21.

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Ámbar.

- Ámbar.- me señaló Simón y mostré todos mis dientes, por un momento pensé que iba a elegir cantar con Luna pero me eligió a mí una vez más y eso no podía llenarme más de felicidad.

- Descansen veinte minutos y después quiero al primer dúo- Juliana nos miro a mí y a Simón- en el escenario.

- ¿Entonces vas a cantar conmigo bonita?

- Ámbar.- me habló Pedro y voltee rápidamente- Te buscan en la cafetería.

- ¿A mí?- pregunté extrañada y Pedro asintió con su cabeza- Está bien, ya voy.

Le dedique una media sonrisa a Simón y me retire de la pista rápidamente dirigiéndome a la cafetería empezando a buscar con la mirada a la supuesta persona que me estaba buscando.

- Ámbar ¿Te acordas de mí?- y apareció la mujer que me había seguido por varios días quien mi madrina me había contado que era una delincuente.

- Lamentablemente.- escupí con asco.- Mire, no sé que es lo que vino a hacer acá, pero no me interesa, cualquier cosa la habla con Sharon- le fingí una sonrisa y intente volver a la pista pero me jalo del brazo- No me toque.- solté con indiferencia.

- Es con vos con quien tengo que hablar, tenes que saber la verdad.

- No me interesa- subí un poco mi volumen de voz- ¿No me escucho?- terminé de decir para esta vez darme la vuelta y sí retirarme.

- ¡Tú nombre no es Sol Benson!

Y solo con ese grito mi mundo se vino abajo, me frene, no fui capaz de seguir caminando, mi cuerpo se había paralizado ¿Cómo con tan cuatro palabras y un nombre podía alborotar todos mis pensamientos sobre mi identidad? Todavía no entendía como es que el cuerpo era capaz de llenarse de tantas dudas como las que me acababan de entrar en este momento ¿Mi nombre era o no era Sol Benson? ¿Por qué esta mujer de la cual mi tía o madrina quien quiera que sea me intento alejar sabía mi nombre o no nombre? ¿Por qué ella sabía o suponía saber sobre mi identidad?

- ¿Qué dijo?- cambie mi tono de voz por la Ámbar vulnerable la cual solo Simón conocía y voltee después de haberme paralizado.

- Que tu nombre no es Sol Benson.- repitió- Yo soy tu mamá.

Lo único que fui capaz de hacer fue tragar saliva y permitirle a mis ojos llenarse de lágrimas, esa mujer quien ahora me estaba confesando algo tan fuerte como que compartíamos la sangre me estaba intentando acariciar y eso fue lo que me hizo reaccionar para alejarla rápidamente.

- ¡¿Usted está loca?!- me altere - ¡¿Cómo se le ocurre decir una cosa así?!

- Es la verdad, tenes que creerme.

- ¡No, no, mentirosa!- negué con la cabeza y una lágrima rodó por mejilla- Mi tía me dijo que podría acercarse a mí con excusas nefastas para poder sacarle dinero, pero nunca pensé que iba a ser capaz de inventar una cosa así- y ahora volvía a ser la Ámbar de siempre, la mala que todos conocían.

- ¿Eso te dijo Sharon?- dijo en un tono triste.

- No pierda más el tiempo, no le creo nada.

- Por favor, escúchame, no te estoy mintiendo, Sharon te engaño.

- ¡Basta!- grité con todas mis fuerzas y gracias a eso se acercaron la mayoría de los chicos de la pista incluyendo a Simón- ¡Vayase, no pienso tolerar que hable mal de mi tía! - la fulmine con la mirada- ¡Me saco de una fiesta por si no se dio cuenta y tengo que volver! ¡¿Okay?!

- ¡Por favor necesito que me escuches!- me agarro del brazo.

- ¡No!- me zafe brusca de su agarre y volví a dar la media vuelta para irme encontrándome a mis amigos o los que creía que eran mis amigos hasta que desconfiaron de mí.

Perdernos. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora