4. Vendido II

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Mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo, distrayendome. Lo saqué de su lugar y corté la llamada entrante de Damian. Luego dejé el celular en la mesa, junto a mi vaso de whisky.

Continué observando el espectáculo. Landon, el bailarín principal, comenzaba a sacarse la ropa lentamente mientras miraba en nuestra dirección. Soltó una sonrisa sexy logrando que varias suspiraran. Mi celular, nuevamente, vibró, pero lo ignoré. Landon comenzó a caminar hacia mí  y yo bebi por completo el contenido de mi vaso.

Mentiría si digo que estar aquí no me causa nada; estoy rodeada de hombres guapos y con cuerpos de dioses haciendo bailes sensuales.

Landon llegó a mi lado y comenzó a bailarme, rozando ocasionalmente su cuerpo con el mío. Pude sentir como Lana se marchaba furiosa de la mesa, como Lina sonreía con burla y como mi celular continuaba vibrando sobre la mesa, pero nada de eso me importó, mi atención era absorbida por el caliente chico frente a mí. El sexy bailarín me tomó de las manos y me levantó de la silla, en una ágil movimiento de parte suyo terminé acostada en la mesa y el encima de mí, sus movimientos no pararon y comenzaron a enloquecerme. Acercó su rostro al mío y y mordió su labio.

¡Si no me besa, lo despido!

Sus labios ya rozaban los míos, desvió su mirada hacia mi celular y frunció el ceño.

—Tu novio te llama —murmuró alejándose de mí  y entregándome mi celular.

De mala gana tomé el celular y fui al baño, lejos de la música y las exitadas mujeres. Miré el celular, cuarenta y siente llamadas perdidas y una entrante. Contesté.

—¡¿Sabes el bombón que me perdí por tu culpa, hijo de tu...

—Luego me cuentas —interrumpió agitado—. Estoy en problemas, salí con Sarah y Patricia sin ningún arma para protegerme y el mafioso que tenía prisionera a Sarah nos encontró. ¡La quiere de vuelta!

Se escucharon disparos y yo fruncí el ceño, —Dame una dirección.

—Estamos en el Infierno, bajo el puente de las carreras, no sé con exactitud en que cuarto.

—Ayuda en camino.

¿Qué mierda hacen en el Infierno?

Salí rápidamente del baño y fui a la mesa, Lana ya estaba de vuelta. Les conté lo sucedido y ellas corrieron al auto. Fui tras ellas, pero antes fui donde Landon y lo besé, Ether Bennet nunca se queda con las ganas.

—Volveré por ti —le guiñé un ojo y luego me fui.

Nos tomó media hora llegar donde Damián, ya que el lugar en donde se encuentra está un tanto apartado de la ciudad. Afortunadamente las chicas siempre tienen armas en su auto, así que al llegar cada una tomó lo necesario y salió.

—Toma —murmuró Lana, haciéndome entrega de un chaleco antibalas—. Lo necesitas.

Rodé los ojos, pero me lo puse sin reclamar.

Se escucharon dos disparos y nosotros corrimos hacia el lugar. Entramos a la especie de fortaleza que había bajo el puente y nos separamos.

Este lugar lo maneja el Diablo y es usado para cosas no muy agradables de decir. Escuché gritos en una habitación y con mi arma lista entré. En el lugar había sólo un colchón y dos personas en él, la niña pedía ayuda y el tipo la desnudaba. Tensé la mandíbula y le disparé en la pierna al maldito asqueroso. Rápidamente la chica salió huyendo, sin siquiera mirarme. Odio estas cosas. Salí del pasillo y me dirigí a otro sector. De la mayoría de los cuartos salía mucho humo, se escuchaba música demasiado fuerte o gritos. En la quinta habitación a la que entré me topé al grandísimo.

—¡Ángel! Mi amor —sonrió de oreja a oreja y se acercó a mí.

—No tengo tiempo, Diablo —me puse seria. ¿Por qué de las tantas personas que hay aquí me tengo que encontrar con él?

—Yo te puedo ayudar —sonrió con maldad—. Buscas a Damian, ¿no?  Jacob y sus perros le están dando caza.

—¿Dónde está? —pregunté con los labios apretados.

—Ven —me guiñó el ojo y caminó hacia el escritorio.

Lo seguí y miré la computadora que había allí.

—Siéntate, reina mía —me ofreció su asiento y yo le seguí el ojo. Es lo mejor si quiero encontrar rápido a Damian.

Tecleó algo en el computador y apareció un video de Damian frente a una puerta peleando con tres tipos al mismo tiempo.

—¿Vamos en su ayuda? —humedeció sus labios y me miró fijamente.

—Si —me levanté de la silla y caminé hacia la puerta, con el Diablo siguiendo mis pasos.

Él tomó mi mano y comenzó a caminar más rápido, guiandome.

—Llevas semanas sin pasar por aquí. ¿Tu trabajo te ha mantenido ocupada? Ya no tienes tiempo para tu esposo —soltó una risita burlesca—. ¿O es que Sean ha comenzado a hacer el trabajo mejor que yo?

Ignoré su comentario y seguí. Subimos unas escaleras y al llegar a arriba nos topamos con muchas cajas amontonadas. Avanzamos por entremedio de estas, poco a poco comencé a escuchar gritos de Damian y llantos de Sarah y su amiga Paty. Apuré el paso, soltando la mano de el Diablo.

Frente a mí había una habitación, no tenía puerta y estaba a oscuras, pero aun así divisé dos siluetas peleando entre las sombras. Con mi arma en alto, entré.

—¡Ether! —gritó Sarah llorando—. Ayudanos.

Dos hombres las tenían sujetas, a ella y a su amiga. Uno de ellos vino en mi busqueda y yo lo apunté, eso no lo detuvo, así que disparé dos veces. Las balas impactaron en sus hombros y el tipo cayó al piso soltando un grito de dolor.

—Déjenlos, ¡ahora! —ordenó el Diablo. Y pobre del que no obedece al Gran Jefe.

Decidí mantenerme al márgen de la situación y que mi esposo se encargara.

La luz invadió la habitación, el tipo que tenía prisioneras a las chicas las liberó y el que golpeaba a Damian se detuvo, y eso me alegró ya que a mi amigo le estaban dando la paliza de su vida.

—Tenemos ordenes de nuestro jefe —habló el que golpeaba a Damian.

El Diablo con sus dedos tiró de su labio inferior y luego lo soltó. En un rápido movimiento me quitó el arma y le disparó al chico, luego miró al que se mantenía alejado y al que yo le había disparado, que ahora se encontraba inconsciente en el piso, y luego sin inmutarse les disparó.

—Ellos no te habían hecho nada —solté mientras caminaba hacia Damian para socorrerlo.

—Uno de ellos me desafió —respondió con sequedad—. Sólo tú puedes hacerlo, cualquier otro que se atreva a hacer semejante idiotes morirá. Espero verte pronto, mi amor.

—Gracias —le dije a duras penas antes de que se marchara.

—Para eso están los esposos —sonrió, causandome un escalofrío, después de eso se marchó.

—Olvidaba que estabas casada —murmuró Damian, tocando su costilla derecha a la vez que hacía una mueca de dolor.

—Tú no hables —contesté con enfado—. Deberías andar con protección, siempre.

—Traía condones, ¿cuenta?

Con mi celular llamé a Lina y le di nuestra ubicación. Debemos resolver esto en tiempo record para llegar a la Venta a tiempo.

—*—
Tantas lunas sin actualizar por aquí xd

El siguiente cap ya aparece nuestro Vendido iavausv😍

Comenzaré a actualizar más seguido, se los juro. Quizas el próximo Domingo 😏 (Si este cap llega a los 400 vistos antes de ese día les subo un muevo cap al tiro)

Hasta la próxima, Dementes 😏

Vendido. (En pausa)Where stories live. Discover now