal, imagino a todas en Luna nova nuevamente felices de volver a los días de paz. Ahora que había encontrado a su amada viva y bien quería llevarla de regreso y como todo había un precio que pagar.

—Como desearía estar en tu lugar—Dijo Diana mirando la silueta dormida de Akko—Así no tendrías que luchar y sufrir heridas—Con su mano acaricio su mejilla.

Akko hizo unos movimientos leves sin despertarse a lo que Diana sonrió.

—Luchando dormida—La pellizco en la nariz.

La mañana siguiente las luces del planeta gigante despertaron a Akko de su estado dormido, lo primero que observo fue su cuerpo unido al de Diana, su cabeza estaba hundida entre sus pechos de ella y sus manos abrazaban sus caderas, se llevó una gran sorpresa y tratando de controlar sus desenfrenados latidos y nerviosismo aparto uno de los brazos de Diana intentando no despertarla.

—Gracias por tu ayuda ayer Diana—Akko susurro y le dio un beso en la frente.

—De nada—Dijo Diana sonriendo con los ojos cerrados.

Akko preocupada dijo— ¿Te desperté?

—Ya estaba despierta, solo fingía estar dormida—Abrió los ojos.

—Qué bueno—Dijo Akko suspirando de alivio y sonrió.

Entonces Diana la envolvió entre sus brazos y la posiciono encima de ella.

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