33.

1.9K 157 79
                                    

Ámbar.

— Hola chicos ¿Cómo están? —  me acerqué al escenario cuando por fin pude divisar a Simón y sus amigos — ¿Todo bien?— me dirigí a Simón esta vez — Te llame mil veces y también te deje mensajes pero nunca me contestaste ¿Qué paso?

 — No ha pasado nada Ámbar— dijo algo nervioso y alcé mi ceja— Ahora que por fin La Roller Band esta de nuevo vamos a ensayar y no puedo hablar.


Exacto, Nicolás, Pedro y Simón habían vuelto a ser un equipo dentro de una misma pasión: La música. Hacía tan solo unos días que sus amigos se habían arreglado entre sí y habían decidido volver a ser la grandiosa Roller Band la cual todos— incluyéndome — seguía y admiraba mucho.

— Okay, no hay ningún problema, te puedo esperar...— levantó rápidamente su cabeza fijando su mirada en mí y pude ver como tragaba saliva — Así hablamos, tomamos algo, me contas que es lo que te pasa.

— Sí, perfecto.— escupió seco— No, no, no es que no tengo tiempo Ámbar.

— Llámame ¿Sí? O mándame un mensaje. — volví a mi tono de siempre el cual nunca usaba con él y decidí darme la media vuelta para irme de esa inentendible escena— Y explícame que es lo que te pasa porque la verdad que no estoy entendiendo nada.

Terminé de decir y decidí ir a los lockers para colocarme mis patines y perderme en lo que más me gustaba hacer: Patinar.

— Simón...— gemí su nombre al arañar su espalda gracias al gran placer que mi novio me estaba generando — Sos increíble. 

Mostró todos sus dientes y acto seguido capturó mis labios mientras aumentaba cada vez más la velocidad y la fuerza con la cual se introducía en mí y me embestía; La habitación se estaba llenando de gemidos y como de costumbre tiempo después llegamos juntos a nuestro clímax, nuestro orgasmo mayor y bastante agitados cabe decir.

— Te amo. — respiró en mis labios y se levantó rápidamente de la cama.  

— ¿Qué pasa? — pregunté extrañada arropandome con las sabanas al ver que comenzaba a abrocharse su pantalón — ¿Te vas a ir?

— Te amo. — repitió y depósito un corto beso en mis labios para después dirigirse a la salida de mi habitación — Nunca te olvides de eso."

No entendía, no entendía porque me había hecho el amor y después se había ido, dejándome sola y con un vació en el corazón inexplicable, con tan solo ese acto de total egoísmo me hacía creer que solo me usaba para acostarse conmigo o mejor dicho para sacarse las ganas, tampoco entendía porque ahora estábamos en la pista, ensayando para la competencia final en México y él ni siquiera se atrevía a mirarme ¿Qué había pasado?

— El paso que nos acaban de mostrar Delfina y Ramiro  quiero que lo intenten ustedes dos.— nos señaló Juliana a mí y a Simón y asentí rápidamente con la cabeza.— Ahora, que no tengo todo el día chicos.

Me acerqué rápidamente a Simón y estire mi mano para que comenzáramos a patinar, más bien dicho para que él me alcé imitando el truco que acababan de hacer Delfina y Ramiro, pero él solo me elevo a unos muy pocos centímetros del suelo y después volvió a posicionarme en este.

— ¿Qué pasa Simón, estas dormido? — le preguntó Juliana a mi novio quien siempre conectaba conmigo a la perfección pero hoy no era la ocasión— De nuevo, vamos.

Una vez más Simón me alzaba, pero esta vez bruscamente, lo mire sin entender y acto seguido sentí como me dejaba caer al suelo, haciendo que pegue un fuerte grito, no porque me haya dolido la caída sino porque no podía creer como Simón, el chico que ayer me decía que me amaba me había soltado, me había dejado caer cuando me había prometido todo lo contrario.

Perdernos. {Simbar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora