Capítulo 44: Infancia robada [1/2]

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La policía había llegado apenas hace unos segundos, pidiendo hablar con aquellos quienes habían visto parte de los hechos para confirmar algunas de sus dudas. Todos contestaron de forma monótona, sin ganas, ni energías. Nadie sabía mucho de nada. Él único que parecía saber todo era Lee Chan, y estaba desaparecido desde hace una hora.

La situación se había salido de las manos a todos. Y aunque revisaron los hechos, desde el aparente secuestro de Seungcheol por su hermano hasta el calmante inyectado en Mingyu para que se tranquilizara, nada tenía sentido y todo parecía haber salido de la película más dramática filmada alguna vez.

—Hijo, traele un vaso de agua a tu tía —Junsu, quién había llegado en medio del alboroto junto a Hyori, tocó el brazo de Jihoon pidiéndole que se retirará de una forma sutil.

Jihoon sólo asintió sin ganas, soltó la mano de Mingyu que hasta el momento sostenía y fue caminando escaleras abajo hasta la cocina de la casa Choi. Junsu observó un momento el lugar donde se encontraban, un cuarto lleno de cosas relacionados con  el básquetbol y sospecho de quien era la habitación, la cual habían ocupado para atender a Mingyu.

—Seojoon.... —pronunció el nombre del psiquiatra de su familia. El hombre estaba en el alfeizer de la ventana, tocandosé la barbilla de manera pensativa— ¡Seojoon! —enfatizó levantando la voz y esta vez si obtuvo una reacción, pero como siempre ninguna alteración en sus expresiones más allá de un leve movimiento de ojos que significaba tenía su atención— ¿Qué hacemos?

—Obviamente —dijo él avanzando hasta los dos mayores—, debemos llevar a los chicos a su casa. 

Seojoon camino hasta una estantería cercana agarro una revista y la abrió fingiendo prestarle atención a lo escrito en aquellas páginas. Sus siguientes palabras serían por el bien de los Kim y debía tratar de fingir darle la menor importancia, tratando de forma cotidiana la situación puesto que de nada servía ponerlos más nerviosos.

—Llame a una ambulancia para trasladar a Mingyu.

—¿Este ataque fue peor? —Hyori con lágrimas en sus ojos miro a Seojoon, quien prefirió mentir aunque fuera en contra de su ética.

—No.

—¿Entonces porque lo trasladamos? Podemos esperar que se quede aquí hasta que despierte y —empezó a hablar rápidamente Junsu.

—No —Seojoon cerró la revista en sus manos y se cruzó de brazos—. ¿Se dan cuenta de los factores externos? —ambos mayores lo miraron sin entender del todo a qué se refería. Seojoon sólo suspiro y continuó hablando— Se los dije hace un tiempo es mejor no exponerlos a factores que alteren sus nervios, ellos deben ir poco a poco acercándose a cosas que les causan temor y no ir a ellas de golpe. En este momento un amigo de ellos está desaparecido y otro parece haber sufrido un secuestro, si bien no es igual a las circunstancias de su pasado de una u otra forma los hará recordarlo.

—Nada jamás igualaria a lo que ellos pasaron.. —Junsu habló con un hilo de voz.

—Si, es cierto —afirmó Seojoon—. Pero eso no quiere decir que esto no se asemeja de cierta forma.

—Es verdad —Junsu se apoyo en una pared—. ¿Porqué ellos tienen que seguir recordando el pasado de una u otra manera? —Hyori a su lado bajo su cabeza al oír sus palabras—¿Acaso no fue sufiente con lo que vivieron? Solo quisiera que el pasado se borrará para siempre de sus mentes.

̴...̴

El balón rebotó por todo el pasto muy lejos de ellos, bufaron molestos cuando este fue más allá de lo que pensaron. El de tez de porcelana corrió por el verde pasto para alcanzar el balón, el reflejo de la luna tocó su piel cuando se agachó para tomar la pelota entre sus delicadas manos. Cuando su objetivo estuvo cumplido lanzó el objeto en el aire esperando que bajará para chocarlo contra su rodilla y luego su pie con el fin de lanzarlo hasta su primo a varios metros lejos de él.

Me odias, Me amas [JiCheol]Where stories live. Discover now