25.

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Ámbar.

Una vez más no había podido controlar mis tan fuertes emociones y habia besado a Simón en el Jam and Roller, donde cualquiera podía verme y esta vez fue quien menos me hubiera gustado que lo hiciera.

— ¿Qué están haciendo? — preguntó Jazmín rompiendo el silencio que había entre los tres.

— Jazmín, no es...

— ¿Qué estás haciendo vos acá? — le pregunté yo de mala gana interrumpiendo a lo que Simón iba a decir.

— Yo pregunté primero ¿Que haces vos? — se defendió bastante molesta — ¿Que están haciendo?

— Platicando Jazmín — le contestó Simón y yo baje mi cabeza mientras asentía con esta — Estábamos platicando.

— Sí estaban platicando mientras se besaban. — soltó en medio de una risa irónica.

— No es lo que parece, solo estábamos platicando — nos defendió Simón — Debe ser producto de tu imaginación.

— Sí, totalmente — le di la razón a Simón cuando levanté la cabeza — Está todo en tu imaginación.

— No está en mi imaginación, lo acabo de ver con mis propios ojos. — volvió a hablar con la voz quebrada esta vez — ¿Sabes que es lo peor de todo Ámbar? — preguntó cuando una lágrima rodo por su mejilla — Que yo en algún momento llegue a considerarte mi mejor amiga.

Y al terminar de decir eso, se retiró de los lockers echa lágrimas y yo no hice más que apretar mis ojos, me sentía totalmente culpable a pesar de que ayer hayamos discutido por el mismo tema, le había dicho que me daba asco besar a Simón y ahora le acababa de demostrar todo lo contrario, que me encantaba besarlo y que no fue solo un beso para darle un final romántico a la canción y  que el gane el disco solista, sino, que iba mucho más allá de eso.

— ¡Espera, Jazmín! — gritó Simón levantándose rápidamente de su asiento intentando ir detrás de ella.

— Déjala Simón — lo tironee del brazo — Déjala.

— No Ámbar, debemos explicarle.

— ¡No hay nada que explicarle! — me levanté de donde estaba y opte por acercarme a el. — Fue todo producto de su imaginación vos mismo lo dijiste.

— Lo dije porque...

— No me importa Simón, estoy pasando por cosas muchísimos más graves que está estupidez, después veo lo que le digo, total se tenia que enterar de una forma u otra.

— No Ámbar... — negó con su cabeza y alce una ceja — Jazmín es mi amiga y es una chica con sentimientos muy bonitos y no quiero que sufra.

— ¿La estás defendiendo? — pregunté de mala gana — No lo puedo creer, ahora es tu amiga cuando siempre decís que es insoportable.

— Pero aún así...

— Simón lo único que quiere ella ahora es que vayas corriendo atrás de ella — lo interrumpí nuevamente — No quiero que lo hagas porque te necesito conmigo ¿Okay?

— Okay.

Terminó de decir y volvió a sentarse en la banca en la que estábamos antes para así sentarme a mi sobre sus piernas y rodear sus brazos en mi estómago en forma de abrazo ¿No podía quedarme así para siempre?

— Hogar dulce hogar...

Dije después de soltar un suspiro de alivio cuando entramos al departamento de Simón.

— ¡Amigo! — lo saludo Pedro con una sonrisa en el rostro pero esta se le borro rápidamente al verme — ¿Qué hace está acá?

—Esta te tiene nombre querido. — le respondí de mala gana.

— No te pregunté a vos, le pregunté a mi amigo.

— ¡Pedro basta! — lo reto Simón y sonreí orgullosa — No la trates así, porque está — lo imitó — Es mi novia.

— ¿Qué? — preguntó Pedro con asco.

— Su novia. — repetí en medio de una sonrisa falsa — Te espero en tu pieza amor.

Deposite un corto beso en los labios de Simón y me retiré del living para cumplir con lo dicho y entrar al cuarto de mi novio.

Mi novio, como me gustaba llamarlo así, pensar que hace un año atrás había llegado a odiarlo, o eso intentaba a hacer porque me había gustado desde que lo vi tocando en el escenario junto a quienes iban a ser de su banda después, me había atraído desde que Luna me lo presentó, pero le demostraba indiferencia ya que además de estar con Matteo no podía caer tan bajo, esos eran mis pensamientos y ahora estaba en su departamento, llamándolo novio, creyendo que el que había caído bajo estando con alguien como yo era él, ya que Simón era la mejor persona del mundo y yo era una completa destrucción para él.

— Amor — me llamó Simón cuando entro a su habitación para luego cerrar con seguro la puerta de esta — Perdona a Pedro es que...

— Sh — lo callé poniendo dos de mis dedos en sus labios — No me importa Pedro, me importas vos.

— ¿Quieres perderte en mí?

— Simón yo me perdí en vos desde el primer momento en que te vi.

Perdernos. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora