Capítulo 34

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La muerte estaba frente a sus ojos, al principio fue totalmente increíble, ¿De verdad esa figura fría y espectral era aquel ser relatado del libro?, intentando corroborar la autenticidad de las palabras fijo su vista en su apariencia, la bruma negra como su ropa tan oscura que a simple vista no se miraba nada tras la capucha, solo la existencia negra del vacío y el humo gélido con la consistencia oscura que era consumida por el suelo.

Antes de hablar la parca realizo una reverencia acompañándola de la elevación de su brazo izquierdo, mientras el derecho lo flexión a la altura de su pecho en un giro sobre el eje de la propia muñeca, una acción refinada que todo buen noble o alto realizaría a la gente de gran prestigio.

—Hola señorita Diana Cavendish, es un placer conocerla, me presento como la autora principal del libro "Hechizos de separación de las almas" —Se irguió recuperando su postura —Oh como bien mi seudónimo lo indica, yo soy "La Parca"

Las últimas palabras de aquella voz suave e aterciopelada a sus oídos hicieron que los escalofríos invadieran en totalidad el cuerpo de la rubia. Involuntariamente sus manos temblaron y los temores se engrandecieron con solo fijar la vista en la presencia fantasmagórica de la auténtica parca. Temiendo lo peor se paralizo agitando la respiración, ya no tenía el poder para realizar un movimiento de escape.

—Parece que mi presencia la tiene perturbada—Volvió a decir la parca quien retiro la mano de su pecho.

La rubia quería decir algo, pero su estado atónito y atrapada en la confusión y el terror no la dejaban pensar claramente, sus ideas se revolvían como rompecabezas al desarme. Las palabras tampoco funcionaban, temía que si decía algo incoherente ante la presencia más temible de todas solo causaría las peores consecuencias. ¿Acaso era su fin y con mayor razón se presentó tan inesperada visita?, la respiración de sus pulmones se le escapaba a un ritmo inestable, además del fracasó en recuperar la calma y la cordura.

Inesperadamente la muerte uso la velocidad superando un milisegundo, solo eso basto para llegar a un metro en presencia de la ojiazul. En reflejo Diana se asustó estampando su trasero contra el suelo, no grito porque involuntariamente su voz no salía de sus labios y los latidos de su corazón en aquel arranque de impulso se detuvieron unos momentos.

La reparación agitada se también detuvo, luego comenzó a refugiarse en las imágenes del pasado y de esa forma se desvió de la realidad. Ya no miraba el semblante sombrío de la Parca, ahora lo que visualizaba era esa imagen de su mejor amiga y rival Akko Kagari. Una autodefensa psicológica eficaz y perjudicial en ese estado, creía que se volvería loca o quizás era lo último que distinguiría eso antes de morir.

—Señorita Diana, ¿Se encuentra bien? —Pregunto la Parca en distinguida cortesía, más no preocupada de la situación de la rubia.

Nuevamente Diana no respondió, millones de imágenes del pasado llegaran a su memoria las cuales surgieron en flashes simultáneos, unas con su madre, otras con la familia y las últimas mostrando a las alumnas de Luna nova.

—Así que esto es lo que se experimenta antes de morir—Sonrió resignada a los recuerdos. No deseaba fallecer, era tan pronto con los años de juventud que apenas le deparaba, pero, si el tiempo lo marco de esa manera no le quedó más remedio que aceptar su destino.

—Así es, todo aquel que ve o siente mi presencia experimenta esas causalidades, sin embargo no vengo aquí para llevármela.

— ¿Entonces qué quieres? —Soltó un suspiro de alivio, eso no elimino las inquietudes y sus miedos, los latidos de su corazón surgieron como un pinchazo tortuoso al dolor.

Little Witch Academia FicWhere stories live. Discover now