Capítulo 47: Seungcheol

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Ella tamboriteo los dedos sobre la mesa en ese pequeño cuarto, el sonido provocado con el golpe envolvía todo el lugar de manera incómoda. Ella estaba realmente fastidiada por estar sentada sobre esa silla, sus gestos la delataban. Sin embargo, ahí estaba y no tenía intenciones de salir hasta que le dieran la orden de hacerlo. Porque no deseaba levantar sospechas, ella no cometería los mismos errores del pasado.

El sonido de la manija de la puerta la alertó, su posición fue más recta y dejó caer su mano sobre su regazo antes que el alto policía hiciera su ingreso con una hojas la mano. El hombre había tenido junto a ella un largo y tendido interrogarotorio sobre el caso Choi.

—Debe estar impaciente por irse, señorita —mencionó sagaz el hombre mientras se sentaba frente a ella.

—Para nada, mientras ayude en algo a la justicia puedo esperar todo el tiempo necesario —sonrió hablando con fingida sinceridad—. ¿Ya saben algo del muchacho? Que terrible lo que sucedió con él.

—Terrible, es verdad —acotó.

—Ya no deberían pasar este tipo de cosas.

—Tiene razón —el hombre la miro a los ojos—. No deberían pasar, ni deberían haber pasado.

—¿Esta tratando de decirme algo, señor? —ella alzó una ceja y se hizo la ofendida— Le recuerdo que yo pague mis crímenes y me arrepiento profundamente de lo sucedido, no hace falta que saque a relucir los errores del pasado.

—No saco a relucir nada, solo digo que es muy extraño.

—¿Extraño? ¿Qué le parece extraño?

Yunho se levantó de su asiento con gran agilidad para un hombre de tal altura, avanzó un par de pasos manteniendo su distancia con aquella mujer. Él no era engañado por sus grandes ojos, no había una pizca de inocencia a su parecer. Y no entendía como los demás eran engañados, como le decían que era inútil interrogararla, que ambos casos no estaban relacionados y, sin embargo, el había insistido en llamarla. Porque el había visto de lo que era capaz, ya que en aquel tiempo en esa casa lejana del bosque fue parte del escuadrón de rescate y en sus brazos sostuvo a un pequeño niño quien suplicaba ayuda por su madre dentro del lugar en llamas.

—Todo, señorita —su dedo índice tocó la mesa con fuerza—. Curiosamente hace dos días secuestraron a un chico el cual de una u otra forma está relacionada con usted.

—Yo no tenía idea que el joven era mi sobrino, me vine a enterar cuando ustedes me llamaron.

—No mientas, sabias quien era él —tiro las hojas que sostenia al frente de ella, mostrando imágenes del cuarto lleno de fotos de Jihoon a Sunhee—. Y ¿Cómo logras explicar que de alguna retorcida forma el secuestrador está obsesionado con Kim Jihoon tal como tú lo estás?

—Tampoco tenía idea de ese chico, ni de su obsesión. Y yo no estoy obsesionada con Jihoon, eso fue parte del pasado.

—Pasado una mierda, Park Sunhee —alzó la voz alterado golpeando la mesa— ¿Qué tienes que ver en el secuestro?

—Nada —ella sonrió—. Yo no hice nada. No secuestre a mi sobrino, tampoco mandé a mi otro sobrino a secuestrarlo y mucho menos lo induje a que se obsesionarse con Kim Jihoon. ¿Eso es lo qué a estado tratando de probar toda la tarde, oficial? Lamento decepcionarlo y decirle que no tengo nada que ver en este asunto.

—Nosotros no opinamos lo mismo —el oficial le dio la espalda—, el señor Kim Junsu tampoco opina lo mismo.

Ese fue el golpe final para Yunho, deseaba generar aunque sea una especie de reacción por parte de Sunhee pero no escuchó el rechinar de sus dientes o como ella se movía detrás de él. Kim Junsu era un tema delicado, la obsesión de Sunhee no inició con Jihoon sino con su padre e incluso este seguía siendo el objetivo principal de la mujer. Tal y como en el pasado ella se llevaría a Jihoon, lo mantendría a su lado hasta el momento que Junsu se percatará la familia perfecta que formaban y viniera junto a ellos.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2020 ⏰

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