22.

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Simón.

— Simón. — me llamó Juliana — Subí al escenario por favor, es tu turno.

— ¿Querés que canté con vos? — me preguntó Jazmín cuando comencé a dirigirme al escenario.

— Gracias Jazmín. — dije luego de negar con la cabeza.— Pero ya tengo a quién cantará conmigo.

— ¿Quien va a cantar con vos Simón?— preguntó mi entrenadora esta vez.

— Ámbar.

" — ¿Quieres hablar sobre lo qué pasó? — le pregunté a Ámbar quien estaba recostada en mi pecho, sus manos tomando mis manos , su cabeza en mis hombros y su corazón seguramente hecho pedazos.

—  No. — negó con su cabeza levantando está de mi hombro para fijar su mirada en mí — Quiero quedarme así, para siempre. —  quitó sus lágrimas ya secas — Bueno, en realidad hasta que sea nuestro turno de cantar. — soltó una pequeña risa bastante triste.

— ¿Entonces cantarás conmigo? — pregunté con una sonrisa en el rostró.

— Obvio que voy a cantar contigo. — imitó mi acento y esbocé una risa — Bueno, tengo cero en el mexicano pero un diez de novia. 

— ¿Novia? — mostré todos mis dientes.

— Novia. — repitió afirmante — Ya te dije, vos y yo estamos juntos pero necesito tiempo para...

— Poder hablar con Jazmín, lo sé. — complete la oración y bajo su mirada. — Ámbar yo te voy a dar tiempo pero necesito que confíes en mí ¿Puedes contarme lo que te dijo esa señora?

— Simón, ya lo escuchaste todo, estuviste ahí ¿Qué querés que te cuente? — dijo de mala gana.

— Lo principal en una relación es la confianza. — le recordé — Solo quiero que te descargues Ámbar.

— Lo único que voy a decir es que estoy muy confundida — se encogió de hombros— No sé si esa mujer dijo la verdad, pero cuando la escuché , las fichas me empezaron a caer, todo me empezó a cuadrar y me di cuenta que los recuerdos que no tenía de ser Sol Benson no era porque había pasado mucho tiempo sino porque nunca lo fui.

—  Ámbar tú nunca sentiste que eras Sol Benson, quizá tú muy en el fondo...

— Lo sabía — me interrumpió asintiendo con su cabeza — Pero por alguna razón sentía la necesidad de apropiarme de esa identidad que no se si en verdad existió o nunca lo hizo y fue solo un personaje más que creo mi madrina o quien quiera  que sea esa mujer como también creo a Ámbar Smith. — soltó un largo suspiro — Tal vez solo necesitaba saber que se sentía saber quiénes eran mis padres, mis abuelos, mis orígenes, tal vez solo quería saber qué se sentía tener una familia... Pero lo que tuve estos días no se parece en nada a una familia aunque ni siquiera se lo que es una, en mi corazón siento que lo más cercano que tengo a una familia sos vos.

— Ámbar...

— ¿Qué?

— Yo siempre seré tu familia, tú eres mi persona favorita en el mundo — me sonrió entre lágrimas — Te amo bonita.

— Yo también te amo.— besó mis labios — Pero no pienso volver a mi casa, no puedo enfrentarme a Sharon, no puedo ni siquiera mirarla porque solo voy a ver a una mentirosa y yo... También mentí muchas veces pero sé perfectamente que con la identidad de una persona no se jode.

— ¿Quieres venir conmigo al departamento?

— No hacía falta que lo preguntes, obviamente iba a ir a tu departamento si sos la única persona que tengo."

Y luego de sumergirme en el recuerdo de lo que habíamos hablado hace tan solo unos minutos y de haberla llamado, Ámbar apareció, con ese vestido rosa lleno de brillos, su pelo recogido y ese labial rojo que tanto me gustaba.

Estire mi mano para que Ámbar tomé este y suba al escenario para estar a mi lado.

— ¿Estás lista para brillar? — susurré en una media sonrisa y ella alzó sus hombros.

— Lo que quiera puedo ser como me vez, cuando pienses que me iré todo al revés.

Comenzó a cantar a la par de la música, sus ojos estaban cristalizados pero su voz seguía siendo esa perfecta voz que tan loco me volvía y esta vez más sincera que nunca.

— Un espejo una señal que pasara, me preguntas que será, lo verás.

Lo que todos quieren ser, como me ves.

La que siempre quieren ver no fallare.

Un espejo una señal que pasara.

Nada cambiará, esto es lo que soy.

Mirarte a los ojos sin perdón.

Mi fuerza mi destino es mi canción.

— Voy a salir, de tu espejo — comenzamos a cantar los dos juntos mientras tomaba las dos manos de Ámbar para bailar al compás de la música — Tu voz que a lo lejos me encontró, palabras que envuelven mi corazón, como me vez, soy tu reflejo, siempre estará en mi tu amor, quiero decirte como me ves yo soy.

Pude notar como una lágrima rodaba por la mejilla de Ámbar, seguramente porque se sentía que no era nadie, en realidad porque ella no sabía quién era pero yo sí lo sabía, la había conocido perfectamente y ahora confiaba ciegamente en ella porque Ámbar era la chica que yo amaría para siempre.

— Voy a salir, de tu espejo — volvimos a cantar el estribillo acortando la canción mientras hacia girar a Ámbar y su vestido se abría en forma de campana — Tu voz que a lo lejos me encontró, palabras que envuelven mi corazón. — en un mal movimiento hice que Ámbar quede pegada a mi a la vez que seguíamos cantando y bailando como si estuviéramos en un Valls — Como me ves, soy tu reflejo, siempre estará en mi tu amor, quiero decirte como me ves yo soy.

Y al terminar de cantar, ella con sus ojos llenos de lágrimas y yo con mi corazón a punto de salirse del pecho, la pista se hizo aplausos.

— Estuviste increíble.

Decidí murmurar por lo bajo para que nadie me escuchara y en tan solo unos segundos sentí a Ámbar posando uno de sus brazos en mi cuello acercando este a su rostro, quedando ambos tan solo a centímetros, sintiendo nuestra respiración, rosando nuestros labios y me atreví. Con tan solo un movimiento, mis manos se posaron en su cintura atrayéndo su cuerpo hacia el mío y sus labios hacia mis labios, uniendo estos así en un beso completamente perfecto.

Perdernos. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora