Capítulo 37: Una oportunidad que no se repetirá

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Propuestas de entrevistas, propuestas para programas, propuestas de castings y propuestas de universidades. Jihoon había tenido una vida ajetreada en los últimos días gracias a ello y otras cosas. Entre lidiar con la masa estudiantil, de la cual se había desecho amenazando a todos con los posibles golpes que recibirían, y la prensa, que parecía querer saber todo sobre su vida, estaba más que cansado. 

Los pequeños golpes en su espalda por parte de su padre, quien trataba de reconfortarlo, día con día, lo hacían de alguna manera sentir tranquilo pues a pesar que varias cosas habían dado un giro inesperado, habían cosas que mantenían su curso normal.

—¡Cuiden la izquierda! —oyó gritar a Seungcheol desde la ventana de su cuarto.

El equipo de basquetbol se encontraba practicando en su casa ese fin de semana, habían decidido practicar nuevas jugadas y prefirieron hacerlo fuera del gimnasio de la escuela para evitar miradas inquisidoras. Y aunque Jihoon estaba sumamente feliz porque Mingyu y su novio estarían quizás ahí todo el día, no le hacía gracia despertarse a tan tempranas horas de la mañana por la bulla ejercida por esos jugadores.

Jihoon tenía la firme idea de dormir hasta tarde ese fin de semana y, aun con los gritos incesantes del grupo de jóvenes fuera de su habitación, tomo la iniciativa de volver a cerrar sus ojos para intentar conciliar el sueño nuevamente. Sus pequeños ojos, sin darse cuenta, se fueron cerrando poco a poco, pero antes que el cansancio cumpliera el objetivo de llevarlo al mundo de los sueños su teléfono empezó a sonar sobre su mesa de noche haciéndolo comprender que ese día no seguiría durmiendo. Con gran pereza enterró su cabeza en su almohada y estiró su brazo buscando su teléfono sin siquiera verlo, apretó la pantalla y contestó la llamada sin revisar el número que lo llamaba a esa hora.

—Buen día, Woozi —oyó al otro lado de la línea y reconoció al instante la voz.

—Hyung, ¿por qué me llamas tan temprano? —se quejó enrollándose en sus sábanas.

—No seas flojo, ya es tarde debes levantarte —le recrimino del otro lado de la línea Bumzu—. Woozi, te llamaba porque necesito que hagas algo por mí.

—Dime.

—Prende tu computadora y acepta la video llamada que te harán en un rato por skype —le explicó de forma rápida—. Tengo que ir a hacer unas cosas. Cuídate, nos vemos.

El más bajito miró su teléfono con una ceja levantada, su mayor ni siquiera le había permitido refutar o preguntar de qué se trataba todo ese asunto y ya había colgado la llamada dejándolo con las palabras en la boca. Jihoon dio un largo suspiró al retirar las sábanas que lo cubrían, colocó sus pies sobre el piso de madera, sintiendo el frío de esa mañana en particular, y caminó hasta su escritorio para prender su laptop.

El icono que daba inicio al arranque de la computadora pareció tardar una eternidad, Jihoon tirito de frío cuando una corriente helada entró por su ventana y al instante fue a cerrarla para después tomar una casaca que lo abrigara un poco o al menos más que su delgada pijama de tela. Cuando el de blanquecina piel regresó a su asiento la laptop estaba encendida por completo y apretó el icono de Skype de su computadora, una aplicación que el particularmente solo usaba cuando su padre salía al extranjero para hacer unos negocios, espero unos minutos y contacto desconocido figuró en su pantalla. Jihoon apretó más la chaqueta contra su delgado cuerpo y acepto la llamada del otro lado aún sin conocer a la persona al otro lado, ya que solo aceptándolo saciaría su curiosidad.

Good morning —al otro lado de la línea un hombre de rasgos norteamericanos lo saludo de manera formal, haciendo una reverencia ante la cámara.

Me odias, Me amas [JiCheol]Where stories live. Discover now